Capitulo 1

233 12 4
                                    

La ciudad de Fright Zone es considerado por muchos, como un posible decimo circulo en el infierno de Dante. Una ciudad decadente, inundada de corrupción, abuso de poder por parte de la policía y militares, crisis económica, secuestros, tortura, violaciones, y aunque muchas distintas razas abundan dentro de la ciudad, el racismo no es ningún cuento de ficción en Fight Zone. Esta era la lamentable situación de la ciudad gobernado por Hordak, que tenía a la ciudad llena de gritos por la noche. Sin embargo, uno de estos gritos de la madrugada en Fright Zone, provenientes de una chica de test morena, cabello largo y esponjado, delgada y de aspecto felino, estaba lejos de gritar por dolor; al menos físico.

Catra como todas sus noches de sueño y descanso, despertaba llena de pánico luego de una pesadilla, que casualmente, siempre era la misma. Su piel cubierta de sudor, no dejaba de temblar como si estuviera sumergida en agua helada y sus ojos heterocromáticos muy abiertos con la pupila contraída. Fue hasta un par de minutos que logro calmarse y recordar que necesitaba parpadear, pues no lo hacía desde que despertó en pánico.

"Puta madre... esta vez sentí que sucedía de nuevo." Catra dijo mientras se cubría su rostro con sus manos tratando de no soltar una lagrima, hasta que recordó ver la hora en su reloj; eran las 6:45 am "Es lo único bueno de esa tonta pesadilla; me despierta a tiempo para largarme al trabajo." Catra bufo y se levantó para prepararse e ir al trabajo. Se puso su uniforme de color azul petróleo, sus guantes, tomo su mochila donde están sus herramientas, se puso su collar con una figura de corazón roto, comió de forma rápida un Sándwich de arroz con verduras y se fue.

Al salir de su departamento, Catra se encontró casi de forma inmediata con su vecina, compañera de trabajo y amiga, Entrapta; una chica de test morena, un poco baja de estatura que Catra y con un cabello purpura con largas coletas que se movían. Entrapta no duda en saludarla alegremente. "Hola Catra! ¿lista para el día de hoy?"

"Si estoy lista para que me dejen ciega momentáneamente por la soldadura, casi pierda la mano porque un imbécil casi me la rebana con una cierra y me paguen una miseria por ello. Ni un poco si te soy sincera." Catra responde de forma cortante y con amargura. Ella en el fondo apreciaba su amistad con Entrapta desde que se conocieron hace un par de años. Pero nunca estaba de ánimo para demostrárselo, ni mucho menos esta mañana con la pesadilla que nuevamente tuvo.

"Vale... lo entiendo." Entrapta responde con una mirada que demostraba preocupación. "Se que últimamente te ha pasado muchas cosas, pero quiero que sepas que nunca te dejare sola porque tanto a mi como a Scorpia, o tal vez más a Scorpia, nos preocupas y siempre te daremos una mano en todo para que te sientas bien." Entrapta dijo mientras Catra miraba sorprendida y con un sonrojo evidente, solo para desviar la mirada poco después, pero con una pequeña sonrisa.

"Perdóname si te respondí de esa manera y... que otra vez te desperté por mis gritos." Catra respondió con cierta pena.

"No te preocupes Catra jeje, por tus gritos es que no me han despedido por llegar tarde mientras ronco como cerda debajo de las sábanas." Ambas chicas ríen mientras salen del edificio.

Ya en el deshuesadero, Catra y Entrapta estaban trabajando juntas mientras escuchaban música de Magna-Fi, lo que les ayudaba en mucho a hacer su trabajo con mucho ritmo. Mientras Entrapta reparaba, buscaba la herramienta y se lo pasaba a su amiga felina, Catra con la misma herramienta hacia grandes figuras de hierro decorativas como candelabros, gárgolas para los edificios de la ciudad y otras esculturas de hierro. Catra tenía un gran talento en esa técnica, pero desafortunadamente todo lo que hacía para la empresa se llevaba el crédito y gran parte de las ganancias. Vivir del arte en Fright Zone es una broma de mal gusto, a menos que lo hagas de forma anónima para una empresa.

Al acabar uno de sus trabajos, Catra se asoma por una de las pocas ventanas del lugar donde se apreciaba la decadente ciudad. Sin embargo, a Catra no le llamaba la atención la ciudad, sino los guardianes quienes "defendían" a los ciudadanos de Fright Zone. Catra sabía que había algunos guardianes quienes cumplían con su deber, pero gran parte de ellos eran corruptos y hacían la vista gorda cada vez que alguien hacia un delito a cambio de algunos billetes o de plano trabajan para los delincuentes en secreto. "Yo habría sido una guardiana muy diferente en esta ciudad." Catra dijo con tristeza. Ella había entrenado desde niña para ganar un lugar como guardiana en Fright Zone. Pero tras varios desafortunados eventos que ocurrieron durante su niñez y adolescencia, su instructora Weaver la declaro no apta para el lugar. Lo que fue un duro golpe para el alma de Catra. La morena envidiaba a los guardianes que hacían bien su trabajo, pues cada vez que un gran grupo de niños iban a agradecer a un guardián, ella deseaba con toda su alma ser una guardiana y convivir con los niños. Aún recuerda que la semana pasada asusto y grito accidentalmente a un niño que vendía dulces solo porque se encontraba muy estresada; el chico se fue corriendo llorando y dejo su caja de dulces. La morena conservo la caja para devolvérselo, pero ya nunca encontró al niño.

CLAWSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora