Dos

2.5K 330 419
                                    

Harry entra con bastante timidez detrás del alfa, quién lleva su maleta y se encarga de encender las luces a su paso para alumbrar la casa.

Siente y agradece la hospitalidad de Louis a pesar de que no lo conoce, y aunque sus palabras le llegan a la mente sobre ser un aprovechado o un psicópata a él no le parece así, pero no se deja llevar, ha confiado antes en personas y luego terminado ahí, en un pueblo dentro de una gran ciudad que no conoce y en casa de otro desconocido.

El lugar huele a madera y brisa fresca, casi ronronea cuando se da cuenta que combina con el olor a tierra mojada del alfa, pero solo cierra sus ojos y da un suave suspiro cuando se detienen en la sala.

— ... Y bueno, esta es mi casa — Empieza Louis, tratando de ordenar un poco — Puedes ver qué no es muy grande pero al menos tengo una habitación extra. Tu y tu bebé estarán bien.

El Omega por instinto toca su vientre por encima de la chaqueta, que aún le mantiene caliente pero que comienza a estorbarle de repente cuando va adaptándose al calor del lugar, así que se la quita, quedando solo en una blusa de mangas largas que parece ser su pijama.

Louis se distrae de su tarea de ordenar y mantiene sus ojos en el pequeño omega distraído. Ve su ligera y para nada exagerada pancita que si no era por qué ya sabia que estaba en estado, creería que solo era la tierna complexión del rizado.

— Me gusta.

El alfa parpadea y sube la mirada a los orbes verdes, no fue una mejor idea, pues quedó igual de encantado y todo lo que hace es boquear en busca de palabras.

— Si, eso es bueno — Sonríe y luego se da la vuelta para correr a la cocina y dejar los trastes que había sacado de la sala, luego cuenta hasta tres para distraerse y vuelve.

No vio al chico en el lugar donde lo había dejado, ahora estaba husmeando en una caja que había encima del sofá individual.

— ¿Es de Navidad? — Pregunto el Omega, sacando unas esferas de vidrio con agua dentro — ¡Es un pingüino!

Louis sonrió y camino hasta la caja para ver también, pero Harry dejó las cosas y retrocedió dos pasos con sus manos escondidas en su espalda.

— L-lo siento, no debí ver ahí.

— Hey, no te preocupes, no me molesta para nada — Lo tranquiliza, tomando de nuevo la esfera para dársela — Te la regalo si quieres.

El rizado agradece con una sonrisa y agita la esfera para que la nieve dentro se mueva con el agua, parece que le divierte.

— ¿Quieres ver la habitación? — Lo interrumpe el alfa de su juego, el Omega acepta más tranquilo y lo sigue hasta una puerta de madera.

La habitación es más amplia de lo que esperaba, tiene solo una cama de dos plazas y un mueble para guardar sus cosas. Camina dentro con confianza y abre las cortinas de la única ventana que hay para ver lo que se ve, eventualmente no ve nada por el oscuro paisaje, solo árboles y sombras de las ramas, así que la vuelve a cerrar.

— ¿Te gusta?

— Si, es perfecta Louis, muchas gracias — Se voltea para ver al alfa, que de nuevo trae sus cosas y las deja sobre la cama — Prometo que serán solo un par de días y te pagaré.

Louis hace una mueca.

Un par de días, ¿No pueden ser un par de años o más?

— No hace falta que me pagues nada, lo hago de corazón — Saca unos edredones de las puertas del mueble y comienza a tender la cama — Además, va a ser navidad, tómalo como un acto de bondad.

ginger house • omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora