Feliz

458 43 8
                                    


- ¡¡Agh!!

Hyunjin abrió los ojos con asombro y miró a su novia tras el quejido. Bajó un poco su celular sin bloquearlo y le preguntó - ¿Estás bien? Llevas alrededor de 20 minutos con ese ojo.

- ¡No! Maldición, mi delineador acaba de pasar a otra vida - se quejó de nuevo, moviendo las piernas. La azabache la miró sin expresión alguna, subiendo el celular de nuevo pero aún con la mirada en ella - ¿Pero sabes cuál es la culpa real? - negó - ¡De ese estúpido vestido!

- ¿Cuál vestido?

- ¡Cómo que cuál vestido! - frunció el seño - El de la tienda departamental ¡Kim Hyunjin! Era precioso y mi atuendo perfecto para navidad, lo aparté pero milagrosamente desapareció.

- Compra otro - respondió con simpleza.

- Tú no lo entiendes, era ese vestido o ninguno. Ya no hay tiempo, conseguir ropa genial es imposible.

- Pero ¿qué tiene que ver ahora?

- Que tengo que usar este estúpido vestido verde - lo miró - Mi vestido era rojo, entonces significa cambiar la paleta de ojos, un collar diferente, zapatos ¡Todo!

- Pero - guardó silencio procesando sus palabras - Hoy es la fiesta de tu trabajo, ¿No usarías el vestido en navidad? No lo entiendo.

- Agh solo olvídalo - abrió la puerta del auto. Hyunjin suspiró, mirando de nuevo la pantalla de su celular - ¡Kim Hyunjin! - gritó desde la distancia y la menor se apresuró en salir.

Heejin estaba notoriamente incómoda, no se sentía segura con lo que traía puesto y eso era una mala señal. Hyunjin lo notó pero no importaba cuantas veces le dijera que se veía hermosa, solo le respondería que no era verdad.

- Mhm - Hyunjin tosió, después de soltar sutilmente su mano antes de entrar. La castaña no lo pasó desapercibido, alzando la ceja - No me siento cómoda con tu jefa.

- Agh, llevamos cuatro años saliendo Hyun, ¿Aún no estás lista para salir del armario?

- Sabes que no es así, estoy totalmente fuera. Pero ella es la esposa del primo de mi padre, ya sabes, el lado feo de la familia. Es una arpía total y no quiero que comience a hablar.

Heejin tomó su mano de nuevo restándole importancia a su argumento - Todo mundo lo sabe Hyunnie, dejó de ser una novedad hace tiempo - seguido de ésto entraron a la casa.

No es que a Hyunjin no le cayeran bien los compañeros de trabajo de su novia, lo hacían, eran respetuosos con su ella y divertidos, pero no tenía un tema de conversación en común. Todos estaban en el área de administración y ella pertenecía al de las artes. Además su personalidad extrovertida solo soportaba algunas horas antes de volver a ocultarse.

La azabache forzó una sonrisa cuando sintió unas manos sobre sus hombros moviendo su cuerpo.

- Vamos a bailar amor - Heejin estiró de ella, pero puso resistencia.

- Quedemonos aquí, podemos bailar sentadas.

Heejin rodó los ojos - Eso no es bailar.

- Por favor, sabes que no me gusta hacerlo - Heejin no dijo más y regresó su vista hacia el frente, observando a sus amigos moverse al ritmo de la música.

Hyunjin suspiró, debía existir un punto medio. Así que se puso de pie, y le brindó su mano, que enseguida tomó.

- No, para este lado - Heejin susurró, intentando guiarla, pero no lograba conseguirlo y eso hacía que ambas se frustraran internamente. Por esa razón prefería quedarse sentada. Hyunjin no sabía bailar y no le gustaba, pero Heejin era dinamita pura y adoraba hacerlo. Un terrible conflicto.

Una Hyunjin para NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora