Capítulo 3 : Un Mal Presentimiento

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Sentí una presión fuerte en mí cuerpo y que alguien me agarraba con fuerza el brazo, de manera que me detuve en el aire a unos metros de la carretera. Escuché gritos entrando y saliendo de mis oídos con mucha velocidad, veía muchos colores saturados, como el rosa, azul, verde y amarillo, parecía que tomé alguna sustancia de droga, pero no bebí ni me drogué con nada, creo y espero que no. Entré en un cansancio que me hacía entrar en sueño al momento, pero aún seguía escuchando gritos y más gritos, "cómo chilla este chico" me dije mí mismo mientras que me sumergía más y más en mis sueños hasta poder quedarme tranquilo.

ALEX POV

"Menos mal, ahora a buscar un pijama simple..." Me dije a mí mismo al salir de la ducha mientras que salía un suspiro de mi boca. Salí del baño con sólo una toalla que me tapaba mi parte íntima. Por el pasillo entraba un aire fresco y salvaje por mi dormitorio, así que me veí ya resfriado porque casi estaba desnudo y justo con alguien dentro de mí casa. Caminé a dirección a mi habitación mientras que decía un poco asustado: ─Doro, ¿te entró calor? No abras mucho la ventana, ya encenderé el ventilador cuando me ponga el pijama. ─ Le dije. por la puerta se veía a distancia media a Doro sentado encima de la ventana con los pies afuera y viendo cómo pasan los coches de lado a lado. ─ ¿Doro...? ─Dije mientras que me goteaba una gota de sudor, o, más bien, de preocupación. Entonces, segundos después, Doro desapareció de la ventana cayendo para abajo, me asusté mucho, así que reaccioné con rapidez y pude agarrarle por lo menos la mano. "¡MENOS MAL!" Me dije a mí mismo aliviado, pero no estaba tan aliviado del todo, al parecer ese "menos mal" lo eché gritando por mi boca palabra a palabra que hizo que todos los vecinos se asomaran por las ventanas de sus habitaciones para ver lo que ha pasado y a qué venía ese grito. Al segundo de que los vecinos se hayan asomado por sus ventanas, gritaron de terror, jaja, la verdad no sé por qué motivo gritaron, por la que "Un niño esté al borde de la muerte" o porque "Hay un niño que está desnudo casi tirado de una ventana sólo para salvar a otro niño" (Así es, al correr se me cayó la toalla al suelo).

Después de todos esos gritos, puse a Doro tumbado en mí cama y le hice el boca el boca mediante un vídeo de YouTube, ya que no tengo ni menor idea de cómo hacer a la gente "volver a la vida", así que sentí ya las respiraciones de Doro y que poco poco abría sus ojos. "Qué alivio... creí que ya se me había muerto el niño" Me dije dando otro suspiro. Me fui directamente al baño a agarrar una toalla y mojarla con agua fría para ponersela a Doro en la frente. Después de todo aquel agobio, me fui a la cocina cantando una canción.

─ Y es que es así, todas mueren por mí, sí, sí, sí, y es que es así, todas mueren por mí, sí, sí, sí. Crímenes destrozados convertidos en abismo, sin ser carilindo, en la cama causo sismos... ─ Cantaba porque me sentía orgulloso de lo que hice, pero al mismo tiempo me sentía que me iba a dar un bajón, me creía alguien por cantar una canción de Cartel De Santa. Escuché pasos por el pasillo, parecían los de un muerto, "¡Ahí está el muerto viviente!" me dije a mí mismo con una cara de entusiasmo. Llegó un momento en el que los pasos se pararon de escuchar, y luego, se escuchó un bum, pero un bum de los buenos, un bum de caerse al suelo de cabeza.

─¿¡DORO!? ─ Grité asustado mientras que me asomaba por la puerta de la cocina. Pobre de Doro, el ezquisofrénico casi se abre la cabeza. Suspiré y me agaché de cuclillas a unos centímetros de su cabeza.

─ ¿Te encuentras bien? ─ Le pregunté. Doro levantó su cabeza del suelo y me miró con una cara de querer matarme. Suspiró y agachó su cabeza de nuevo.

─ Tampoco es para tanto... ─ Le dije mientras que me ponía de nuevo de pie.

Me quedé mirando a Doro mientras que él estaba espachurrado (tumbado) en el suelo. Me paré a pensar un rato mientras que no paraba de ver el cabezón que tiene. Suspiré una cuarta vez del día, me puse los brazos en cruz y dije lo siguiente:

─ Así que esas reacciones son unos cambios de humor que tienes cuando te da un impulso suicida, ¿no? ─ Le pregunté. Puedo parecer la mayoría de veces tonto, sin mentalidad y sin cerebro, pero cuando es ponerse serio, dejo a todos en blanco. Doro levantó su cabeza rápidamente y puso una cara de "¿Cómo lo sabes?" o con una cara de flipado. Doro se quedó callado, había un silencio incómodo.

─ ¿No? ¿nada? ─ Esperé una respuesta del chico, pero nada, aún seguía mirándome con una cara de desprecio.

─ Bien, tú lo quisiste. ─ Me metí las manos en los bolsillos y saqué una libreta con muchas páginas, era la libreta de Doro, la usa como diario. Doro me miró con otra de sus miradas de odio y desesperación. No paraba de gritarme. "Dios, este chico parece que tiene la rabia" Me dije, estaba un poco desconcentrado en el tema de los gritos de Doro. me alejé de él dejándolo en el pasillo, me fui a mi cuarto y agarré un bote de tranquilizador de 7 horas y una jeringuilla. Volví al lugar en donde estaba Doro y le injecté el tranquilizador en el cuello. Después de un buen escándalo, Doro se quedó dormido de nuevo. Lo agarre y lo tumbé en mi cama. Me venía un mal presentimiento en el que algo iba a pasar en esta triste y problemática ciudad. "¿Será cierto mi presentimiento? no creo, serán gilipolleces mías." No paraba de pensar en la misma pregunta y en la misma respuesta, desconfío mucho de mí mismo, en fin, si pasa algo tendré que apañarmelas. Llevé la escopeta que tenía escondida en mi armario y la escondí detrás del sofá del salón. Preparé algunas trampas por toda la casa y agarré la navaja que tenía Doro en su bolso.

Después de todo, a las 6 de la mañana, empecé a escuchar ruidos de pistolas y algunas que otras granadas. "Lo sabía, mis presentimientos nunca fallan" "Que buen momento de empezar la mañana, no crees, ¿Doro?" Me levanté y me fui a mi habitación, que era donde estaba Doro.

─ ¿¡QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO?! ¡SALGAMOS DE AQUÍ CUANTO ANTES! ─ Me gritó Doro, Oásis estaba agobiado, lo único que haría es que vaya detrás mía cómo si fueramos prisionero y policía.

─ Sígueme, te protegeré en cualquier momento. ─ Le respondí mientras que le alzaba la mano. Doro agarró su bolso y salimos de la habitación con cuidado de no activar alguna trampa. Agarré la escopeta, abrí la puerta con cuidado de no hacer ruido. Nos pusimos a bajar escaleras y más escaleras, ¿Por qué a mis padres se le ocurrieron vivir en un octavo piso? Por fin llegamos al piso 0. Parece que hay un hombre en la puerta, estará esperando a alguien... Aquel hombre se giró salvajadamente, sacó un Revólver de su pantalón y se puso a dispararme. La primera bala me rozó en el moflete que me hizo una herida, las demás balas las falló, qué malo es disparando...

─ Venga chico, sal de tú escondite, no te haré daño... ─ Dijo aquel hombre con una sonrisa en la cara. Salí de mi escondite con agilidad y me acerqué a aquel hombre con rapidez y le clavé la navaja en el cuello.

─ ¿Te encuentras bien? ─ Dijimos Doro y yo a la vez.

─ Oh... yo estoy bien, tranquilo, la bala sólo me rozó muy poco. ─ Le respondí.

─ Menos mal... ─

─ Ven, sígueme. ─ Le dije.

Nos adentramos a la ciudad y nos metimos ciegamente por un callejón sin salida.

Escucho pasos, muchos pasos... Gente que va en grupo en dirección a este callejón. Miré a Doro, le prometí protegerle en cualquier momento, y eso es lo que voy a hacer.

─ Ponte detrás mía, Doro. ─ Le dije mientras que estaba apuntando con la escopeta al lugar donde estaba escuchando cada vez los pasos más fuertes.

???

─ ¿A qué esperas a atacar? ─

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Fin del "Capítulo 3 : Un Mal Presentimiento"

¡Feliz año nuevo!

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