Capítulo 6.

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"Déjame pasar."

Lo mire riéndome, él pidiéndome entrar, rarito.

- ¿Para qué será que queres entrar? - Le pregunté. Levanté la cabeza poco a poco, porque era demasiado alto, más que yo.

- Naah, era solo para molestarte, pelotuda. ¿O te ilusionaste? - Fruncí el seño mirándolo, ¿podría ser tan estúpido?
¿Las neuronas no le llegan o qué? Es un pelotudo, lo único que puedo decir.

- Ja, ja. Eres gracioso. - Lo empuje y cerré la puerta, a mí nadie me pelotudea.

Me acosté en la cama pensando en Emiliano,  ¿Por qué era tan estúpido conmigo?

— ¿Por qué pienso en él, y por qué me está intrigado todo de él? — Eres una idiota Molina.

Cada vez que pensaba con él sentía algo, extraño con él. Me levanté de mi cama y camine hacia el balcón, escuchaba música en la habitación de los chicos, y me daba curiosidad de lo que hacian. La verdad espíe un poquito pero me habían descubierto.

Era Julián viniendo para la puerta, me miró y rio, este chico está medio, medio, borracho pero todavía seguía de pie.

Vi que Martínez me vio y se fue, después vino Lauti con Julián y me invitaron a entrar. Ellos me querían como su hermanita.

Julián me tomo de la mano y me agarró de la cintura, veía la mirada de Dibu y Otamendi puesta en mi, la verdad ni la puf ni paf, estos chicos me deben mucho la verdad.

Julián me empezó a dar besos, la verdad me servía, Emiliano estaba mirándonos fijamente, esta noche iba a ser muy larga.


Futuro.

Empecé a besar a Emiliano, él me estaba agarrando por la cintura, seguíamos en lo nuestro, la discusión que tuvimos me daría Miles de ganas de solo besarlo a él.

Él sabía lo que cuesta todo, pero él se preocupaba por mi.

— Te amo. — Le dije mientras me agarraba por la cintura.

PRESENTÉ.

Julián me empezó a dar un abrazo, mientras bailaba encima de él, miraba fijamente a Otamendi<8, debe saber lo que se perdió ese hijo de puta.

/Mientras lo besaba, me maseajaba la cintura.
Reí, Otamendi me agarró la mano bruscamente y me dirigió afuera.

¿Qué querés Nicolás? — Lo empuje mientras los chicos se acercaban para que él no haga nada.

Ya está, me cansaste. No podés irte como una puta por la pija que se te plazca. — Le pegue una cachetada y suspiré, estaba caliente, necesitaba pegarle porque esté ya no me tiene más controlada, porque yo no soy ninguna propiedad.

Yo no soy tuya, no soy nada tuyo, o algo parecido. —

Oh.

Oh.

Aquí viene lo malo.

Él me agarra de la cintura y me empieza a insistir, rogar, yo lo empujaba, no podía, de aquí los chicos se pusieron a la defensiva y el que salto primero fue Emiliano. Lo tiro lejos de mi y empezó a pegarle, literalmente se o sangre. Tomé la mano de Dibu

— No seas pelotudo, che. No tenías que meterme Emiliano, lo sabes bien. — Lo mire medio decepcionada, él era mi enemigo, literalmente, no sé cómo pudo saltar así.

—  Mírame Emiliano cuando te hablo. — Él me agarró de la cintura y me miró, estabamos demasiado cerca, uno de otro, sentía como me iba a besar.
Me aleje de él mientras lo seguía limpiando, estaba enojada con él, ni hablarme podía.

Unas horas después, teníamos devuelta la caravana, los chicos me dijieron de ir con ellos, no sabía la verdad, Julián y Enzo me rogaban, como Sergio, mi mejor amigo se quedó en Italia, fui con ellos, en su colectivo se podía subir al techo, los chicos se fueron arriba, yo me quedé en los asientos descansado. La verdad estaba tranquila, me puse mis auriculares y me dormí, sentí como alguien me tocaba las manos y me despierto. No había nadie, seguramente estaba muy cansada, Angel y Lío vinieron a buscarme, dijieron que quería que vaya con ellos.

Subimos arriba y cuando me vieron todos, empezaron a gritar desesperadamente, les sonreí a todos mientras los miraba, algunos me pedían firmas, fotos, etc. Leo me abrazo y empezamos a saltar, cantando canciones de la hinchada.

La estaba pasando super bien y cada momento era inolvidable, en un momento me dieron la copa y la levanté, como en la película de Simba, cuando lo declaraban rey. Empecé a recordar el momento cuando Emi me agarró por la cintura, y hoy lo mire, estaba sin remera, no sé, me pareció que estaba demasiado bueno. Cállate, cállate, no pienses en él.

Agarre una bandera que tiraron y empecé a moverla, sonriendo.

¡VIVAN LOS CAMPEONES! — Grite mientras escuchaba gritos de "Viva"

Los chicos estaban demasiado felices, todos y cada uno de ellos, faltaba poco para que todos se vayan a sus ciudades, quería recordar ese momento demasiadas veces, supongo que lo bueno dura poco. Pero poco de poco.

Emiliano me miró, y me sonrió, se acercó a mi poco, a poco y me susurro...

¿Aceptar El Amor? | E. MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora