Adad un famoso escritor de novelas sobre suspense y asesinatos.
Vuelve a su pueblo natal Tenby donde comienzan una serie de asesinatos sin ningún tipo de correlación.
Después de averiguar un poco se da cuenta que el asesino está copiando el modus o...
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Me levanto de un sobresalto, sudando y con mucha agitación, es la tercera pesadilla de este mes y siempre es la misma, Yellow y el faro. Miro a mi alrededor, sigo en mi estudio, las persianas están bajadas y entra un poco de luz del exterior, la habitación está completamente a oscuras si no fuera por esa poca luz y el brillo del ordenador.
Llevo metido en el estudio 3 días seguidos, estoy terminando el borrador de mi último libro "Corazón roto", en él se narra desde la perspectiva del asesino como mata a sus víctimas arrancándoles el corazón, y cuando lo tiene en sus manos lo raja por la mitad.
Mañana debería entregarlo a la editorial, NEIL, donde mi mujer, Indra, trabaja como subdirectora. Nosotros nos conocimos en Tenby, cuando teníamos 14 años, se mudo al pueblo por el trabajo de su madre. Nos vimos la primera vez en clase, desde ese día me empezó a gustar.
La alarma empezó a sonar, miré la hora, eran las 9:30, "Indra estará por llegar" pensé. Y como si de un reloj se tratara, comencé a escuchar el sonido de las llaves abriendo la puerta principal, poco a poco se iban escuchando cada vez más cerca sus pasos.
Abrió la puerta de mi habitación y la vi, se estaba deshaciendo el moño y dejó caer su pelo negro, sus ojos azules estaban cansados, es normal llevaba todo el día trabajando. Empezó a acercarse a mí, me planto un beso y se sentó en mi regazo:
— Estoy exhausta — me miró y me sonrió — menos mal que mañana nos vamos a Tenby de viaje. Por cierto, ¿has terminado el borrador?
— Si, está todo terminado — me miró incrédula, le habrá sorprendido porque siempre dejo todo para el último momento — incluso ya lo he enviado por correo.
Antes de que pudiera hablar le di un beso y le di un toque en la pierna para que me deje levantarme, ella accedió. Ya los dos de pie, Indra continuó con la conversación.
— ¿Has llamado al hotel de Xian y Yana? — Xian y Yana eran dos amigos nuestros desde pequeños, eran mellizos, Yana es mujer y Xian hombre, eran de tez negra, eso les trajo muchos problemas cuando llegaron al pueblo por el racismo que había. Los dos en estos momentos eran los dueños del único Hotel de Tenby, que anteriormente había sido de su padre y su madre.
— No, aún no he llamado — le decía mientras alargaba la mano para coger mi botella de agua para pegar un trago de ella.
— Hagamos esto mientras yo llamo al hotel, tú haces la cena para los dos — cuando terminó la frase, ya estaba saliendo de la habitación y pulsando los botones de su teléfono sin que me diera tiempo a reprocharle por tocarme la tarea más difícil.
