Seré La Matriarca En Esta Vida | Novela

🦢Capitulo 041🦢

C41

"¡Ah!"

Grité en voz alta con el ceño fruncido sin saber que me sangraba la nariz.

Y estaba en shock.

"¿Qué, qué es ..."

Los que me golpearon la cara con fiereza y rebotaron. Fue solo una pelota.

Una pelota de cuero que los niños patean y juegan bien.

"¡Pu, ja, ja, ja!"

Me quedo mirando fijamente la bola rodando absurdamente y un sonido familiar de risa se me pega al oído.

"Ese perro......."

Belsach, caminando hacia mí, se agarró el estómago y se rió.

Por supuesto, está Astalliu, que está apegado como caca de pez dorado.

"¡Mira eso! ¡Fuch!"

Belsach me señaló con el dedo.

Fruncí el ceño a causa de la fiebre, pero aún podía sentir que algo me salía por la nariz.

"¡Nariz, hemorragia nasal!"

Con mi hemorragia nasal, confirmé que la pelota me golpeó fuerte.

Belsach, que vino justo frente a mí, me vio y comenzó a rodar y reír.

"Hemorragia nasal."

Astalliu, el cobarde estaba asombrado, incapaz de hacer nada, y simplemente se puso de pie, mirando al sonriente Belsach.

"¡Qué estás haciendo!"

Grité.

"¡Estás loco! ¡Perro!"

El calor se extiende hasta mi cabeza.

"¿Que perro?"

Belsach torció el rostro violentamente, pero ni siquiera se movió.

Intentemos borrar la impresión de ser pequeño.

No puedo seguir así.

La pelota ya se ha ido y lo único que puedo conseguir ahora es la tierra del suelo.

Si es así, puedo usar este.

Agarré la tierra con las manos y la rocié sobre los ojos de Belsach.

"¡Ahhhhhh! ¡Mis ojos!"

Belsach le agarró la cara y se la frotó para quitarse la suciedad de la cara.

Palmeé mi camisa, me levanté y grité.

"¡Hong! ¡Me gusta!"

Me golpearon bastante fuerte con la pelota y mi hemorragia nasal aún no se detenía.

Estaba un poco asustado de ver sangre roja en mis manos incluso después de secarme, pero no pude poner un punto frente al niño de este perro.

Planeaba reírme de Belsach, que gritó a causa de su ojo dolorido.

Por cierto.

"Eh...?"

Fue raro.

Por un momento, mi visión se sacudió, y luego Belsach y Astalliu, que estaba inquieto a mi lado, se superpusieron.

¿Es por la pelota?

¿O está sangrando?

Mis ojos se volvieron.

"¡Oh!"

Por eso no pude evitar que la mano de Belsach me empujara los hombros con el rostro lloroso.

Volví a caer con fuerza.