CSI: Raura

I

"Por las malas"

—¿Edad de la joven?

—veintidós años, Lynch. Trabajaba para la empresa de actuación, cine y teatro Marano, era la directora de sus películas. Sus padres fallecieron en un accidente automovilístico, y dejaron la empresa en sus manos. O ese es último informe que tenemos de la familia Marano.

—¿Hermanos?

—Por ahora no lo sé.

—Bien Nick, sigue trabajando, alguna pista tiene que haber.

Seguí caminando por el extenso pasillo de la casa, buscando una señal. Algún integrante de la familia al cual avisar.

Al lado, en la habitación estaban revisando el cuerpo un grupo de investigadores y científicos.

Una habitación me llamó la atención, era de color carmesí. No era la de los padres porque esa ya la habíamos investigado. Toqué el picaporte para girarlo. Pero antes de que pudiera hacer algo alguien gritó:—Hey, tú, ¡Alguien me puede explicar que está pasando aquí!

Giré sobre mis propios talones, y me encontré a una niña, castaña ojos cafés. La miré seriamente. Tenía un gran par entejo con la victima ¿Será su hermana?

—Soy el detective Ross Lynch—extendí mi mano en forma de saludo.

—Si, ajá, no me interesa—rechazó mi saludo, niñas— Solo quiero saber ¿Por qué mierda esta toda esa gente en mi casa? Y ¿Dónde está Vanessa? ¡No me digas que volvió a grabar una película de detectives en casa! ¡Le dije miles de veces que no lo haga! ¿Dónde está? Necesito que me de dinero.

—Parece que no nos entendemos. Yo deseo saber quién es usted. Y qué relación tiene con la señorita Vanessa Marano.

—Soy su hermana ¿Sí? Ahora responde las preguntas que te hice.

Suspiré pesadamente.

—Como decírtelo, tu hermana, falleció—expliqué lentamente.

Abrió los ojos, y su cara se tornó pálida.

La extraña, ya que no se su nombre; Apoyo las manos en la pared para sostenerse. Y luego cayó de rodillas al suelo. Uno se preguntaría ¿Por qué actúo tan normal y serio?

—Tengo que llevarla a la oficina para interrogarla.

No se inmutó, solo siguió llorando acostada en el suelo.

Baje las escaleras, para avisarle a alguno de mis camaradas que volvería a la oficina.

Estaba por bajar el último escalón cuando encontré a Calum en dirección contraria a la mía.