𝐈𝐈𝐈 ! 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒 ! ❛ cuidado con el peregrino ❜
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Si bien Cordelia aprendía rápido, costó que le tomara la mano a esa chatarra. Había utilizado cientos de tipos de máquinas para distintas cosas... pero de café no era una de ellas.
— Bien, ya sabes como hacerlo. Creo que estás lista. - habló mirando con una sonrisa a Cordelia.
— Te dije que aprendía rápido. - murmuró la morena probando el café que ella misma había preparado, por suerte pudo resistirse a no escupirlo cuando Xavier se apareció frente al mostrador mirándolos serios.
— Soy voluntario aquí. - le habló sin expresión facial a Tyler, como si estuviera molesto, así que este le fue a buscar su uniforme. — ¿Por qué te fuiste hace un rato? ¿Estás bien? Pareció que te moriste. - comenzó a interrogar a Cordelia cuando vio que Tyler no estorbaba.
— ¿Qué?. - Cordelia lo miró confundida dejando el café a un lado. — No, solo estaba apurada para llegar aquí, no me ocurrio nada. - mintió, pero Xavier no se veía del todo convencido. — No quiero meterme en problemas con Weems... por ahora.
— ¿Segura? Te veías extraña, estabas algo pálida. - insistió el joven apoyándose en el mostrador.
— Segura. Siempre luzco algo muerta. - mintió la morena para no preocupar al chico y que no piense que está loca.
— Okey, si no me quieres decir está perfecto. - dijo el pelilargo estirándose. — Es tu decisión, pero si necesitas a alguien para hablar... o lo que fuere, sabes que estoy para ti. - dijo con una leve, pero cálida sonrisa.
— Claro... gracias, supongo. - murmuró frunciendo los labios para contener la sonrisa que quería aparecer. Cordelia no entiendia como un chico tan amable y carismático era capaz de darle atención, quizás lo hacía con algún propósito maligno o de interés, pero en estos momentos no estaba interesada en averiguarlo, porque se sentía bien.
— Aquí está. Lo siento por la demora. - apareció Tyler alcanzando el delantal a Xavier y cortando cualquier tipo de comunicación de los dos excluidos, ya que comenzaron a llegar turistas y pueblerinos que venían por sus bebidas.
Luego de unas dos horas de verle la cara a normies extraños y aburridos que pedían cualquier tipo de café extraño, apareció la directora Weems frente al mostrador.
— Buenos días, ¿Cómo se están portando los voluntarios?. - Weems le preguntó a Tyler con su gran sonrisa.
— Genial, son de gran ayuda. No siempre viene tanta gente. ¿Quiere pedir algo?. contestó el chico mientras Cordelia terminaba de preparar unos pedidos y de vez en cuando miraba como Xavier renegaba con el trapeador de piso, ya que un niño había tirado un café.
— Claro, dame un Americano, por favor. - pidió Weems a lo que Cordelia intentó hacerlo lo más rápido posible. Y luego de unos tres pedidos seguidos que tenía algo atrasados lo logró.
