Cap.6 Corazón Roto

45 8 2
                                    


Y ahí estaban ellos, sentados en una mesa de la cafetería local, fingiendo tener una cita.

-Todavía no sé por qué hacemos esto si nadie nos está viendo- Comentó Eijirou dándole un sorbo a su taza de café.

-B-bueno, es como un entrenamiento... para que nos acostumbremos a estar así, recuerda que aún no sabemos cuánto tiempo fingiremos esto- Respondió el peliverde, quien se encontraba sentado frente al pelirrojo.

-Te recuerdo que no estoy completamente de acuerdo con lo que estamos haciendo- Fulminó al pecoso con la mirada- Solamente te estoy ayudando porque eres mi mejor amigo.

-Tengo una duda- Dijo el pelirrojo rompiendo el silencio que se había formado.

-Si yo llegara a encontrar a mi destinado... entonces, terminaríamos esta farsa ¿No?- Cuestionó recibiendo un asentamiento de cabeza del peliverde.

-No voy a atarte a esto... así que, si lo encuentras mientras estamos en esto, lo terminaremos- Ambos sonrieron.

Pasaron toda la tarde charlando y planeando como verse naturales juntos. Mientras iban caminando, Eijirou se paralizo un segundo, al verlo, Izuku paró y volteo a verlo.

-¿Pasa algo Eijirou?- Preguntó el pecoso mirando al pelirrojo confundido.

-Si vamos a fingir ser novios... eso significa que... ¿vamos a besarnos?- Se miraron a los ojos avergonzados.

-Bueno... Si llegara a ser necesario... entonces, supongo que si- El peliverde jugó con sus dedos en silencio. Eijirou se quedó sin palabras.

-Maldición- Maldijeron al mismo tiempo, rieron al unísono y después continuaron con su camino.

Al día siguiente Izuku corría alterado hacia su salón, al ver a su amiga en su lugar, se apresuró a ir con ella.

-Ochako! Ochako!- La mencionada volteo a verlo.

-Vaya, estas bastante alterado ¿Qué pasó?- Pregunto con curiosidad.

-Lo hice...- Respondió dejando confundida a la contraria- Tengo un novio... de mentira- Instantes después, Izuku tuvo que tapar la boca de la castaña para poder callar el grito que la chica estaba a punto de dar.

-No puede ser, no puede ser, Izuku, ¿y quién es? ¿Cómo se llama? ¡Cuéntamelo todo!- Grito a todo pulmón llamando la atención de todos en el salón, Izuku se sonrojo y tapo su rostro.

-Te lo contare todo, pero por favor... cálmate y no grites- Susurró apenado, escondiendo su rostro entre sus brazos, la contraria solo asintió con la cabeza.

Izuku conto, con lujo de detalle el trato que había hecho con su pelirrojo amigo, bajo la atenta mirada de su amiga Ochako.

-Bueno, después de escuchar esto solo tengo una cosa que decir.... Espero que después no te arrepientas de esta decisión- Comentó la chica cruzándose de brazos.

-No te preocupes, no será para siempre, como te digo, el aún no ha encontrado su destinado, en cuanto lo haga, esto se terminara y tendré que volver a la realidad- Explicó el pecoso seguro de sí mismo.

-Para cubrir bien esta mentira, se supone que el vendrá hoy por mí, así que...- Comentó rascando su nuca, la contraria sonrió.

-Uuhh, esto se va aponer interesante-.

Al salir de la escuela, el pecoso pudo divisar a su amigo a los lejos, esperándolo, suspiro aliviado, se despidió de su amiga para después dirigirse con el pelirrojo.

-De verdad, no puedo creer que esté haciendo esto- Comentó en un tono bajo, lo suficiente para que Izuku lo escuchara.

-Shh! Él está ahí, vámonos antes de que se acerque- Susurró, antes de seguir con su camino, miro directamente a su amigo y extendió una de sus manos.- Dame tu mano-. El pelirrojo abrió los ojos.

-¿Qué? No, espera, nunca dijimos que íbamos a tomarnos de la mano en público- Eijirou trato de aclararlo, pero la insistente mirada del pecoso lo venció. Enojado y sonrojado, tomo la mano de su amigo y juntos siguieron con su camino.

A lo lejos, Katsuki observaba aquella escena, Enfurecido, apretó los dientes y se dio la vuelta para ir hacia casa, seguido del bicolor, quien también fue testigo de aquella escena.

Al llegar a su casa, azoto la puerta y sin decir nada más se dirigió a su habitación.

--¿Y ahora qué le pasa al mocoso...?- preguntó su madre Mitsuki, mirando a su esposo confundida.

Al notar que su hijo no bajaba, ambos padres decidieron subir a hablar con el menor.

-Katsuki ¿Pasa algo, hijo?- pregunto su padre suavemente, pegando su cara a la puerta para escuchar la respuesta

-Largo, no me pasa nada- Fue lo único que se escuchó por dentro.
Katsuki mentiría si dijera que ver aquella escena no lo afectó, estaba triste y ni siquiera sabía él porque, si apenas y había cruzado una palabra con aquel pecoso.

Mitsuki decidió abrir la puerta, al entrar ambos se encontraron con el rubio dándoles la espalda y cubriendo su cabeza con su almohada.

-Vamos hijo ¿pasó algo hoy?- insistió su padre, sentándose en la esquina de la cama.

-¿Qué? ¿Tu destinado te rechazo?- Sonrió burlonamente, al recibir un gruñido de parte del menor, comprendió de que eso se trataba.

-El idiota tiene novio- Comentó sin ganas, aun dándole la espalda a sus padres.

Ambos adultos callaron unos segundos.

-¿Ah? ¿Eso es todo?- Soltó Mitsuki con indiferencia

-¿QUE? ¡¿Les cuento mis malditas penas y lo único que dices es eso?!- Grito enojado volteando a ver a sus padres.

-Te estas olvidando de algo mocoso- Respondió calmada la rubia.

-Esta vez estoy con tu mamá- Comentó su padre, sorprendiendo un poco a Katsuki- Te olvidas de que eres su destinado... tarde o temprano estarán juntos- Katsuki había olvidado eso.

-Solo debes de esperar, El chico se dará cuenta de que tiene que estar contigo si quiere ser feliz- Dijo su madre acariciando la espalda del menor con una de sus manos.

Enojado, el pelicenizo quito con rudeza la mano de su madre y volvió a acostarse dándole la espalda de nuevo a ambos adultos.

-Ya lo sé maldición... No tienes por qué recordármelo- Bufó enojado, aunque no lo mostrara, tener esa pequeña charla con sus padres lo había calmado un poco, lo suficiente para pensar en qué hacer con la relación que quería construir con el pecoso.

-Bueno, supongo que ya no nos necesitas...- ambos se levantaron de la cama del joven- Nos adelantaremos con la comida- en menos de un segundo Katsuki se levantó bruscamente.

-No se atrevan, o los mataré- Salto de la cama y cruzo la puerta dirigiéndose hacia la cocina.

Más tarde pensaría que hacer con aquel Peliverde.

Unmei  |•KatsuDeku•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora