«Mañana de navidad»

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Hacía tanto frío que dormir de cucharita con su esposo era lo mejor, la respiración caliente sobre su nuca, una de las manos de Draken sobre su vientre y sus feromonas por todo el aire. Amaba las mañanas a su lado, desde que durmió con él por primera vez hasta esa mañana de navidad, definitivamente no había mejor lugar para despertar que los brazos de su alfa.

— ¡Buenos días! —por supuesto que en sus mañanas no podía faltar su hija que saltó en la cama y terminó despertándolos.

—Emma. —ambos se quejaron al unísono, su hija no aprendía que había mejores maneras de despertar a las personas.

—Es navidad, Santa dejó muchos regalos. —continuó saltando en la cama con la intención de despertar a sus padres, los golpeó un poco en el proceso.

—Emma, quédate quieta, sabes que debes tener cuidado con tu mamá.

— ¿Por qué tienes tanta energía de repente? Son las siete de la mañana aún. —siempre costaba que se despertara del todo y justo ese día estaba más energética de la cuenta. —Quiero dormir. —su hija dejó de brincar en la cama y se acostó en medio de sus padres.

—Estoy despierta desde las cinco, ya esperé mucho, siempre los abrimos a esta hora. —y la pequeña de negros cabellos tenía razón, desde muy pequeña la acostumbraron a esperar hasta esa hora para abrir los regalos, que sus padres quisieran dormir no era culpa de ella, se había esforzado por respetar la regla.

—Emma: uno; nosotros: cero. —se estiraron un poco en un intento de espabilarse y su padre aprovechó para echarle las sabanas encima a su hija y apresarla, su hija rio. —Si no la veo, no existe.

— ¡Aquí estoy, papá! —un leve quejido hizo que tanto esposo como hija pusieran atención al omega.

— ¿Estás bien, Mikey?

—Estoy seguro de que el bebé me pateó una costilla. —su hija rio.

—Es porque mi hermanito también está emocionado por los regalos, ¡vamos! —no tenían forma de decirle que no, por lo que se pusieron de pie y el alfa llevó una cobija consigo porque se negaba a estar fuera de la cama con tanto frío. Emma tomó la mano de su madre emocionada por ir junto al árbol de navidad. —Mami, debes tener cuidado porque el piso está mojado por las huellas de Santa, no te puedes caer.

— ¿Y para mí no hay advertencia? —cuestionó su padre.

—Nop, mamá debe tener cuidado para no lastimar a mi hermanito. —llegaron junto al árbol y se sentaron en el suelo, el alfa se encargó de cubrir a su esposo y a él con la cobija, le pasó un brazo por encima de los hombros. — ¡Yo me encargo de los regalos! —siempre lo hacía su padre, pero estaba aprendiendo a leer y quería hacerlo ella. Se acercó al más grande que vio y leyó con cuidado la tarjeta. —Este es mío. —porque la hicieron escribir tanto su nombre que lo sabía a la perfección. Retiró el papel lo más rápido que pudo y sus padres la veían con una sonrisa, verla con tanta ilusión hacía que todo el estrés y cansancio valiera la pena. — ¡Santa me trajo una moto! —miró con felicidad a sus padres. No era una real, pero podría practicar con ella para cuando sus padres le dieran una verdadera.

—Que bonita está cariño. —respondió su madre haciéndose el sorprendido.

—Ya podrás viajar con nosotros. —su hija rio y tomó el siguiente regalo.

—Este es para... Ma- Mi-... ¡Para mamá! —por lo menos se esforzaba en ello. Su madre lo tomó y abrió el regalo. Uno por uno fueron abriendo los regalos, Emma todos sus juguetes, Dorayaki juguetes para gatos y sus padres cosas que les gustaban o cosas para el bebé que tuvieran relación con el otro. Pese a haber abierto todo la menor de los Ryūguji continuaba buscando cosas debajo del árbol.

Family Christmas [Drakey week 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora