ginger house • omegaverse

cinco

Eran pasadas las once de la noche, la cena de noche buena estaba por toda la mesa ya casi a terminar. Ambos habían cocinado ensaladas y purés durante todo el día y ahora se encontraban decorando casitas de gengibre como pasatiempo.

Harry tenia su delantal un poco sucio de colores por el glaseado y las grajeas y le mostraba los deditos a Louis cada que los llenaba de nuevo, luego el alfa reía y se los limpiaba, pues sabía que no gustaba tener las manos sucias.

— Bueno, se que no es un concurso ni mucho menos pero... — Empezó a decir el Omega — ... Mi casita es más bonita que la tuya.

Louis miró sus jengibres mal acomodados.

— ¿De que hablas? Es muy cool, mira, aquí está la puerta y le puse esas golosinas como en Hansel y Gretel.

Harry se burló sin querer hacerlo realmente pero la casita de Louis estaba muy deformada.

— Apuesto a qué la bruja si vive ahí dentro.

El alfa lo miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa forzada.

— Eres muy cruel, Hazza.

El Omega le lanzó un besito y Louis sintió sus mejillas rosadas, bajo el rostro y escuchó en el reloj de la sala el timbre de media noche, Harry lo miró emocionado.

— ¡Es navidad Lou! — Se puso de pie y cuando rodeo la mesa el alfa lo atrapó en sus brazos para que se acomodara sobre él en un abrazo.

— Feliz navidad, omega.

— Feliz navidad, Alfa — Lo apretó más por el cuello, buscando su aroma — Muchas gracias por todo lo que has hecho por mi y bebé.

— No agradezcas, ese es mi deber — Lo enderezó y Harry sintió el calor de la respiración del mayor cerca de su rostro, carrasepeo y ladeó una sonrisa para mirar a otro lado — ¿Listo para la sorpresa?

Harry volvió a mirarlo con sus grandes ojos verdes y asintió, levantándose y tomando de la mano al Alfa. Tomó de la mesa un panecillo para comerlo en el transcurso a la sala y se detuvieron en el árbol.

Aún esperaba que algún regalo estuviese debajo pero no había nada, no entendía.

— No está aquí — Dijo Louis, al ver cómo el Omega miraba al arbolito, él lo miró — Vamos a mí habitación.

— ¿Tu habitación?

Nuestra, pensó el alfa.

Se dejó guiar por Louis hasta la puerta de su cuarto, había respetado desde hace días la regla que le había dado sobre no entrar, así que ahora tenía curiosidad.

— Espero te guste, me tomó bastante tiempo — Le Frotó el dorso de la mano.

El Omega se quedó de pie hasta que Louis abrió la puerta por completo y encendió la luz.

Casi se quedó sin aire al contener su omega interior por la necesidad de querer empezar a anidar en ese gran espacio de mantas y colchones que ocupaban la mayor parte del espacio, dejando solo un pedacito para un mueble con una televisión, no había nada más que un enorme nido, y era de él, de ellos.

Empezó a sollozar.

— ¿D-de verdad lo hiciste? ¿Es para mí?

— Como una casita de gengibre, es todo tuyo, pequeño ¿Te gusta? — Se puso detrás de él y con timidez puso una mano sobre el vientre más hinchado del Omega — ¿Les gusta?

Harry acarició sus dedos y asintió, incluso empezaba a sentir mariposas y cosquilleos en su pancita.

— Me gusta mucho — Murmuró, luego lo miro por encima del hombro — ¿Ya podemos entrar en él?

— Claro que sí, omega — Lo animó — Anda.

Harry dio dos pasos y se dejó caer sobre él, era tan suave y se hundía fácilmente sobre su peso, rodó hasta quedar en el centro, luego soltó una ricita al tomar un cojín y ponerlo sobre su rostro, olía Louis.

Suspiró pesadamente y miró hacia la puerta donde el alfa lo miraba encantado.

— Ven, por favor — Palmeó a su lado — Será mejor contigo aquí.

Louis se quitó los zapatos y gateo hasta el Omega, solo que no se recostó a su lado, quedó encima de él apoyado en sus codos para no lastimarlo.

Harry acarició sus mejillas con las llemas de sus dedos. Quedaron unos momentos solo viéndose fijamente y sonriendo sin saber por qué, el Omega habló primero, después de tragar saliva.

— ¿Tu también estás listo para tu sorpresa?

— ¿Me tienes una?

— Si, creo que es muy buena — Prometió, Louis rozó sus narices y el menor cerró sus ojos.

— ¿Qué es?

Se encogió de hombros bajo él y giró la cabeza para romper el contacto, luego tomó una mano del alfa para ponerla sobre su pecho.

— Primero quiero que me respondas algo.

— Lo que sea, Omega.

— ¿Sientes lo mismo que yo? — Preguntó, casi en un susurro tímido y esperanzado — Por favor dime qué si, dime qué es mutuo y que no estoy loco.

Louis sintió que empezó a temblar por el nerviosismo, así que se dejó caer a un lado del Omega, recargó su cabeza en su mano y froto la pancita con la otra.

— Solo te siento a ti, Omega — Murmuró — Y a bebé.

Los latidos de sus corazones estaban sincronizados y ambos latían muy rápido, Harry jadeaba de emoción y empezó a relajarse conforme el alfa dejaba caricias calientitas en su vientre, su bebé estaba cómodo.

— Entonces, ¿Ya puedo decir que mi cachorro también es tuyo?

El alfa de Louis ronroneaba fuerte y posesivo, lo que hizo al ojiazul apretar al Omega contra él y quedar más cerca de sus labios, sin soltarlo.

— Este bebé ha sido mío desde que te conocí, mi cachorrito.

No tardaron demasiado en cortar esa tortuosa distancia que los separaba para besarse por primera vez.

Los labios de Harry eran cálidos y gruesos, mientras que los del alfa eran deliciosamente fríos y suaves.

Se besaron cuánto quisieron hasta quedar sin aliento y cuando se separaron y se vieron a los ojos sonrieron.

— Es el mejor regalo que me han dado Omega, y nadie va a venir a reclamar o intentar quitarme lo que ya es mío.

— Tu otro regalo está aquí, para cuando quieras — Ladeo su cuello y empujó el rostro de Louis hacia su cuello donde podría ir una marca.

Louis gruñó y cuando Harry lo oyó ronroneo sin vergüenza alguna, ambos se echaron a reír.

— Ten por seguro que estará ahí para cuándo despiertes mañana, cachorro.

Fin.

Holiis, Se supone que la tenía que terminar para mera navidad pero pasaron cosas jajsj.

Tal vez luego le agregue extras o la haga con capítulos más extendidos para hacerla fic cómo tal, pero por lo pronto se queda así ¿Qué les pareció?♡♡