Remember - Aegon II Targaryen

Quinto: dejémoslo

Let Me Down Slowly
By: Alec Benjamin
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La peor parte de su historia quizás fue después de la muerte de su padre, cuando las cosas para él comenzaban a ponerse tensas y sus ideas se veían llenas de dudas por todo lo que lo rodeaba.

— Vete conmigo, amor, vámonos. No estoy listo para eso y no quiero hacerlo, él sabía eso.

Ella negó con su cabeza, tratando de no transmitir malos sentimientos con sus ojos.

— Egg, no podemos simplemente huir.

— Si puedo, podemos, en verdad que sí — se acercó a ella y la rodeó con sus brazos —. Puedo dejarle la empresa a Rhaenyra, no la deseo, puede hacer lo que quiera con ella pero no quiero quedarme aquí. Mamá intentará que yo tomé lo que me dejaron y no voy a hacerlo, prometí también que saldremos adelante juntos y eso quiero.

Él aceptaba que a veces podía ser demasiado terco.

Ella simplemente negó de nuevo y suspiró.

Y Aegon comenzaba a pensar que estaba molesta, aunque fuera todo lo contrario.

Había recibido una llamada ese mismo de su hermana diciendo que debían reunirse con el abogado para arreglar el tema de la herencia en la familia, habían permitido un luto de tres meses y entonces las disputas comenzaban en la familia.

Todo estaba bien, bien mientras solamente le habían dicho que su padre le heredaría una parte de dinero y un collar valioso para él, lo último que pensó que haría sería dejar la Presidencia de la empresa para él y que el Consejo empezará a presionarle.

Su madre, aunque bien sabía que no guardaba resentimiento hacia la hija del primer matrimonio de su padre, es obvio que pondría a sus hijos siempre al frente, sin dejar de lado que Viserys; su padre, siempre había tenido una clara preferencia hacia su hija mayor.

Y no acusaba para nada a su padre, siempre quiso a su madre y la respeto de mil maneras, él lo sabía, pero tampoco era secreto para nadie que su primer matrimonio había sido el amor de su vida.

Y Aegon no quería estar allí, no quería tener nada qué ver con la empresa que destruyó el matrimonio de sus padres, muy en sus adentros pensaba que eso mismo pasaría con el suyo y deseaba alejar todo aquello de ellos lo más pronto posible.

— Tenemos familias, cariño, y debemos ser realistas con nosotros — ella colocó una mano sobre su mejilla y acarició levemente — no tenemos aún lo suficiente para salir de aquí.

Y era cierto, pero quería hacer oídos sordos e ignorarlo. Ya había recibido un gran sermón de su madre en el que le decía que debía agradecer a su padre por el regalo que le había dejado, porque pensaba que él era apto para el puesto y otras cosas que prefirió no recordar porque de tan sólo pensarlo le hacía querer cavar un agujero al lado de su padre y enterrarse en él.

Suspiró y se inclinó hacia el toque, queriendo que más y asintió.

— Tienes razón — dijo, pero no pudo sentirlo.