Epílogo

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Tres años después




"El rey Hwang ha muerto"

Su cabeza se gira como un resorte. Heiran está sosteniendo un papel entre sus manos.

Seungmin se levanta con rapidez, y le arrebata la carta de las manos para comprobarlo él mismo. Tiene el sello real, y una invitación al funeral del rey. Se realizaría la mañana siguiente.

"¿Qué?" Es lo único que sale de sus labios, y sus manos comienzan a temblar.

Siente los dedos de su mejor amiga posarse en su hombro para darle apoyo.

"Sé que eran grandes amigos" La escucha decir "Lo siento, Seungmin"

No, no fueron amigos. 

Fueron amantes. Compañeros. Almas gemelas. Pero eso era algo que solo Hyunjin y él compartían. Ni siquiera su mejor amiga de hace años tuvo el privilegio de escucharlo, no porque Seungmin tuviera miedo a contarlo, sino más bien, por el bloqueo que él mismo se impuso.

Su amor se veía como algo tan lejano. Mientras llora en brazos de Heiran, recuerda su primer beso juntos. Sus miles de conversaciones. Lo corto e intenso que fue su amor. Y lo abrupto que terminó.

Han pasado tres años de aquel día, y no hay segundo en que se cuestione si hizo bien en abandonar todo y velar por su bienestar.

No porque lo esté pasando mal. De hecho, su estatus económico dio un vuelco al volver a su pueblo. Logró conseguir las mejores telas, mejores clientas. Logró mucho más renombre a nivel nacional. Era demasiado cotizado, solo por haber confeccionado una pieza para el rey. Y no solo cotizado en el trabajo; señoritas se le declaraban tanto que ya no era sorpresa. Tenía algunas, como denominaba Heiran, fanáticas, que esperaban a que llegara a casa para invitarlo a fiestas de solteras.

A pesar de eso, ninguna de ellas lograba hacerle olvidar a su gran amor.

Su gran amor que ahora ha muerto.



La nación amaba al rey Hwang Hyunjin. Había hecho un montón por los más necesitados, en situaciones de pobreza. Había liberado a presos políticos, presos de guerra, que fueron encarcelados injustamente años atrás. Reunió familias y les dio una nueva oportunidad para empezar. Sin olvidar el hecho de mantener las relaciones entre Japón en buen estado, demostrando su compromiso con aquella cultura y organizando festivales para incluir a sus súbditos en las costumbres japonesas. La reina Naoko tampoco se había quedado atrás. Junto con Hyunjin, habían creado escuelas que incluían un espacio de aprendizaje para niñas, algo pequeño pero que demostraba un gran avance. Juntos habían formado una nación más unida, culta, con un renovado bienestar. Por ello no fue sorpresa que todo el país estuviera devastado por la noticia de la muerte del rey, y que pronto comenzaran a correr rumores, intentando dar explicaciones a la muerte prematura del soberano.

Vísteme [HYUNMIN, MiniFanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora