Poemario del periquito

Te pienso.

Te sueño despierto, te pienso dormido.

Me quito la ropa y te veo conmigo.

Mirando las horas, he contado las veces, donde con locuras has reído con creces.

Me peino en el día y despeino en la noche cuando tú me dabas caricias al cuello, sentía cosquillas entre muchos te quiero; con las suaves brisas y el olor de tu pelo.

Me puse otra vez la camisa de cuadros; el cual me halagabas expresando: ¡Que guapo! Me rocié de perfume y arreglé los zapatos que siempre pisabas para ver mis labios.

Llevaré en mi mano un ramo con flores para que no olvides todos los colores, que veías conmigo al amanecer mientras yo sentía el aroma a miel.

Para que recuerdes que vimos la luna y contamos estrellas con tanta locura. Descubrí mil mundos, un millón de galaxias; pero aquel lunar, ya era mi casa.

Y voy de camino por este sendero en donde nos vimos un día de enero; más adelante estaba ese parque donde me caí pisando un bache.

Le mandé un saludo a ese joyero que me otorgó ese anillo de ensueño. Para poder casarme con alguien que quiero y así vivir un amor verdadero.

Al día de hoy, aun te recuerdo con tanta alegría y no puedo creerlo. Todos los momentos que me hiciste brillar, las tantas veces que pude volar.

Estando en tus brazos sentía la calma, y ahora que no estas; me queda la cama vacía, dejándome con la soledad, esperando algún día volverte abrazar.