Cuando abrió la puerta principal de su casa, cansado, pero con su alfa inquieto removiendo su interior lo primero que noto fue el pasillo oscuro y la tenue luz de la televisión asomándose por el umbral de la sala.
Caminó despacio hasta llegar ahí y fue inevitable no notar el bultito sentado en el sofá individual, tan pequeño y delicado. El omega veía Tom y Jerry en la televisión, tan entretenido mientras comía que no se había dado cuenta de su presencia, y eso fue bueno para el alfa, pues pudo admirarlo por unos cortos segundos más sin sentirse nervioso.
Y es que era demasiado para Louis verlo usando únicamente una de sus playeras para dormir y que probablemente, el pequeño rizado ya olía a él.
Su manita era totalmente escondida cada vez que la metía a la bolsa para sacar las galletas de gengibre, y manchaba un poco sus comisuras, reía en algunas partes de la caricatura y sostenía su pancita debido a la risa, inclinándose hacia el frente.
Pura perfección.
— Harry.
El nombrado se sobresalto demasiado, tanto que el paquete de galletas cayó al suelo y subió sus piernas al sofá, muy asustado, no se esperaba que el alfa llegara muy rápido del trabajo y mucho menos tenerlo sobre el marco de la sala luciendo tan atractivo con esa ropa tan simple.
Llevaba varios días en su casa y aunque sabía que al alfa no le molestaba la confianza que llegaba a tener para usar sus cosas, aún se avergonzaba que lo descubriera.
Louis encendió la luz y se acercó muy rápido, con arrepentimiento en su pecho.
— No, no, yo... Lo siento mucho, no quería asustarte — Se disculpó y se inclinó para recoger la bolsa.
Vio los deditos del rizado de colores por las decoraciones de las galletas, intentando no tocar los muebles para no ensuciarlos, Harry se dio cuenta de eso y puso sus manos tras su espalda.
— Y-yo lo siento, es que... Es que me aburrí — Se apresuró a decir el mas bajito, sintiendo ya un poco de vergüenza — Te limpié la cocina y la sala y uhm...
— Oye no, ¿Que te dije sobre limpiar? Puedes lastimarte.
Harry se encogió de hombros y Louis dio unos pasos atrás cuando supo que su aura estaba poniendo más nervioso al omega, y aunque él también estuviese nervioso casi no lo hacía notar.
— Perdón — Se disculpó de nuevo, ahora con una sonrisa — También tome ropa tuya por qué tenía frío y... Es que se me hizo agua la boca con las galletas cuando las vi ahí — Señaló con su dedo el mesón de la cocina y Louis le sonrió de lado, devolviéndole la bolsa.
— Está bien, no tienes que disculparte de nada.
Harry tomó sus galletas y las apretó en su cuerpo. Louis no pudo evitar desviar la mirada del ligero y discreto bultito que cargaba el omega como pancita, su alfa le rogaba y aullaba por que lo tocara y besara, protegiendo al cachorrito que ahí había.
— ¿Todo bien hoy? ¿Se portó bien? — Preguntó el alfa, apuntando a dónde Harry cubría con sus manos.
El omega asintió levemente. No era que Louis lo incomodara o le tuviera miedo, pero teniendo en cuenta que llevaba algunos días en su casa sin aportar absolutamente nada más que comer las frituras de la alacena a escondidas y ser descubierto, no era del todo agradable.
— Uhm, ¿Quieres que prepare la cena? Vi una receta de lo que me dijiste que te gusta, la aprendí — Ofreció el menor.
— No Harry, por favor no te esfuerces, me gustaria que estuvieras tranquilo mientras vivas aquí, por favor.
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ginger house • omegaverse
FanfictionUna mini historia Navideña. Dónde Harry es un bonito omega rizado. Y Louis un alfa, con una obsesión por su pancita. No acepto traducciones ni adaptaciones. 19/Diciembre/2022