—¿Estas bromeando? ¿Crees que esto es un juego?
—¡¿Has pensado en como la vida de ese mocoso afectara tu agenda?! —grita, inclinando su cuerpo sobre la mesa. Gotas de sudor aparecen sobre su frente, mientras que sus hombros lucen tensos como su rostro. —Sera un obstáculo. Tus habilidades no servirán en las misiones a menos que estés completamente concentrado en ellas.
—No les estoy pidiendo su autorización, solo—cruza sus largas piernas. —...estoy avisándoles que tendré un hijo. Ese niño llevara mi apellido, y créanme ancianos—las gafas se deslizan por el puente de su nariz, dejando ver un profundo color azul. —Quien se atreva a ponerle las manos encima, tendrá la muerte más lenta y dolorosa. Suplicara con lágrimas de sangre mi perdón. —El ambiente se vuelve espeso por la energía maldita que vibra bajo el joven alfa. —Mi hijo será adorado como un dios—sonríe al ponerse de pie.
Los adultos de la sala no emiten palabras; por debajo de la mesa, esconden el temblor de sus piernas. Las feromonas de ese chico son tan fuertes, dominantes, que les es imposible no agachar la cabeza en señal de sumisión. Incluso algunos empleados que pasaban por el corredor se vieron afectados por las feromonas del alfa dominante.
Regresando por donde vino, el joven mantiene las manos en los bolsillos de su pantalón. Es evidente que disfruta de las miradas, se regocija con orgullo; incluso podría brincar de la alegría. A unos metros de la salida, visualiza a Ijichi apoyado contra el vehículo.
—Señor—saluda, mientras abre la puerta trasera, donde un pequeño con mejillas regordetas lo espera.
—Nos vamos a casa, Yuji—dice, en un tono infantil. —Te protegeré de todo aquello que pueda lastimarte—con delicadeza acaricia el cabello del bebe. —...es una promesa.
Nunca tuvo una familia normal, ni siquiera sabe si a sus padres debería considerarlos como tal. En cuanto tuvo consciencia de sus alrededores, fue arrojado del acantilado sin chaleco salvavidas; los muñecos con los que jugaba eran maldiciones de grado uno, pequeños parásitos que se escondían cuando lo veían llegar.
Las palabras de los ancianos son un martirio para su cabeza, porque incrementan las dudas y temores. Quizás tengan razón. Cuidar de un pequeño es una responsabilidad, y un joven que lleva al mundo sobre sus hombros no debería tener tiempo para eso, pero...esa noche lo cambio todo.
Cuando deambulaba por las calles; luego de haber pasado meses de misión tras misión, dejo que Infinite cayera y las gotas de lloviera golpearan su cuerpo. Estaba cansado de ser una mercancía, de proteger y pelear por otros, entonces lo escucho llegar. Un sonido lastimero, como si se tratara de un animal herido.
Adentrándose en el callejón, busco la fuente del lloriqueo. Sus manos temblaron al abrir la caja, y su alma casi abandona su cuerpo al ver ese rostro cubierto de lágrimas. Fue la primera vez que su alfa interior deseo proteger a una persona; y en cuestión de segundo lo tomo en sus brazos y se transportó a su departamento. Quitando la ropa húmeda y cubriendo al pequeño con mantas, maldijo no haber repuesto las alacenas. Dos horas después, tomo su teléfono para llamar a Shoko, pero un quejido del bebe llamo su atención.
Debió tener prisa, porque casi resbala con el desorden de su habitación. Una vez que estuvo frente al pequeño, trato de ver si había algo mal, pero quedo paralizado por esos ojitos cafés y por primera vez en mucho tiempo, su vida pareció cobrar sentido.
Quizás no nació para ser el hechicero número uno, quizás...
«Estaba destinado a ser el padre de Yuji»
Las personas no pueden culparlo por abandonar algunas misiones, por reprogramar su agenda de modo que se le permita pasar más tiempo con su hijo.
Si gasto dinero en tutoriales para aprender a cambiar el pañal o para aprender a preparar un biberón; o si lloro a mocos sueltos cuando Yuji dio sus primeros pasos; si algunas personas murieron durante ese tiempo no es su problema.
ESTÁS LEYENDO
Forever
Fanfiction"Muchos sueñan con encontrar a su alma gemela, pero yo... solo puedo pedirte que nos amemos una vez más. Porque yo te he elegido desde que mis ojos se posaron en los tuyos... desde que tu piel toco la mía...todo mi cuerpo fue marcado por tu nombre y...