CAP. 6

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Narra cofi:

¡Me van a matar si sigo aquí detrás del árbol!

- Salgan de sus casas e ínquence frente a ellas- se escuchó a través del megáfono la voz masculina.

-¡Esto no puede estar pasando, maldita sea!- susurré mirando a mi alrededor, al parecer habían dejado de disparar desde hace un rato pero ¿Quién dice que si me nuestro no me harán daño?

Debatía si debía salir o no cuando escuché una fuerte explosión cerca de mí.

-¡No, no, no!- corrí inmediatamente a colocarme de cuclillas frente a la casa donde me encontraba. Miré que detrás de mí salían aterrorizados los dueños de la casa donde me había escondido, los cuales también hicieron lo mismo.

- ¡Busquen al muchacho!- Se oyó como aquel hombre ordenaba a los demás. Al parecer el que está gritando es el líder, imaginé.

Varios hombres empezaron a revisar a cada hombre joven que se encontraba en el lugar.

¿Por qué lo hacían? ¿Por qué me encontraba en todo este lío?
Tengo entendido que esta ciudad está hecha un desastre, la policía ya no sirve, se dejan sobornar por cualquier persona y la credibilidad ya la perdieron.

Nunca me entero de nada, supongo que me he perdido de mucho.

Por el rabillo del ojo pude ver como uno de los encapuchados, cada vez se acercaban más a mí.

¡No puede ser!

Esta gente está aterrada, quizás los encapuchados sean más malos de lo que pensé ¿Qué nos harán? ¿Qué quieren?

Da igual, no tengo nada que perder, más que la misma vida, la que me fue otorgada y arrebata cruelmente cuando nací.

Llegó el encapuchado, levantó mi cabeza, tomándome del mentón para poder observar mi rostro.
Se me queda viendo por algunos segundos, dudoso y exclama:

-¡Lo he encontrado señor!- Mientras me toma del brazo y me lleva hacía el lider de ellos.

Todos levantan la cabeza y me miran con asombro pero al mismo tiempo con un alivio que no pueden ocultar.

Me arrojan a los pies del lider, levanto mi cabeza poco a poco, aún en el suelo.

Mis ojos toparon con unos ojos color verde intenso, una mirada penetrante y un ceño fruncido.

Narra el capitán:

-¿Así que este es el muchacho que buscamos?- Pregunté sarcástico -Bien, metan al muchacho en la camioneta, debemos regresar cuanto antes.

Desconocía por qué querían específicamente a ese muchacho, pero al parecer lo buscaban frenéticamente, incluso me dieron esta última misión sabiendo que si no lo encontraba vivo o muerto, no me dejarían ir de la organización de una vez por todas.

Narra cofi:

Veía como a mi al rededor la gente me veía con miedo, repugnancia, lástima, odio, y con muchas otras emociones que no pudieron ocultar. Mientras me llevaban, no sabía que íba a ser de mí ¿Esto ha sido todo para mí? No sé si es buena suerte o mala suerte el morir a manos de estas personas. ¿Quiénes son? ¿Qué quieren de mí?

Me subieron a la camioneta, fue muy fácil ya que no puse resistencia. Estando adentro, a punto de preguntar sobre qué estaba sucediendo, un hombre se abalanzó sobre mí, cubriendo mi nariz y boca con un pañuelo que contenía una sustancia desconocida, la cual, al respirar, automáticamente me quedé dormido.

Flash back...

-¡No te vayas Evan!- Gritó desesperadamente una señora tomando el brazo de aquel hombre.

-¡Me he cansado! ¿Qué necesidad hay de que te quedes con ese niño? ¡Mi desición no va a cambiar! Te he dicho que me iré de la casa, además, he conseguido a una chica mucho más joven que tú y no tiene hijos de otro hombre, ¡Hasta nunca!- Soltó Evan antes de cerrar la puerta y salir con maletas, definitivamente de aquella casa.

-Mami ¿El señor Evan va a regresar?- preguntó aquél niño jalando suavemente del vestido de su madre mientras la miraba con ternura.

-¿Esto era lo que querías verdad maldito?- tomó al niño del brazo y lo empezó a golpear desde la cara hasta su espalda con la mano, no conforme con eso, tomó su tacón y lo golpeó contra el cuerpecito desnutrido de aquél niño.
El niño lloraba que parara, mientras algunas de sus extremidades quedaban con moretones y heridas un poco profundas, pero no graves.

-¡Nunca debiste nacer! ¡Mi vida era perfecta, tú eres la peste, un bueno para nada!- seguía gritando la madre de aquél niño mientras golpeaba al niño.

Aquél niño de 4 años gritaba con todas sus fuerzas, pero parecía que su madre había olvidado que él era su hijo, solo podía ver un odio inmenso en sus ojos.

-¡Mami... perdóname!- gritaba el niño, hasta que su madre se detuvo por un fuerte dolor de cabeza que era ocasionado por una resaca.

-Maldito niño, ¡Cállate!- Fue lo último que dijo para irse a su habitación.

-Mami.. perdóname- ...
















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⏰ Última actualización: Aug 15, 2023 ⏰

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