6. Desilusión

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Cinco meses, cinco meses que pasaron y que Roberto ha estado embarazado. Dos meses que ha viviendo con Roberto. Durante esos dos meses su cuerpo y toda su personalidad cambio. Había ganado peso, sus brazos ya eran tan delgados como antes. Su cuerpo volvió a estar nutrido, su piel ya tenia color y su vientre había crecido aun mas. Todo en él volvió a la normalidad, pero solo algo cambió. Ahora Roberto estaba mucho mas enamorado de Diego, todos los cuidados que tiene hacia su persona lo hicieron enamorarse mucho más de Diego. Su corazón dejó de agitarse tanto cuando lo ve, ahora siendo mucho más normal estar al lado de la persona que se robó su corazón y que siempre lo cuida. 

- Diego, ayúdame. - Gritó Roberto. El chico estaba sentado en la cama. No podía llegar a sus pies.

- Ya voy. - Dijo Diego llegando para ayudar a Roberto a ponerse los zapatos. Roberto ya está vestido con un overol y una camiseta negra, su cabello peinado y con un gorro de pescador negro. - ¿Qué pasó?

- No puedo ponerme los zapatos. - Dijo Roberto avergonzado por lo que Diego se agachó para ponerle unos tenis negros. Ya no puede usar zapatos con cintas porque sus pies se hinchan. - Gracias.

- Descuida. - Dijo Diego viendo a su amigo que le da una sonrisa. - ¿Estás listo?

- Si wey, ya tenemos que ir hoy de nuevo al doctor. Este mes me dirán si ya puedo volver a caminar o si tengo que seguir en cama. 

- Bueno, vámonos. - Dijo Diego acomodándose para cargar a Roberto. El chico se quedo muy cómodo, recargando su cabeza en el pecho de Diego escuchando el pulso de Barca. Diego había tomado muy enserio lo que dijo el doctor y por esos dos meses para cualquier lado que quiera ir Roberto, Diego lo carga en sus brazos para llevarlo. No quiere que vuelva a tener otro sangrado. 

*****

- Señor Guadarrama. - Dijo el doctor saliendo a la sala de espera donde Roberto se puso de pie junto con Barca. - Ya puede pasar, su pareja puede entrar también si así lo desea. 

- Él no es... bueno. - Dijo Roberto sin saber como presentar a Barca. - ¿Quieres pasar wey?

- Te acompaño. - Dijo Diego siguiendo a Roberto al consultorio. 

- Bueno joven Guadarrama, por favor quítese todo en la parte baja y súbase la camiseta. ¿Ha vuelto a tener sangrados?

- No, desde aquel dia nunca volví a tener un sangrado. Tampoco he visto algo extraño cuando voy al baño. - Dijo Roberto quedando desvestido para subirse a la camilla. 

- De acuerdo, primero haremos una prueba para comprobar si el canal no demuestra sangrado o alguna protuberancia inusual. - Dijo el doctor colocándose guantes y un poco de lubricante. Roberto se sintió nervioso porque comprende a donde irán esos dedos. Roberto sentía como esos dedos entraron en él. No como una caricia, era una sensación extraña que tocaba y que revisaba su interior. - Todo parece normal. Vamos a ver al bebe. 

- Si doctor. - Dijo Roberto para sentir el gel para el ultrasonido. 

Tras unos segundo se vio en aquella pantalla el bebe. Aquella figura que definía a su bebe dentro suyo. Ya tienen mucha más forma, se puede comprender donde se encuentra la cabeza. El por los latidos del corazón es algo que siempre lo pone emocional. Escuchar el pulso de su bebe y ver como se encuentra dentro de su vientre. 

- ¿Quieren saber el sexo del bebe? - Dijo el doctor. Roberto pensaba que responder. Si deseaba que fuese una sorpresa o si quería saberlo ya.

- Si por favor. - Dijo Barca viendo aquella imagen de la computadora. 

- ¿Ven esto aquí? - Dijo el doctor a lo que ambos asienten. - Es un pilin. 

- Va a ser niño. - Dijo Roberto incrédulo.

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