ICELAND [L.S]

Capítulo 8: Te creo

Tal y como supuse, mis paseos fueron suspendidos, Louis no se arriesgaría a propiciar otro encuentro entre Josh y yo, por lo que volver a tenerme encerrado era más seguro para él.

"Crees que tú vida en libertad era un cuento de hadas, que el imbécil de Tom te protegía y nada te iba a pasar". Le di vueltas a esa oración durante toda la semana. Recordaba la insistencia de Liam por acompañarme a todos lados, intentando protegerme incluso cuando el peligro había pasado, pero siempre creí que me protegía de Louis. ¿Acaso había alguna otra amenaza? ¿Una de la que ni siquiera Liam se había percatado?

No dejaba de tener la sensación de que esto era mucho mas grande que Louis y yo, pero mientras no se me dijera la verdad, no tenia nada qué hacer en todo este asunto más que esperar en la diminuta cama de mi habitación por las malditas tres comidas del día. No lo soportaba más.

-Necesito ver a Louis -le dije al sujeto que trajo el desayuno.

Me ignoró sin inmutarse, como si ni siquiera hubiera escuchado mi petición.

-Quiero ver a Louis -le dije al sujeto del almuerzo, un poco mas insistente.

Este al menos me miró, pero tampoco se dignó a responder.

Cuando apareció Robín con la cena, me levante de la cama.

-¡Necesito ver a Louis! -solté. Él me miró.

Al menos la poca paciencia que me tenia, lo hacia cumplir con mis demandas.

-Si te mueves de acá, te juro que...

-No me moveré -le prometí una vez que me dejo en el pasillo.

Entonces Robín entro a la oficina y esperé un par de minutos antes de que volviera a salir.

-No, vamos -estaba hecho una furia.

-¿Que? ¿Por qué? -pregunté.

-Dijo que no, eso es todo -intentó tomarme del brazo, sin embargo, yo estiré mi mano y abrí la puerta de la oficina antes de que Robín intentara detenerme.

Al abrirla, me encontré con la cara enfurecida de Louis y un sujeto extraño delante de él. Al joven le caían un par de rulos por la cara y su piel parecía tan tierna como la de un bebé.

Louis no se demoró tanto en entender lo que sucedía. Se levantó a toda velocidad y se excuse ante su acompañante.

-¿Qué estas haciendo? -susurró mientras cerraba la puerta tras él.

-Volverá a su habitación -explicó Robín.

-Silencio -le ordenó, mirándome -¡Debes parar con esto Harry! -estaba furioso, pero no gritaba. No quería que lo escucharan.

-Llevo todo el día pidiendo hablar contigo, no puedes alimentarme e ignorarme por siempre -respondí.

-No es un buen momento -respondió.

-¡Nunca es un buen momento! -alcé la voz, pero él volteó nervioso.

-Bien, pasaré en la noche, lo prometo -respondió. Robín volteó los ojos a mi lado, pero intentó disimularlo.

-Si no pasas en la noche...

-Lo haré, ¿puedes volver a tu habitación por favor? -pidió.

Algo pasaba. Louis nunca había sido tan condescendiente.

Miré a mi alrededor, pero no parecía haber nadie. ¿Era por la persona de su oficina? ¿Quién era?

Entonces asentí y caminé por cuenta propia a mi calabozo. Robín ni siquiera consideró acompañarme, tampoco me convenía.