VEINTIOCHO | Las cenizas restantes

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Maratón 2/2

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Fue extraño que el primer viaje de Leia a la estación 9 3/4 con Sirius también era su primer viaje sin Moody.

No lo había visto desde el año anterior, y Leia suponía que se debía a la presencia de Sirius y la existencia de la matalabos. Quizá ya no estaban tan en peligros como antes, sin embargo, después de lo del mundial, no podía dejar de pensar que un poco de protección no les vendría mal.

El viaje fue bastante caótico. Tuvieron que viajar en un taxi muggle, ya que auto no tenían. El conductor miró a Sirius de una manera extraña cuando al intentar sacar su dinero Muggle salieron un par de Galeones. Pero al menos no dijo nada por los dos enormes baúles que llevaban Draco y ella, ni mucho menos por la lechuza. Era el colmo que además, estuviera lloviendo. Le gustaba la lluvia, pero no tenían paraguas y tendrían que pasar corriendo a la estación.

Ya en la estación Sirius tuvo que transformarse, su padre había insistido que esta vez no sería como las demás y la gente si se detendría a mirarlo si llegaba caminado y aun que bufo en reclamo, bastó con beso en la mejilla de parte de Remus para convencerlo.

La lluvia los empapó hasta que entraron a King Cross.

Leia pudo notar algo extraño en la mirada de sus padres. Incluso Padfoot parecía tener una expresión de nostalgia. Leia pensó en que aquella seria la última vez que Sirius llegaría en forma de perro, para la navidad, Leia volvería y podría ver a sus dos padres humanos esperándola. Se le apretujó el corazón de solo pensarlo. Y no podía parar de pensar en lo que sentirían ellos, si para Leia había sido un tormento, para Sirius y Remus también.

Leia decidió que le dejaría ese momento a sus padres así que le susurro algo a Draco y él asintió en respuesta. Pasaron rápidamente por la pared del andén sin avisarle a ninguno y soltaron una pequeña risa luego de llegar. Sirius y Remus llegaron segundos después, su papá traía el ceño fruncido.

—se tardaron mucho—dijo Leia con una sonrisa y empezó a caminar.

El andén estaba más vacío que otras veces. Así que no les costó subir sus baúles por una de las escaleras del tren. Draco se despidió de ambos adultos y cuando Leia estuvo por hacer lo mismo, Padfoot se subió al tren y se transformó una última vez.

—iré a buscar compartimiento—dijo Draco tomando su baúl. Leia se quedó sola en el pasillo con Sirius.

—la primera vez que me subí a este tren, estaba segurísimo de que iba a decepcionar a mis padres—fue lo primero que dijo, mientras pasaba la mano por uno de las paredes—. Recuerdo haber encontrado a James y preguntarle si era mi primo algo, de otro modo me habría ido.

Leia soltó una risa.

—y luego vi a tu padre, no recuerdo que fue lo primero que pensé, pero después de esa vez, todos los años me subía y esperaba su llegada, siempre era una sorpresa cuando lo hacía, siempre estaba más alto, o con el pelo más corto, más cicatrices—esto último lo dijo con un suspiro.—Cada primero de septiembre llegaba aquí sabiendo que sería un buen año, a pesar de todo.

—¿por que me dices todo esto?—dijo Leia rascándose la nuca algo incomoda por no saber que responder—si crees que es porque no tengo amigos, te aseguro que tengo, quiero decir, son pocos, no soy buena haciéndolos pero los tengo. Si crees que no disfruto ir a hogwarts...

Sirius rio un poco y sacudió la cabeza.

—No, no es por eso. Solo quiero asegurarme de que este año no te mates por mi culpa. No quiero que nuevamente tengas que vivir con las consecuencias de ser mi hija, ¿Lo entiendes?—Leia asintió—. Te lo dije una vez: haré cualquier cosa por verte feliz, Leia, a ti y a tu padre, voy a recomenzar todos esos años, lo juro.

HEROES | libro I : año 1 - 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora