Hoy es 19 de julio, una fecha que es bastante rara, ya que, es un día nublado en pleno verano, pero así son los días en estas fechas... Mi nombre es Oásis Doro, tengo 16 años y vivo junto a mi hermanastra mayor, Max. Mi relación junto a mi familia no es muy buena. Antes de que yo naciera, mi padre ya había tenido una hija con otra mujer, siendo mi hermanastra mayor, pues ya no quería más hijos y al enterarse de que yo iba a nacer trató de hacer el intento de abortarme, pero mi madre no quiso y eso provocó de que se separaran, dejándome solo con mi madre. ¿Y cómo es que hoy en día vivo con mi hermanastra? Pues, trágicamente mi madre tuvo un accidente de tráfico conmigo dentro del coche. Raramente salí vivo, pero eso no hacía las cosas fáciles. El accidente me dejó una huella bastante profunda en mí, rompiendo el gran vínculo que tenía con mi madre y provocándome graves problemas mentales.
Hoy me desperté tal y cómo hago todos los días; desayuno, me lavo los dientes, hago la digestión, me visto, lleno de agua la regadera, salgo de casa e riego las plantas con precaución de echarle el agua suficiente para que no se ahoguen. Después, preparo la mochila guardando mí cámara de fotos, mi teléfono, una libreta con un bolígrafo de tinta negra y, con precaución, para entrar a casa vivo, una navaja, por si hace falta.
Después de terminar con todo, salgo a casa cruzando la calle con precaución para que no me pase nada grave como que me atropellase un coche por no haber mirado por dónde voy.
─¡Doro! ─ escuchaba mí nombre por algún edificio. ─¡Doro! ¡Aquí arriba! ─ Seguía escuchando.
Miré hacia los edificios de arriba con un poco de miedo, pero al fin dí con quién me estaba llamando. ¡Es Alex! Por lo grande que es su ventana lo vi sentado mirando tranquilamente cómo los coches pasaban mientras que tocaba un poco de su guitarra eléctrica. Fui corriendo hacia su portal y le llamé al timbre de su casa, entonces me abrió la puerta, y, cómo siempre, estaba sólo.
─¿Aún tus padres siguen trabajando todo el día? ─ Le pregunté un poco preocupado.
─ ¡Claro! Mis padres tienen la confianza máxima de dejarme sólo por el tema del trabajo o de más cosas, mientras que no le abra la puerta a nadie que no conozcan ellos... ─ Me contestó con una sonrisa en la cara.
─Vamos a mi cuarto, ¿Sí? ─ Me preguntó cerrando la puerta de su casa y mientras que me agarraba de la mano.
Nada más cuando cerró la puerta de su cuarto, me tiró a su cama y me empezó a besar intensamente cómo si se fuera a acabar mañana el mundo. Alex y yo tenemos una relación amorosa, ambos somos chicos y nos queremos uno al otro, a lo que me refiero, los dos somos gays.
─Te quierooo... ─ Me dijo mientras que no paraba de darme besos cortos en los labios que me impide hablar. Después de unos largos minutos, Alex se cansó y se levantó de mi cuerpo, ya que estaba encima mía.
─Mira que para dar besos eres un salvaje... ─ Le dije mientras que estaba un poco mareado.
─Ya bueno, hacía tiempo que no nos besamos, así que aproveché el momento. ─ Me contestó mientras que agarraba mi mochila. Alex se había callado, yo no sabía el motivo.
─Por qué tienes una navaja en tú mochila..? ¡¿ACASO NO INTENTARÁS PILLARME DESPREVENIDO Y APUÑALARME?! ─ Exclamó Alex con la navaja en la mano, según mi vista, su cara se veía pálida, me asusté un poco, podría desmayarse en cualquier momento sin que yo me dé cuenta.
─No es eso... La calle de por donde vivo hay muchos drogadictos... ─ Le respondí. Al responderle así, me sentí cómo si estuviera regañandome, pero es que parecía que tenía el propósito de que le respondiera de esa manera.
─Bueno, cambiando de tema... ¿Qué tal los estudios? ─ Me preguntó Alex atentamente.
─Van bien, aprobé todas las asignaturas. ─ Respondí con una leve sonrisa, la cual se me iba a desvanecer en nada de tiempo.
─¿Tu hermana sigue igual...? ─ Me preguntó, esta vez su voz y su rostro eran serios.
─¿Igual...? ¿A qué te refieres...? ─
─Los problemas alcohólicos de tu hermana, su trabajo atormentador de... ─
─Ya, ya, ya me acuerdo... Para por favor. Además no es mí hermana, es mí hermanastra, lamentablemente... ─ Interrumpí para luego soltar un pequeño suspiro. El tema de hablar sobre Max me atormentaba, aparte de incómodarme. Mi hermanastra digamos que tiene un trabajo un poco... Sexual. Mi hermanastra se prostituía para conseguir dinero, siendo bastante joven.
─Está bien, perdón... ¿Esta mañana seguía igual? ─ Me preguntó con un tono un poco serio. Le asistí con cabeza para no usar palabras.
─Quédate aquí entonces. ─ Me dijo con una mirada que era un poco incómoda, pero al mismo tiempo pronunció sus palabras con bastante confianza, por lo que no discutí con él.
─Está bien, me quedaré... ─
Alex me agarró de nuevo de la mano y me llevó al parque que había al lado de su casa. Había toboganes, un resbaladero, un muro de escalar, un pasamanos, una rueda y una barra de equilibrio. Todo estaba muy colorido, pero había aparte unos columpios de muchos colores llamativos, así que quise echarle una foto por lo hermoso que estaban, pero, al echarle una foto, no era igual que lo que había en el clima del mundo real, me asusté demasiado, no me podía creer que me esté pasando esto de nuevo... No... Alex... ¡SÁCAME DE ESTO!
el clima es diferente... En los columpios hay sombras desconocidas susurrando mi nombre... Aquellas sombras me asustan demasiado... Me he adentrado en mi mente de nuevo... ¿Por qué me he metido en la foto que acabo que hacer? ¿Por qué me pasa esto ahora? ¿Por qué a mí...? ¿¡POR QUÉ A MÍ?!
─¡Doro! ─ Se escuchaba como si fuera que estoy debajo del agua, parecía la voz de Alex, pero no podía despertar de esto e irme al mundo real.
─¡Doro! ─ Escuché de nuevo repetidamente, pero esta vez se escuchaba mejor, parecía que estaba volviendo a la normalidad.
─Hey, ¡DORO!!!!!!!!!!!!!!!! ─ Escuché de nuevo mi nombre fuertemente, pero parece que este intenso grito me hizo despertar al mundo en el que estaba hace un rato.
Mis ojos volvieron de nuevo a la normalidad, lo único que enfocaba mi vista eran gotas cayendo mientras que estaba con Alex, al verlo, parecía que estaba aliviado y un poco dudoso.
─¿¡Qué te a pasado!? ─ Me preguntó asustado.
─Me había dormido... ─ Le mentí, no le puedo contar nada de lo que me pasa a nadie.
─¿Me dejas ver la foto que le hiciste a los columpios? ─ Me preguntó. No sabía que hacer, entonces, se la enseñé, pero reaccionó diferente tal y cómo reaccioné yo.
─Está bonita, lo único que no entiendo es por qué te pusiste así... ─ Me respondió, parece que no vió lo mismo que vi yo. Aún así, pienso que mi mente se inventa cosas...
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Fotografías marchitadas
Misterio / SuspensoEl tiempo vuela, al igual que los pájaros, pero, por más que trate de no pensarte, aún sigues en mi mente, y eso realmente duele. ¿Cómo sanaría este dolor, si lo único que quiero es olvidarte? Historia original ¡!