"Oh, cállate, West", -le regañé, en broma. -"Sabes muy bien que odio las películas de terror".
A través de su risa, Jade dijo: -"Oh, lo sé. Pero tus reacciones valieron la pena". -Rodé los ojos. Todavía se estaba riendo a mi costado. Y sabía que no...
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Anunció:Creo que está historia va ser actualizada lentamente por qué a comparación con las que voy a traducir esta es muy larga. Así que les agradecería su compresión. Por favor apoyen mis otras historias se los agradecería muchos y también no se olviden de votar el las historias originales. Sin más, disfruten la lectura...♥️
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"¡Ay, ay, ay!" -exclamó el personaje de Catť. Sikowitz decidió tener su clase en Blackbox hoy, de lo cual no me quejaba. Había más espacio para esparcirse y un espacio de escenario más grande para trabajar. Beck y yo estábamos sentados en sillas plegables junto a la caja de resonancia. Jade también estaba sentada con nosotros. Estaba más cerca de la pared. Robbie estaba frente a nosotros, sosteniendo a Rex en su regazo. Y Tori había encontrado un asiento más cerca de las puertas. Andre y Cat estaban representando una escena sobre una niña con una araña en el ojo y un guía turístico africano que intentaba salvarla.
"Estoy tan asustada",- gimió 'Cat'.
Con un marcado acento africano, Andre' aseguró: -"Trata de relajarte. Todo va a estar bien".
Estaba organizando todos los "suministros médicos" necesarios. -"Tienes que llevarme a un médico", -ordenó Cat con voz asustada.
"¡Shh! Si esa araña te muerde el globo ocular, podrías morir en minutos".
"Oh, hombre, por favor, quítatelo de encima".
'Andre' asintió y preparó sus pinzas. -"Voy a intentarlo. Ahora, shh. No te muevas y no hagas ruido".
Acercó las pinzas peligrosamente al ojo expuesto de Cat. De repente, sonó un teléfono, haciendo gritar a Cat mientras empujaba a Andre con una gran cantidad de fuerza para una niña tan pequeña.
"¡Oh, hombre, el timbre ha vuelto!" -gritó Sikowitz. Como si sintieran dolor, Sikowitz se tapó los oídos y caminó rápidamente por la habitación, tratando de escapar del supuesto zumbido.
"¡Sikowitz! ¡Oye, Sikowitz!"- Todos gritamos, tratando de ser escuchados por encima de los gritos de ayuda de Sikowitz.
Los gritos continuaron hasta que la fuerte voz de Beck gritó: -"¡Sikowitz!"
