III

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Vaya que tortura se vuelve el maestro de geografía cuando se queda hablando de muchas cosas y no concluye en nada, empieza por el capitalismo y luego se queda pegado en royo ¿pausa?, si podríamos llamarlo así y no termina de completar nunca la frase, o tranquilamente se desvía de lo que estaba hablando y no termina de explicar su clase. Recuerdo que una vez estaba hablando cómodamente de como empezó la influencia del petróleo en muchos continentes y de como empezaron a usarlo, todo estaba tan tranquilo, cuando de la nada empezó hablar del año 1814, época en el que se dio la primera Batalla de Carabobo (Venezuela), en el que estuvo al mando el General de aquel ejercito, Simón Bolívar, y finalizada el 28 de Mayo de 1821 al mando del mismo hombre. Al principio me quede un poco desorientada y en realidad no entendía el punto de la clase, nadie le paro tanto en ese momento, pero luego fueron mas frecuentes y nunca llegamos a un punto fijo, y hasta el día de hoy nadie a entendido que es lo que nos quiere mostrar. Pero ahora, en estos momentos le estoy dando gracias al altísimo que la clase solo duro veinte minutos, ya que surgió algo inesperado y se tuvo que marchar. Admito que me fastidia entrar en el aula y estar consiente de que es su hora, para luego dejar muchas ideas en el aire. Pero en estos momentos, me siento libre para hacer lo que me plazca.

Voltee para ver a mi amiga que se encontraba a dos puestos de mí, justamente ella me estaba observando y como siempre tenía algo en la boca (Comida), pero que dolor de artritis ¿Cuando se cansará de comer está mujer?, Le reproche con la mirada para luego levantarme y caminar hasta allá. Miré a mi alrededor pero no ví rastro de la única que faltaba en el grupo.

- ¿Dónde está Haidar?

Eda levanta la mirada de su no tan apetitosa comida, para tomar una leve pausa, procesar mi pregunta y luego responder:

- Está en el baño -Tomo otra pausa y siguió: Sabes cómo es, de seguro se está tomando fotos.

- Si, lo sé.

Inhale un poco cerrando los ojos para no decir cualquier tontería.

- Iré a buscarla.

Eda enarco una ceja y levanto los hombros, haciendo una simple seña de que estaba bien. Sin pensarlo mucho me levanté y camine con mucha paciencia, porque sabía que estaría cabreada en cualquier momento por cualquier estupidez que me diga Haidar. No es que este haciendo algo malo, solo que no estoy humor como para aguantarme sus chistes, mi día no empezó con el pieza derecho. En camino de ida al baño me tope con una cartelera nueva, me detuve al instante para leer lo que estaba allí para mi sorpresa era algo no muy común en esta escuela , solicitaban integrantes para crear una banda, tome un poco de aire y seguí mi camino ya estando en el baño mire por todos lados pero no conseguí a Haidar eso me irrito bastante ya que no sabría donde buscarla, así que me di media vuelta y empecé a dirigirme al salón pero algo me detuvo no sabría decir que, pero un nuevo pensamiento llevo a ubicarme, se centro tanto que se clavo en mis neuronas haciendo rebotes en mi cerebro, ya para cuando me di cuenta, estaba en el salón grande donde estaban varias personas, entre esos varios que ya conocía. 

  Cada uno tenia algo en sus manos objetos del cual ya sabia sus nombres la mayoría tenían el mismo pero otros llamaban mi atención como si fuera un dulce y yo una pequeña niña buscando de el. Me adentre un poco mas, salude y trate de ignorar la presencia de otros ya que no me era de mucha utilidad tratarlos.

- ¿Tu... eres Daila?, ¿estoy en lo cierto?

  Voltee bruscamente y vi a una chica un tanto mas baja que ello, con nariz perfilada, cabello negro y ojos marrones pero de un claro especial, y pecas en su rostro que formaban una obra de arte. Después caer en cuenta que estaba mi respuesta, me digne a darle una miradita de arriba abajo.

- Depende de quien sea.

- Entonces si eres Daila.

  No sabia su nombre ni como sabia el mío, pero propuse no aclarar nada hasta que me diera solo una pizca de confianza.

Daila camper. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora