«Visita a familiares»

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— ¡Todo está muy blanco! —sabía el camino de memoria porque iban varias veces al año, no tenía miedo a separarse de sus padres.

—Emma, cuidado te caes. —le advirtió su madre, por la nieve el suelo se volvía bastante resbaloso.

Deseaba que la visita a sus familiares fuera de otra manera, pero no le quedaba de otra más que visitar el cementerio siempre que quisiera verlos. Su hija no entendía muy bien como funcionaba todo, pero comenzó a comprenderlo un poco mejor luego de la muerte de su bisabuelo el año anterior.

La menor de la familia fue la primera en llegar y ya conocía la rutina de todas las navidades. Comenzó a quitar la nieve que se acumuló sobre las tumbas y el lugar donde ponían los regalos que llevaban. Su padre se encargó de colocar los dulces que habían llevado.

—Mamá, ten cuidado. —trató de ayudar a su madre a sentarse sobre sus rodillas, porque no quería que se callera y se lastimara él o su hermanito.

—Gracias, cariño. —todos los años iban juntos en familia, se quedaban y rezaban por un rato, en un inicio fue para tratar de inculcarle esa costumbre a su pequeña, pero terminó volviéndose una costumbre familiar.

La menor de la familia no conocía mucho a su familia materna y con quién más trató de conversar ese año fue con su bisabuelo, pero aún sin conocerlos su madre le hablaba mucho de todos y siempre les contaba un poco de su vida o lo que había pasado, también les hablaba sobre sus padres y ahora de su próximo hermanito y la ilusión que le hacía. Se esforzaba por contarles cosas importantes, pero muchas veces se terminaba desviando del tema.

Al terminar se quedaba esperando a sus padres que se quedaban rezando por bastante tiempo. Su padre tenía cara muy seria, su madre siempre parecía que iba a llorar en cualquier momento. Le gustaba sentarse en sus piernas y abrazarlo para que no estuviera triste, pero ese año parecía algo difícil. Se puso de pie con cuidado de no hacer ruido para no molestar a sus padres y abrazó a su madre por la espalda, veía a su padre hacerlo todos los días, entonces suponía que a su madre le gustaba que lo hicieran. Observó a su papá darle la mano a su mamá y besarla con cuidado. Ya su padre le había dicho que su mamá en algún punto estaría cambiando su estado de animo bastante seguido y de la nada, y lo había comprobado. Algunas veces estaba feliz con ella y de repente se peleaba con su padre por alguna tontería, o conversaban y de la nada su madre comenzaba a llorar cuando nunca lloraba frente a ella; por lo que no se preocupó tanto cuando lo escuchó sollozar. 

Hacía mucho frío y no pasarían tanto tiempo ahí, por lo que no mucho después terminaron. Draken ayudó a Mikey a ponerse de pie mientras su pequeña lo observaba con un poco de tristeza. No le gustaba ver a su madre llorar. Su padre limpió las mejillas de su madre y besó su frente, siempre hacía eso cuando su mamá se sentía mal.

— ¿Los extrañas mucho, mamá? —su pequeña se abrazó a él y con cuidado le acarició la cabeza a su hija.

—Sí, cariño. Los extraño demasiado.

[...]

—No lo veo... —la estación de tren de Shibuya estaba bastante llena y costaba ver quién iba pasando. La nieve no lograba acumularse por todas las personas que caminaban por el lugar, no era un lugar tan bonito.

—Ven aquí. —rio cuando repentinamente su padre la colocó sobre sus hombros. Desde arriba era mucho más fácil poder ver a las personas.

—Cuando sea grande quiero ser tan alta como papá. 

—Voy a considerar eso como una ofensa. —su madre se encontraba recostado en uno de las paredes de la estación.

— ¡Ahí está! —la pequeña señaló alegremente al hombre que se acercaba a ellos. Nunca comprendió a la perfección porque durante el día no lo veían en alguna casa como al resto de sus familiares, su padre simplemente le decía que mejor no visitarlo. — ¡Abuelo! ¡Estamos aquí! 

—Emma, eres ruidosa. —su padre la dejó en el suelo y esperó al lado de sus padres ansiosamente.

No acostumbraban verlo muy seguido, pero a su pequeña le encantaba verlo al ser el único abuelo que tenía pese a que hasta hace no mucho tenía a su bisabuelo a su lado, sabía que era el abuelo de su madre y no suyo, pero eso no le impidió llamarlo "abuelito" en vida. Masamichi adoraba a la pequeña y realmente le recordaba ligeramente a Draken cuando era tan solo un niño, por lo que siempre que podía la veía, los días fijos eran los cumpleaños de la niña y un poco antes de navidad que eran los días que siempre le daba un regalo.

Conversaron por no mucho rato, esas fechas el burdel pasaba repleto y simplemente se escapaba un rato para saber como se encontraba la familia Ryūguji.

— ¡Mamá, mira! —le mostró alegre el collar que su abuelo le había regalado. Su madre sonrío al verla tan alegre.

[...]

— ¡Tío Baji! —la pequeña se emocionó al verlo y el adulto colocó su mano sobre los negros cabellos.

—Hola, Emma. Adentro están todos tus tíos, por si quieres verlos. —Baji solía discutir bastante con Chifuyu por cual de los dos Emma quería más, pero si había alguien que la niña quería por sobre todos sus tíos, definitivamente era Mitsuya que la consintió más que nadie.

— ¡Padrino! —entró corriendo al hogar del pelinegro.

—Baji, ven aquí, hablemos de Emma y tú tienda de mascotas.

[...]

Todos los años acostumbraban a realizar un intercambio entre todos los ex miembros de la ToMan, aunque la hija de los Ryūguji siempre recibía un regalo por parte de todos, hasta esa navidad era la única hija entre todas las familias y por ende la más consentida por todos, y se mantendría así hasta que naciera el hijo menor de la familia.

—Bien, que empiece la competencia por ser el tío favorito de Emma. —anunció Baji.

La costumbre era que la niña abriera todos los regalos primero y luego los adultos. Le daban desde dulces hasta ropa y siempre hacían una competencia por ver cuál regalo le gustaba más a la pequeña. Adoraba los peluches que le dieron y ansiaba llegar a casa para buscarles un lugar especial en su habitación a cada uno; quería comerse sus dulces favoritos y darle a su mamá que seguramente terminaría robándole alguno; quería ponerle ese nuevo suéter que le dieron para Dorayaki; pero lo que sin duda más disfrutó fue un kigurumi de dragón, porque ahora iba a juego con su papá. Saltó de emoción hasta llegar a sus padres y preguntarles que si podía cambiarse y ponérselo de una vez. Amaba el vestido que tenía puesto, pero le gustaba mucho más su nueva pijama.

—Supongo que el que ganó este año fue Mitsuya. —comentó el padre de la pequeña.

Luego de que la pequeña de cabello negro se cambiara de ropa comenzaron con el intercambio.

Draken le regaló a Baji una caja repleta con Peyoung Yakisoba ya que sabía lo mucho que amaba compartirlo con su omega, junto a otras cosas; Baji le regaló a Mitsuya un libro con todas las creaciones de Coco Chanel; Mitsuya a Chifuyu varios delantales con estampado de animales y el nombre de su tienda de mascotas; cuando llegó el turno de Chifuyu anunció que su regaló era para Mikey, entre las cosas de su regalo había dorayakis y otros dulces que adoraba, junto a ropa para su bebé en camino y al final del todo una carta que decía su nombre junto al de su alfa.

— ¿La leo aquí? —era extraño recibir algo como eso y no sabía si contenía algo que no debía decir.

—Sí, léela en voz alta. —respondió su amigo de la infancia.

—Le pregunté a Chifuyu, no a ti, Baji. —le sacó la lengua al alfa al mismo tiempo que abrió el sobre. Comenzó a leer lo que contenía la tarjeta en su interior. —Para Mikey y Draken, espero que esto no sea muy repentino y disculpen si es muy rápido para preguntar esto debido a que mi llegada será hasta agosto, pero realmente me gustaría saber si les gustaría ser mis padrinos. —la sala quedó en silencio en lo que todos los invitados procesaban la información. — ¿Están esperando un bebé?

—Sí, nos dimos cuenta hace poco. —anunció el omega de cabello negro y entre todos se armó un festejo. Hasta ese momento la única hija había sido Emma porque Draken y Mikey la tuvieron siendo bastante jóvenes, pero no era de extrañar que pronto el resto del grupo comenzara a tener hijos también. Y al igual que ambos le pidieron al matrimonio Baji que fueran los padrinos de su segundo hijo ellos quisieron que los Ryūguji lo fueron para su primer bebé, pensando que ese momento con todos reunidos sería el ideal para anunciarlo.

Family Christmas [Drakey week 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora