Uno

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¿Eran galletas y avellana?

No, caramelo y leche.

... ¿O era leche, caramelo y galletas de avellana?

No lo sabía con exactitud, pero no era su cafetería la que olía así, definitivamente no podía ser ésta, estaba de acuerdo que el lugar siempre olía bien, pero ese olor, le encantaba y su alfa rogaba por encontrar de dónde provenía.

Ni siquiera escuchó la campanilla colgada sobre la puerta avisando que llegaban clientes, así que cuando dejó de acomodar las cosas debajo del mostrador y se puso de pie, se sobresalto por una pequeña figura frente a él, un omega, un omega muy bonito.

Y bingo. Había encontrado el olor.

— Hola, buenas noches — Saludó el chico, con una sonrisa tan bonita que marcaba huequitos debajo de sus mejillas.

Louis apenas pudo abrir los labios y saludar con solo un movimiento de cabeza, sin palabras.

Le sorprendía la llegada de un nuevo cliente, pues el frío afuera ya era demasiado cómo para que la gente decidiera salir de sus casas, aún así estaba dispuesto a atenderlo lo más rápido para que se fuera y se pusiera a salvo del clima.

— Yo solo vengo a preguntar por este lugar, mi teléfono marca que estoy cerca pero no vi nada — El chico le mostró un papel pequeño y rasgado, Louis quitó la mirada de esos ojos verdes bajando el vaso que traía para preparar café.

Era una caligrafía muy bonita y ligeramente cursiva en la que se entendía escuela de baile "Pits"

— Uh, no, lo siento, no conozco ninguna escuela de baile — Respondió, apretando la franela que aún sostenía en su manos, ese chico era tan bonito, su piel, esos ricitos desordenados y su bufanda al rededor de su cuello...

— ¿No está por aquí?

Louis parpadeo.

— No existe. No hay ninguna escuela de baile en el pueblo — Fue sincero, pues tenía casi un año viviendo ahí y ya conocía todos los lugares, y no había ninguna escuela de esas — La más cerca está ya entrando a Londres y no se llama así.

El alfa no dejó escapar el notable cambio en el rostro del Omega, ya no había sonrisa ni ojos brillosos, solamente una mueca y una mirada al suelo, parecía pensar.

— ¿D-de verdad, no hay ninguna llamada así? — Murmuró, con su voz quebrada.

Louis no supo si su voz fue alta o grosera y era la responsable de su cambio, esperaba que no, pues no era un alfa que le gustara intimidar a los Omegas, mucho menos al que tenía frente a él. Entonces por si las dudas decidió hablar más despacio y pausado.

— No, lo siento mucho — Se disculpó, luego pensó ladeando la cabeza — Aunque ahora que recuerdo, si hay algo que se llama así, pero no tiene nada que ver con una escuela de baile.

— ¿Y qué es?

— Es una gasolinera, está a dos cuadras de aquí cerca del callejón, Los Pits.

El pequeño rizado comenzó a verse notablemente mal, su labio temblaba y amenazaba con comenzar a hiperventilar por su entrecortada respiración. Louis se preocupó, así que dio vuelta al mostrador para llegar a él.

Era más bajito y apostaba que si lo abrazaba su cabeza quedaría en su cuello, pero no pensó en eso durante ese momento, claro que no.

— Oye, ven siéntate ¿Estás bien?

Lo guío a una mesa vacía y lo sentó, el Omega escondió su rostro entre sus manos y comenzó a llorar, Louis se hincó frente a él.

— Hey, ¿Que pasa? Por favor háblame dime qué necesitas.

ginger house • omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora