Aproximación al elemento

56 4 0
                                    

No puedo evitar crear una versión idealizada de todas las piezas que he juntado.

Por la tarde, mientras todos se ocupan de sus asuntos, y yo de los míos, me tomo la libertad de buscar entre mis libretas y tomo un lapicero para hacer bosquejos de la imagen que ví de este ser humano; al menos podría estar segura de que lo que apareció al cerrar mis ojos era un ser humano, por supuesto.

Hago trazos desde la forma de su cabello hasta la dilatación de sus pupilas, de sus pies descalzos hasta los mechones que sobresalían en la punta de su melena.

Me siento victoriosa, creo haber obtenido una imagen más específica de esta persona, y esto tranquiliza el fuego que busco apagar todos los días, todo el tiempo; haciéndolo más para vivir en paz que por mera curiosidad.

Pero si vivir en paz significa mantener un perfil indiferente por descubrir quién es Clancy, entonces no puedo sentirme lo suficientemente segura de que mi único deseo es vivir en paz, con mi conformismo.

Esta inseguridad es casi reafirmada cuando me doy cuenta de que algo falta en la criatura que mi propia mente creó... A base de flashbacks, sonidos, distopías y destellos de imágenes.

Tengo un molde; el recipiente, la forma física y un timbre de voz para que hable, incluso acostumbro a llamarle por el nombre que bien podría haber comenzado el escándalo; pero casi instantáneamente me doy cuenta de que este contenedor humano, aún con todas las cualidades que yo misma le otorgué, carece de palabras que decir y de actitudes que adoptar.

Me siento abatida sólo con recordar lo preciso, porque puedo darle forma a Clancy como si fuese una materia maleable para jugar, sin embargo me siento incapaz de darle vida. Me siento tan convencida de esta incapacidad que parece que mi rompecabezas vuelve al desorden.

Todas mis aspiraciones parecen salir desde mis pulmones con el suspiro, con esa simpleza.

Arranco las hojas de mi cuaderno entintadas con garabatos con una frustración que es perceptible sólo en el aire, las lanzo todas como si tuvieran el peso suficiente para caer lejos, justo después de hacerlo me siento entumecida, y con el campo de vista que obtengo observo que las hojas de papel se detienen en el tiempo cuando las aviento, consumidas por una capa de materia color dorado, disolviéndose así en capas; las hojas todas estáticas, junto conmigo.

Mis ojos se abren hasta que arden, el estómago se me hace un vuelco y busco oxígeno como desquiciada, mi mirada rebota de pared en pared. El sudor frío acaricia mi frente y se desliza hasta mi barbilla. Estoy paralizada.

La situación es aterradora de por sí, pero me rindo ante la desesperación porque no sólo mi cuerpo se detiene, si no absolutamente todo lo que hay a mi alrededor. Todo objeto que existe, hasta lo que no puedo tocar, de pronto estalla dejando ver cada pequeña pieza que lo compone; se ve y se siente cromático en mi plano existencial.

Esta ráfaga que rompe la barrera del sonido pasa por la puerta de mi pieza y más lejos, llega hasta quién sabe dónde; es posible que se haya esparcido por toda la ciudad, pero no puedo saberlo.

Los alrededores a los que estoy acostumbrada, como mi casa y mi habitación, vuelven a la nada, y pronto la nada se convierte en todo. La documentación de mis dibujos en hojas de papel, las sábanas en mi colchón, las fotografías colgadas regresan al polvo, mis paredes revientan en partículas. Todo lo que conocí es reducido a objetos desarmados, y lo demás simplemente desaparece.

Podría morir del miedo; pensamientos en mi cabeza como flechas lanzadas en mi contra, mi vida pasa a través de mis ojos, es tan repentino que el estado de pánico es inevitable. Todo lo que creí verdad se esfuma para volver a lo que fue, ahí, en el vacío espacial, mientras yo floto como si fuera elevada por el flujo del río.

Eso está para morirse del miedo.

Y quizás es eso lo que ocurre cuando los eventos que parecen suceder sólo en la ficción, o que tienen una probabilidad estadística mínima, terminan formando parte de tu historia. Te deja completamente atónito, la taquicardia te aniquila como si en verdad este fuera el fin.

Pero no experimenté aquello incluso cuando mi sentido de la vista comenzó a trabajar mejor que nunca, o cuando capturé todos estos eventos de pulverización, el terror que esperaba que tocara mi puerta jamás llegó. Un sexto sentido de neutralización se encendió dentro de mí. Entonces pude percibir que era estable.

Parezco atípica, no identifico emoción alguna, pero algo en mi interior me hace sentir tranquila, lo que me lleva a preguntarme cómo puede pasar esto justo cuando veo que mi mundo se desintegra.

Seguidamente, el vacío se transforma en creación, muros se levantan a mi alrededor, el nacimiento de un suelo emite un temblor; crecen algunas flores y más temprano que tarde me doy cuenta de que esta habitación se llena de muebles y artefactos. No es una habitación conocida para mí. De hecho, es una habitación distinta a todas las que he visitado por sus colores vibrantes y fosforescentes, además de su desorden que irónicamente parece estar bien organizado. Cables rodean mis pies.

Cuando la vibración del piso cesa, escucho el sonido de una grabación que me sobresalta, y me giro sobre mi hombro fijando mi mirada en una mezcladora de sonido de llamativa apariencia.

"Sé que muchas veces estás ocupado con tu... podcast. Y sé que lo que dijiste sobre el alma era tan cierto.
Me pareció interesante y yo quería hablar de eso porque, sólo esta mañana estaba consciente de este fenómeno en mí, um...
Que mi alma podía cerrar el círculo y hablar consigo misma.
Pero es como si... como si mi alma y yo ya no fuéramos extrañas, es un poco interesante. Me dió mucho gusto saber que no necesito pruebas".

Poluciones Nocturnas (Clancy Gilroy x Reader) [TMG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora