Mi

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Echó de nuevo un vistazo y fue entonces que la reconoció, devolviéndole el alma al cuerpo.

Hyunjin vestía una pijama rosa de gatitos que no recordaba fuera de ella y sus extremidades no la soltaban.

- Mhm Hyunjin... - se movió incómoda - Hyunjin - repitió, golpeando su rostro.

La azabache se separó un poco, despertando, pero al tallar sus ojos y descubrir que era un nuevo día, se aferró de nuevo a ella, abrazándola con fuerza.

- Hyunjin me estás ahogando - no la escuchó y la apretó más.

- Cállate, pasé las últimas ocho horas sin ti.

- ¿Ocho horas? ¿De qué estás hablando?

- Me voy a dormir sin saber si podré ver tu rostro en mis sueños - explicó y sus ojos le indicaron que estaba a punto de llorar - Hoy tuve la suerte de soñar con tu hermosa carita ¡Pero ¿y si no?! ¿Y si sueño feo como la otra vez?

- ¿De qué estás hablando? - repitió.

- ¡Fue tu culpa! Después del cine dijiste que la protagonista era guapa. Esa noche soñé que me cambiabas por ella - Heejin alzó la ceja intentado recordar y Hyunjin comenzó a llorar.

- ¿Estás bien?

- ¿Qué pasa si despierto y has muerto?

- ¿Qué? - preguntó asustada - ¿Estás matandome?

- ¡¡No!! - comenzó a besar todo su rostro, aferrándose aun más a ella - Rezo todos los días para yo irme primero. No soportaría estar un segundo sin ti.

- ¿Has pensando en ésto antes?

- ¡Claro! Vivo con un miedo constante - limpió sus lágrimas - Eres lo único que tengo ¡Mi razón de vivir! No sé que hacer si tú no estás.

- Mhm claro - se deslizó incómoda, saliendo de la cama - Necesito ir al baño.

- Vamos - se puso de pie.

- ¿Qué?

- ¿Qué pasa si te resbalas y mueres? ¿O intentas huir por la ventana? ¡¿Vas a dejarme?!

Sus ojos se nublaron de nuevo y Heejin se asustó - No, no, claro que no, solo necesito hacer pipí ¿Puedes esperar aquí? No tardaré.

- ¡No Heejin no me abandones! - corrió hacia el baño escuchando sus pasos tras ella. Una vez en el cuarto de baño los golpes en la puerta comenzaron - ¡¡Heejin!! - ahí estaba de nuevo, Hyunjin llorando a cantares.

Se lavó la cara y se miró al espejo - ¿Pero ahora qué mierda pedí?

Enjuagó de nuevo su rostro creando un plan, pediría que dejara de ser tan intensa, y cuando cerró los ojos para desearlo, se detuvo. No podía pedir eso, porque era su último deseo y si lo hacía mal todo se iría a la mierda.

- Okay Heejin tranquilízate, piensa correctamente y por la noche, mirarás las estrellas y harás un buen deseo.

- ¡¡Heejin!! - los golpes en la puerta empezaron a escucharse nuevamente.

- Mierda, ¡mañana es navidad! Necesito ir de compras y -

- ¡Heejin! ¿Dónde estás? No me dejes.

- ¡Ahí voy! - enredó sus dedos entre sus cabellos - Mierda no puedo pensar con esa cosa aquí.

Suspiró, mirándose una última vez y salió. Tan pronto lo hizo, un cuerpo se lanzó sobre él.

Una Hyunjin para NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora