III

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¡Ha levantarse rubito, nuevo día!

Típicas palabras que resuenan en mis oídos, una voz ronca escucharse al otro lado de la puerta con dos toques en la puerta con sus suaves nudillos. Definitivamente, vivir con Harry es como dormir con una dulce abuela.

Además del luz del sol del nuevo día traspasar por mi ventana hacia mí era la misma frase cada mañana y hacer la misma monotonía al levantarse: el aseo personal.


Básicamente después de haberme cepillado los dientes y lavarme el rostro adormilado, caminé sin mucho equilibrio hasta la cocina, dando a exhibir los pantaloncillos rojos que cargaba ante el rizado la cual, sólo permanecía con su ajustada camisa y sus bóxer negros, típico de él.


-Creí que dormirías más, rubio. Buenos días -dijo mientras colocaba las tostadas con mermeladas en el plato.

-Buenos días -respondí mientras me estrujaba los ojos con suavidad y luego esbozar una pequeña sonrisa-, lo haría, pero tal vez hoy sería diferente. ¡Vaya qué exquisito se ve!

-Ni modo, hoy es tu primer día en el trabajo, ¿no? -añadió mientras servía el jugo de naranja en los vasos que había traído.

Y he aquí nuevamente, he olvidado mi nuevo trabajo...

-Cierto, cierto -repetí después de haber tragado el mordisco de la tostada que había preparado el rizado la cual disfrutaba con firmeza.

-¿No estás nervioso, no? -preguntó mientras alzaba una ceja-, dijo, como trabajaras con niños pequeños, en una escuela, debe de ser extraño para alguien como tú.

"Alguien como tú" ¿Alguien como yo? ¿Qué me tendría de especial yo ante pequeños niños?

-Se sentiría extraño trabajar en una escuela, ya qué; ¿quién no odia a una escuela?

¡Todos! Ha de estar enmarcado en mayúscula y escrita en las leyes globales con esa pregunta. A pesar de que todos odiemos a un profesor de matemática amargado ¿Qué sería de tener a un gracioso y joven profesor de música?; pensé. Mientras tomaba mi plato y me dirigía al fregadero para limpiarlo para después secarlo y guardarlo me hacía esa gran duda por la cabeza: ¿Cómo será mi primer día? ¿Les agradaré a los niños? ¿Tendré aceptación a la directora? Todo sería tan extraño...


Apenas eran las siete y algo, tenía oportunidad de ducharme y arreglarme para ir al colegio a las ocho, como se indicaba.

A pesar de la calidez del agua pasar por lo pálido y suave que es mi piel, mi cabeza no me dejaba de dar vueltas; recordándolo lo cuan insignificante e inservible que le demostró su padre en su drástico pasado no se escabulló de mi cabeza, la cual permanecía intacta.

Y así concurrió sus pensamientos hasta ya estar listo, con su playera gris acompañado de su camisa de cuadros roja con inclusive colores la cual le combinaban y sus pantalones algo ajustados gris combinado con sus zapatos negros.

Mirando a Harry con grata sonrisa divertida al ver la reacción que causo éste al mirar su aspecto, ya que no era del muy común suya.

-Para los niños, serás su ídolo -dijo con cierto halago y gracia.

-No seas tonto, no quiero darles un mal aspecto como lo hacen los otros profesores -dije sujetando mi guitarra-, nos vemos al rato, rizos.

-¡Qué te vaya bien, te quiero!


Así fue, mientras tomaba el bus nuevamente me dirigí a la escuela. "Bradford Grammar School" éste enmarcaba su nombre al inicio del pasillo. Dispuesto sujetando más la guitarra caminé hasta la dirección cuál nuevamente ya había pasado.

Song In Real Life | Ziall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora