Es desesperante.
Mi madre ya sospecha.
Mis muslos no mejoran.
Los vómitos aumentan en facilidad y frecuencia.
Y mi peso ya no baja más.
Sobretodo, mi sonrisa, ya no es natural. Y mis ojos ya no sonríen cuando mi boca lo hace. Es una mierda.
Miento, miro con envidia, odio, envidio a mis compañeras, me molesto, como, vomito, me odio, lloro, canto, estudio, lloro, me escondo, me callo, prometo gilipolleces y vuelta a empezar.
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Pon atención a lo que digo.
SaggisticaY no pienses que es un cuento de la vieja, te lo ruego no le busque moraleja, si te cuento esto es porque te he querido. Por favor pon atención a lo que digo. -Posdata de Melendi.