¡Que linda mañana!

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Hoy parece que será un día lindo y sin problemas para cualquiera... menos para nuestra amada y amargada princesa.

Al vivir en el lugar de su trabajo, no le era necesario gastar su dinero en uno de esos aparatos para que te despierte con un *Riiiiing*, porque ella ya tenía un despertador viviente... un ruidoso, molesto y alegre bufón, que cada vez que el reloj de la sala de reuniones marcaba las 5:00 a.m. el ya está en el cuarto de la princesa y muy cerca de ella para decirle en su oído:


"¡Despierta jefa!"

Realmente gritaba con todas las ganas del mundo. Nuestra querida Mandy abre sus ojos lentamente y bosteza pesadamente. Aún que recién despertase de su largo sueño, ya era notable su ceño fruncido mientras miraba al bufón sonriente que estaba al costado suyo.

- ¿De verdad es necesario que grites EN MI OÍDO?
- Si no lo hiciese, seguirías durmiendo
- Es porque tengo mucho sueño, ¿tú no?
- Nop, con caramelos se me pasa enseguida
- Oh... espera, ¡¿de dónde sacas caramelos?! Yo no regalo ni uno solo
- ¡Buena pregunta! Hehe
- Idiota... ¡no me digas que te has comido todo este tiempo una parte de la mercancía!
- Pues... ¿de dónde más? hehe ¡pero descuida! Solo me aprovecho cuando estás dormida como tronco
- ¡Ahora si tengo más ganas de dejarte colgado en el techo!

Inmediatamente el bufón "Siempre prioridad molestar a Mandy, Chester" dió un gran salto hacia atrás y abrió la enorme puerta para salir corriendo de allí. Él ya sabía lo que le esperaba si no se movía enseguida, era seguro que la princesa cumpliera con su palabra. Mandy como sea bajo de su cama para tomar el enorme bastón e ir tras el graciosito payasito que se atrevió a desobedecer una simple y tentadora orden "NO ROBAR Y CONSUMIR EL PRODUCTO A VENDER". Apenas la recien despertada princesa salió de la habitación, cualquiera podría decir que estaba una hecha una furia, sobre todo por el humo que salia de sus orejas.

- ¡AHORA SÍ NO TE ME SALVAS CHESTER!

Gritaba Mandy por el pasillo. El mencionada solo volteo corriendo en reversa para sacar la lengua y lanzar un cascabel hacia Mandy. Al no poder ver todo claro, la joven no logró darse cuenta y el cascabel termino por estallar en el rostro de la enojada princesa. La escarcha era de un color rosita, el color que para nada le agradaba a Mandy, cosa que hizo enojarla aún más. Confirmando así la posible desaparicion de Chester si no lograba escapar de "La Malvada Princesa en Pijama"

- ¡Ups! Me equivoqué de color hahaha
- ¡AHHHH!

Mandy cayó de rodillas, rendida de perseguir a ese bufón por todo el palacio. Realmente estaba cansada. Que le hiciera poner de mal humor o hacerle bromas todo el tiempo era el pan de cada dia.
Con sus pocas fuerzas llegó a su habitación nuevamente para vestir el traje para su trabajo, pero en medio de ese proceso escucho esa voz nuevamente. Aunque la puerta estuviese abierta, él no quería entrar.

- ¿Ya te cansaste? ¿O quieres otra oportunidad para atraparme?
- Lo único que quiero es que me dejes en paz ahora, además ¿por qué no aprovechas este tiempo para limpiar si quiera?
- ¡Uf! ¡que aburrido!
- ¡Pues mejor, para que te distraigas!
- ¡Eso es aburrido! ¿No hay otra cosa mejor para mi? Como... ¿guardar dulces? o... ¿Venderlos?

Mandy ya estaba lista, fue directo hacia la puerta y saco su cabeza

- De eso me encargo yo, y... tal vez querrás decir... guardarlos en tu estómago

Al bufón le dió un pequeño sobre salto cuando vió a Mandy asomarse por la puerta, pero solo se hechó a reír

- ¿Eh? ¿qué te parece tan gracioso?
- Pfff ¡hahaha! ¡tú cara está aún llena de escarcha!
- ¡Argh! ¡esto es tú culpa!
- Tú porque no lo esquivaste
- ¡Estaba medio dormida, idiota!
- Sip, ¡Y se te nota! Hahaha

Las risas pararon del aquel bufón al escuchar laz campanadas del reloj, dando a entender que ya eran las 6:00 en punto.

- ¡Ay! ¡ya debo abrir la tienda!
- ¡Suerte con eso!

Dijo Chester mientras se despedía caminando.

- ¡Y tú a donde vas imbécil! ¡por algo te pago!
- Bueno, ¿entonces en que le ayudo a la princesa más amable, gentil, respetuosa, para nada gruñona y la más hermosa?

Esa ya era la gota que derramo el vaso. Aunque él le hizo una reverencia y le dijo lo que cualquier mujer quiere oír, y sobre todo la hizo sonrojar, Mandy sabía perfectamente que su "Querido Amigo" lo decia de una forma burlezca. Pero... ¡por supuesto que aprovecharía eso!

- Pues tu "querida" princesa... ¡TE ORDENA QUE LIMPIES ESTE CHIQUERO!

Auch, que te griten en el oído duele.

- ¡No estoy sordo!, pero ahora creo que si lo estoy...

Decía Chester mientras se sacudía la cabeza para escuchar mejor.

- ¡Si no quieres tener el otro oído sin la habilidad de escuchar, entonces hazme caso!
- Si, lo que diga la Linda Princesita

Dijo lo último en un susurro y obviamente... se le escaparon las risitas

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834 palabras

Gracias por leer

No es mi príncipe, es mi bufón | BRAWL STARS: Mandy × ChesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora