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El Dreamcore es un tropo, una especie de estética, quiénes le siguen suelen ser generalmente pacientes de un trauma. El Dreamcore les hace sentir que encajan en un lugar donde hace mucho no lo hacen, algunos alegan sentirse completos con tan solo ver imagenes de este tipo o escuchar música con esta clase de vibra "onírica".
A Takemichi ̶l̶̶e̶ ̶g̶̶u̶̶s̶̶t̶̶a̶ le encanta el Dreamcore.
Manjiro caminaba con un semblante molesto, algunos de los transeúntes de los pasillos le miraban con curiosidad... No era raro verlo con un semblante intimidante, pero esta vez parecía que iba a matar a alguien.
Entonces llegó con Kyomasa Masataka, un tanque del último año. La gente, —en especial personas como Takemichi— solían tenerle pánico porque era inmenso y exageradamente superior. Nadie contó nunca con que Manjiro, un estudiante modelo del dojo de su abuelo, iba un día a darle una paliza.
¿Razones? Descubrió que venía intimidado a algunos estudiantes desde hace años y el vaso explotó cuándo un día encontró a Takemichi limpiando su uniforme luego de haber sido apaleado y lanzado a la basura como si fuera un desperdicio cualquiera... No, había algo más.
Kyomasa había obligado a Takemichi a hacerle felaciones durante casi toda su vida estudiantil y cuándo Manjiro lo descubrió su cuerpo ardió en ira. De hecho cuándo el ojiazul explotó contándole aquello, agregando la vez en la que casi lo fuerzan a acostarse con él, Manjiro consideró la idea de cometer un crimen de odio.
Pero eso le mantendría lejos de su adorado niño de ojos cielo y no podía permitirselo
Así que solo le volteó la cara de un puñetazo. Kyomasa ni siquiera tuvo oportunidad de pensar cuándo Manjiro ya lo tenía pidiendo clemencia en el piso. Todos sabían que Manjiro era extraño y que no debías de meterte con él o con sus amigos... Pero no sabían que podía hacer algo como someter al tanque de la Mizo.
Cabe destacar que a Kyomasa lo habían cambiado de centro y también lo metieron a fuerzas a un instituto psiquiátrico. A Mikey solo lo suspendieron, después de todo su arranque fue tomado como defensa civil y propia, cuándo volvió a la academia tenía a un séquito de personas listas para defenderlo y adorarle; él no estaba interesado en cualquier persona que se acercará a decirle lo maravilloso que era.
Él quería a Takemichi.
Se sentía seguro en sus brazos, se sentía amado y protegido.
Su corazón se agitó cuándo lo vió sonriendole en la entrada del comedor. Entonces le recibió con los brazos abiertos, agradeciendole sus cuidados pero le pidió que no volviera a involucrarse en temas peligrosos.
No valía perder su libertad o incluso su vida solo para mantenerlo seguro. Lo que Takemichi no sabía entonces era que a Manjiro no le importaba, pero si se lo pedía su palomita, entonces idearia un plan para mantenerlo seguro y no verse involucrado.
Dios, lo amaba tanto.
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