Una semana después.
Había pasado una semana desde que me mudé. Hace 5 días había comenzado a trabajar en la empresa que me dio la beca, mi puesto era de secretaria.
Por el momento había comenzado como ayudante de las secretarias, pero pronto cuando me adapte, seré una secretaría más.
Hoy era sábado, por lo tanto no trabajaba.
Cuando me mudé, le escribí a mi amiga Delfina para decirle que ya estaba viviendo en la misma ciudad que ella, después de charlar sobre cómo había sido la mudanza y demás. Decidimos organizar vernos mañana por la tarde, ya que hoy me juntaba con Iara y James, mi idolo, aunque ya lo considero más un amigó que mi idolo.
[...]
Luego de ducharme y vestirme con un jean, una remera a la cintura y mis vans.
Salgo a tomar el autobús para ir a la plaza que habíamos acordado. Quedaba cerca de la casa de ambos, además de ser la única plaza que conocía por el momento.
Cuando llego veo que Iara y James me estaban esperando.
—¿Hace mucho llegaron?—. Pregunto mientras me siento en el pasto igual que ellos y los saludo con un beso en la mejilla.
—No corazón, hace 5 minutos llegamos porque el señorito se había olvidado el equipo de mate—. Dice Iara mientras mira a James.
—Pobre, nadie entiende que no podemos vivir sin el mate—. Digo, para defender a James y molestar a Iara.
—¡GRACIAS DIOS! Alguien que me entiende—. Dice James mientras mira el cielo.
Con Iara nos carcajeamos por su actuación y así pasamos la tarde, entre charlas, risas y molestandonos entre todos.
Luego de pasar la tarde con Iara y James. Volví a mi casa y me di una ducha, luego cene algo rápido, si una pizza.
[...]
A la mañana siguiente me levanto, desayuno una taza de café y salgo a trotar por el barrio donde vivo.
Cuando vuelvo a mi casa me doy una ducha y me visto con un short negro y un top rojo.
Me tire en el sillón esperando que llegue mi amiga Delfina.
Cuando llego a mi casa, decidimos preparar el mate y fuimos a la plaza a tomarlos y charlar un rato.
—Esta noche tengo una cita con tu primo—. Me dijo mientras se tomaba el mate que le había cebado.
—¿Con Gonzalo?—. Le pregunté, aunque sabía que era él porque es mi único primo que vive en esta ciudad.
—Sii, estoy re nerviosa igual, no se si le voy a gustar—. Dijo.
Me quedé mirando por encima del hombre de Delfina -ya que estaba sentada en un paredoncito- a un chico que pasaba caminando.Se ve que lo mire mucho ya que él también se quedó mirándome. Entonces le doy una sonrisa de boca cerrada.
Él me responde con un guiño de ojo y yo le devuelvo una sonrisa mostrando los dientes.
Estaba tan concentrada mirando al chico, que no me di cuenta que Delfi me hablaba. Hasta que me dijo.
—¿Qué estás mirando?— me pregunto, mientras se daba vuelta.
—Al chico que va allá caminando—. Le dije mientras señalaba con la mano que tenía el mate al chico.
—ah, está lindo—. Me dijo después de que lo analizó de arriba a abajo.
—Sí amiga. Igual se me hace cara conocida, pero ni idea—. Le respondí.
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¿Esto, es amor?
Romance¿El amor, implica el sufrimiento? ¿Las personas pueden cambiar? ¿los que ellos sienten, es verdaderamente amor?