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Capitulo |6|

Los siguientes 3 días a la conversación que tuvieron Emilio y Joaquín en el consultorio fueron muy similar a las anteriores, cómo cuándo recién habían llegado a la casa del alfa, bueno exceptuando que ahora compartían pequeños besos cuándo Matty no los estaba viendo, o se quedaban después de que el pequeño se durmiera mirando un película y abrazados bajo una manta.

Joaquín supo entonces que el cuerpo del alfa era muy cálido, y perfecto para abrazarlo. Sus brazos fuertes y largos lo sostenían cerca de él y cada vez que le hablaba cerca y bajito, el interior del omega vibraba.

Emilio tenía una manía por besarle el rostro y el cuello, y hacerle cosquillas en la pancita. Esos pequeños momentos eran únicos, mejor de lo que alguna vez imaginó y se encontró acostumbrándose muy rápido a ellos, y eso le causaba un poco de miedo. Miedo de que se acabe, que el alfa se despierte y se dén cuenta de que él no vale la pena.

A la hora de dormir era todo igual que siempre, Joaquín dormía en su habitación con su hijo y Emilio solo en la suya, porque aún era muy pronto y no podrían tampoco explicar a Matty lo que estaba sucediendo entre ellos, porque a decir verdad ellos tampoco sabían qué eran.

¿Eran pareja? ¿Amigos que se besaban? No sabían, y no importaba ponerle título, al menos por ahora.

Pero, hablar de eso con Matty era otra cosa. Joaquín no quería confundir a su hijo y por supuesto que Emilio lo respetó en todo momento.

Luego de salir del hospital 3 días atrás, Matty estaba muy contento de volver a la casa de Emilio y así también Joaquín. Todavía no paraba de sonreír al pensar en Emilio, y la alegría que vio en sus ojitos cuándo aceptó quedarse de forma permanente con él. El alfa parecía no creerlo, pues antes de que ambos salieran en dirección al departamento, le hizo prometer de que cuándo llegase más tarde ese día ellos estarían allí, que no le mienta porque su corazón se rompería en mil partes, Joaquín sintió la sinceridad en sus ojos y también la tristeza al pensar eso.

Le aseguró de que los encontraría allí cuándo volviese ese día, pero no fue hasta que el alfa realmente los vio con sus ojos al llegar que pudo respirar tranquilo, y desde ahí todo marchó viento en popa.

"¿Joa, que haces?" Emilio entró a la cocina.

Era su día libre del hospital, así que estuvo todo el día con ambos y simplemente era hermoso. Pasar tiempo con Joaquín y Matty llenaba su corazón de una forma en la que jamás nadie más lo hizo.

"Estoy lavando los trastos, alfa," contestó Joaquín, y enseguida sintió el cuerpo cálido del alfa apretarse en su espalda.

Sonrió cuándo los labios de Emilio besaron su nuca, y después su cuello y mejilla.

"Deja eso, omega y ven a tomar una siesta conmigo. Hueles tan bien," susurró Emilio, atrapando al más pequeño entre sus brazos.

Joaquín suspiró bajito ante el tacto sutil del alfa. Emilio siempre era suave y delicado con él.

Se dio la vuelta, después de secarse las manos, y arrojó sus brazos en el cuello del más alto. Emilio sonrió mirando hacia abajo, viendo los cachetes colorados del menor.

"Matty..." Susurró, preocupado.

"Se encuentra durmiendo, recién acabo de verlo. Incluso roncaba un poquito," ambos rieron. Emilio besó su nariz, y después acarició la contraria con la suya. Amaba la pequeña nariz de Joaquín. Sus manos en la cintura pequeña "por favor, aunque sea acuéstate a descansar conmigo. Te puedes levantar antes que Matty."

A CHIRITMAS BABY- Emiliaco FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora