Cuarto: ciclos naturales

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Happier
By: Marshmello ft. Bastille
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Después de seis meses de vivir juntos, cuando ambos ya tenían los veintidós, Aegon ya había hablado con su padre sobre su idea del matrimonio.

Su padre y él jamás tuvieron una relación estrecha, se podía decir que ninguno de osea hijos de su segunda esposa era cercano a él. Rhaenyra siempre fue más para con su padre.

Ese día estaban en el apartamento, era domingo por la tarde, eran al rededor de las 3:30 p. m.

El teléfono sonó en la pequeña Sala de estar, ella estaba terminando de ponerse su ropa debido a que hacía poco había salido de la ducha.

— Egg.

Había gritado desde el interior de la habitación que compartían, él estaba en otro de los tres cuartos; el estudio.

— Voy — fue su respuesta, para salir de la habitación y, sin cerrar la puerta, caminó hasta la Sala.

No estaba muy lejana a donde se encontraba, llegó a la mesita y tomó el teléfono contestando antes.

— Si, diga — fue su respuesta cuando apoyó el teléfono en su oreja.

Minutos después ella salió de la habitación, encontrando al hombre sentado en el sillón con la mirada algo perdida en algún punto inexacto de la habitación.

— Aegon...— la voz de la mujer lo hizo salir de su ensoñación. Sonaba preocupada.

Él se pasó las manos por el rostro, tratando de despejar todo lo que pasaba por su mente. Se levantó y camino hasta ella, poniendo sus manos en sus hombros y presionando levemente.

— Eli — dijo en un susurro, detallando con los ojos a su amada.

Ella notó el brillo que empezaba a crecer en sus ojos.

— ¿Pasó algo? ¿Quieres platicar de ello?

Él sonrió, tratando de que las lágrimas no se derramaran. Suspiró pesadamente y cerró sus ojos.

— Mi padre murió hoy, Rhaenyra me llamó.

Se alejó un poco, soltando su agarre en ella y abrió los ojos para encontrarse con la expresión de preocupación de Elois.

Ahora fue a ella a quien vió acercándose, tomó sus manos entre las suyas y lo guió hasta el sillón, donde él se sentó y ella tomó asiento frente a él, en la mesita donde también se encontraba el teléfono.

— Mi amor... — susurró.

Él se permitió fallar en su actuación y que las lágrimas brotaran, se acercó a ella, tratando de acurrucarse. Ella lo abrazó y permitió que él recostara su cabeza en su pecho, sollozando a veces.

El cementerio siempre había sido un lugar sombrío, demasiado frío y misterioso para si gusto, él personalmente prefería la playa.

Ver a su madre con esa tristeza en los ojos era abrumador, sin contar a Rhaenyra, su hermana había estado llorando desde que llegaron al lugar donde sería el velorio.

Toda la familia, socios y amigos cercanos de su padre, su tío era uno de los más afectados en el lugar, aunque no llorara ya había tomado cerca de ocho copas de vino desde que habían llegado.

Él estaba al lado de su pareja, no se había querido despegar de ella en todo el tiempo desde que llegaron, no fue hasta que su madre les pidió una pequeña reunión en familia que habían logrado que se separará de ella al menos un momento. Era como si cuando se alejaran Aegon colapsaría.

Su mente divagaba al momento de ver cómo echaban tierra en el agujero donde habían bajado el cuerpo de su padre.

Después de eso había llegado a su vivienda, había tomado una ducha y cambiado sus ropas, casi rogó a su pareja por atención, permitiéndose ambos quedar sobre la cama, él recostado en su pecho mientras dejaba que ella peinara con sus finos dedos las hebras de sus cabellos y lloró por un tiempo, hasta que el cansancio lo venció y se quedó dormido.

Remember - Aegon II TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora