Capítulo - 1

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Nuevo hogar

Me encuentro en los asientos traseros del taxi, mientras me dirijo hacia mi destino, al parar bajo las maletas junto con la ayuda del conductor. A primera vista la mansión es enorme y tiene un pequeño jardín delantero, antes de que pudiera llamar al timbre el portón empezó a abrirse dejando ver a una señora en traje de sirvienta, con una pequeña coleta y con ojos color miel.

—Me alegra que hayas llegado justo a tiempo.

Dijo esto mientras me agarraba de la mano y la sacudía. —Mi nombre es María, encantada— Comentó con una pequeña sonrisa en su cara.

—E-Elizabeth, mucho gusto— Me solté del agarre con una media sonrisa, entramos a la mansión, sin duda por dentro se ve mucho más grande. Hay unas escaleras enormes a nuestra izquierda que llevaban al piso de arriba, y enfrente de nosotras estaba una puerta de color negro de la que salió un hombre trajeado.

—Nicolás, ya era hora de que llegaras a saludar a la señorita.

—Perdonadme, no escuche la puerta— Se acercó a mí con una sonrisa en la cara.

—Encantado de conocerla señorita Billou.

—Encantada, pero no hace falta que me diga así. Con Elizabeth es suficiente— Conteste, no estoy acostumbrada a que me traten con tanta formalidad, igual que no estoy acostumbrada a tantos lujos y cosas caras.

—Yo llevaré las maletas a su cuarto, mientras Nicolás la lleva a ver al señor.

Y se marchó sin más con mis cosas. —Acompañe me por aquí seño- Elizabeth.

Subimos por aquellas grandes escaleras y nos dirigimos por uno de los pasillos, en estos hay cuadros antiguos de gente y paisajes, son preciosos, parecía como si pudieras meterte en ellos.

—Ya hemos llegado— Dijo Nicolás, estamos enfrente de una puerta negra con el pomo de oro, Nicolás abrió la puerta para que pasara, no estaba segura de hacerlo, espere unos segundos y puse el primer pie dentro de la sala. Ya dentro me quedé anonadada, estaba en una biblioteca gigantesca, con unas estanterías enormes y unos ventanales por los que la claridad entraba perfectamente. Camino entre los pasillos de la biblioteca, admirando los libros y la vista que hay desde las ventanas, hasta que una voz gruesa me sacó de mis pensamientos.

—Veo que te gustan los libros.

—S-sí— Contestó nerviosa, hay un hombre muy guapo y atractivo enfrente de mí, vestido en traje y con las mangas de la camisa subidas hasta los codos dejando ver los músculos de sus brazos.

—Mi nombre es Amon, y soy el dueño de esta casa.

—Soy Eli-.

—Se quien eres, eres la hija de Richard y Carol Billou.

Este hombre no me da muy buenas vibras, mi padre dice que es un hombre amable y dulce en el interior, pero a mi no me lo parece. No por lo menos con esa cara tan seria y esa mirada juzgante.

—Acompañame, te enseñaré el lugar.

Hablo con voz seca. Salimos de la biblioteca, recorrimos la parte de arriba, que es donde se encuentran las habitaciones, su despacho en el cual me prohibió entrar a menos que sea de suma importancia, igual que en su habitación, en esta primera parte hay unos tres cuartos de baño, luego bajamos al primer piso, este tiene otros tres baños más, me mostró la cocina, el salón en donde tenía una chimenea, al lado de este se encontraba la sala de juegos, en donde había dos mesas de billar, una de poker y un poco más apartado un pequeño bar, que desde hay puedes bajar a la bodega y por último me mostró el jardín trasero, es la mejor parte de la casa junto con la biblioteca, este tiene un pequeño laberinto hecho con matorrales, y con una fuente enfrente de la entrada, también había una mesa con algunas sillas. Nos adentramos por el laberinto, sin duda uno puede perderse por aquí, llegamos al final y lo que vi me quedo con la boca abierta de lo precioso que era. Ahí había un pequeño estanque con rocas para poder llegar a la cúpula de mármol que está en el centro, tiene algunas enredaderas con flores blancas y rojas en las columnas y un pequeño farolillo que cuelga del techo.

Amor de un ricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora