IX ~ Alucinaciones y pesadillas ll.

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Abro los ojos, aun es de noche, intento moverme para ver la hora en mi teléfono pero sus brazos me aprietan mucho más a ella, decido no moverme, sé que no podré dormir más. Segundos después Madison empieza a patalear, mientras cada vez me acerca mucho más a ella como si intentara alejarme de algo, creo que esta teniendo una pesadilla, cada vez sus movimientos son más bruscos y todo se detiene de un segundo para otro, su agarre se afloja y se que a despertado.

Me giro en la cama y reconozco que una capa de sudor le cubre el rostro.

—Lo siento, te desperté —susurra limpiándose un poco la frente.

—No te preocupes, ya estaba despierta —quitó el cabello que se le pega a la cara—. ¿Estás bien?

—Si, solo, fue una pesadilla.

—¿Quieres contarme?

—Es algo tonto —la miro esperando que me cuente—. Un monstruo venía hacia nosotras, te quería robar de mi lado y no dejaba de decir "No estes con ella, estas mejor conmigo" y tu te intentabas ir con ese monstruo, pero yo no te quería dejar ir.

—No hay ningún monstruo, estoy aqui no me pienso ir.

—No me refería a un monstruo en realidad.

¿Acaba de llamar a Elaine monstruo? Ya que lo pienso de esa manera tiene más sentido.

—¿A qué te refieres? —ella me abraza nuevamente.

—A que quizá debería seguir durmiendo o sino... —se queda callada y es tan frustrante que haga esto.

—¿O sino que?

—Solo, hay que guardar silencio e intentar dormir.

Me quedó varios segundos solo mirando a la pared sin pensar nada en concreto, cuando estoy por intentar volver a dormir veo cómo es que se ha acurrucado entre mis brazos. Estoy cómoda con ella de esta manera, pero no debería ser, ella tiene novio y yo tengo novia, no es lo correcto, por mas que me cueste quito sus manos de mi cintura y se las dejo de un lado me doy la vuelta, ella igualmente junta su cuerpo al mio.

—Madison, para.

—Lo ves, ya vas con el monstruo —esas palabras me hacen explotar.

—¿Qué monstruo? —espero su respuesta pero nunca llega—. Madison, no me estás ignorando. Si quieres hablar, hablemos, porque tengo bastantes quejas.

De nuevo espero una mínima respuesta de su parte pero nunca llega y se que me está escuchando.

—Se que me escuchas, si no quieres hablar no hay problema, pero me vas a escuchar —me mantengo firme, si me doy la vuelta la veré y no podré decir nada—. Bien, me gustas, desde el primer segundo en que te mire y no sabes cuanto lo odio, por varias razones, se supone que eres hetero, tienes novio y me confundes demasiado. No se que hacer, bueno, ahora si, solo me queda aclarar que haré todo lo posible por dejar de tener sentimientos por ti, y mi novia me ayudara con eso.

«No se que pasaba por tu cabeza, pero si te puedo pedir algo es que me hagas las cosas más fáciles, no me ilusiones, no juegues con mis sentimientos, no actúes de una manera y luego de otra.

Tomó la fuerza necesaria para girarme y en cuanto lo hago ella se gira también para el lado contrario y queda dándome la espalda.

Miro simplemente como es que las gotas de lluvia resbalan por la puerta, pensaba salir a tomar un poco de aire pero está lloviendo así que me he quedado simplemente mirando las gotas resbalar.

Siento unas manos frías deslizarse por mi cintura, me giró de inmediato topándome con Madi que recarga su cabeza en mi hombro.

—Lo siento —pronuncia en casi un susurro.

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