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Capítulo 35

Aunque el hijo de Chen Shuangyue es bajo, su estatura es muy rara en esta era de falta de comida y bebida, no es delgado en absoluto, su cara redonda es como un líder, es su nombre Zeng Gao" es un poco lo contrario.

Se pavoneó frente a Lu Che, debido a su altura, solo podía mirar hacia arriba, aun así, su impulso arrogante continuó, señalando a Lu Che y diciendo: "Hijo de un gamberro, ¿Qué pasa? ¿Serías elegible para aparecer aquí? Sal ahora".

"¿Por qué no está calificado para pararse aquí?" Antes de que Lu Che pudiera hablar, Jiang Yao ya se había dado la vuelta.

Zeng Gao se giró para mirar a Jiang Yao, aunque era una mujer, era un poco más alta que él. Odiaba a las mujeres altas más en su vida, porque frente a ellas, siempre sentía que lo comparaban, y la miró con disgusto, "¿Quién eres? Le enseñé al hijo de un gángster. Estás aquí un mucho. ¿Cuál es tu negocio?

"Tengo que ocuparme de los asuntos de mi hombre". Jiang Yao dijo imponentemente: "Además, sigues diciendo que Lu Che no está calificado para aparecer aquí, creo que eres el primo de un hooligan . Ni siquiera calificado ".

"Tú..." Zeng Gao era el más tabú para que otros mencionaran a Lu Zhisen, un primo humillante. Detrás de él, apretó la voz y dijo: "¿Todavía quieres que todos se amontonen?" alrededor y escuchar el comportamiento de mala calidad de su prima?"

Ahora es la hora pico del taller de reparación, muchos trabajadores se detienen para ver la diversión, Zeng Gao no quiere que la gente sepa sobre el escándalo en casa, por lo que solo puede soportarlo de por vida. , apretó los dientes y dijo: "Lu Che, no hemos terminado".

Las palabras cayeron, le estrechó la mano y se fue enojado.

Cuando Zeng Gao llegó lejos, Jiang Yao le preguntó a Lu Che: "¿Por qué dejarlo ir así? Este tipo de persona necesita que le enseñen una lección".

"Tenga paciencia". Lu Che dijo: "Todavía no he entrado con éxito en la fábrica, y no quiero hacer una escena. Si esto es visto por los líderes de la fábrica, mi impresión de mí se reducirá en gran medida ".

"Así es." Jiang Yao sintió que el jefe era más considerado que él mismo.

Los dos continuaron caminando hacia la oficina del Director Hu. Cuando casi habían llegado, Lu Che le pidió a Jiang Yao que esperara afuera. Después de todo, no era conveniente traerla juntos.

"Espera y no corras", explicó Lu Che.

"Está bien", Jiang Yao se rió y dijo: "Realmente me tratas como a un niño".

"Eres más difícil de llevar que un niño." Después de que Lu Che torció los labios, se dio la vuelta y entró.

Jiang Yao esperó de todas las formas posibles, cuando vio unos bancos de piedra no muy lejos, se acercó y se sentó.

La posición del banco de piedra puede ver la salida del corredor de la oficina de un vistazo, no tengo miedo de que Lu Che no pueda verla.

"Oye, escuché que el gerente de la fábrica tiró del cable por ti y te presentó al hijo de Zeng Gong, ¿verdad?"

"Sí, ¿cómo lo supiste?"

"No te preocupes por cómo lo sé, te preguntaré cómo está el hijo de Zeng Gong".

"No muy bien, su nombre es Zeng Gao, pero su estatura es exactamente igual a la de Zeng Gong, incluso más bajo que yo".

Había dos trabajadoras hablando en el banco de piedra al lado. Jiang Yao no le prestó mucha atención, pero cuando escuchó la palabra "Zeng Gao", sus oídos de repente se animaron, y fingió mirarlo sin darse cuenta. Las dos trabajadoras se miraron.