Capitulo 7 "mamá" editado

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Estos días en el que solo me he dedicado a trabajar, me pasan factura respecto al curso,  siento morir de cansancio, trabajar de noche, y estudiar de día con solo tres horas de sueño, me está haciendo agonizar.

Sumándole la falta de sexo! Nate sigue castigado, solo que el luce radiante y yo como la mierda.

Pero ese castigo se acaba hoy, necesito coger a lo bruto para recargar energías, es contradictorio, pero está noche no trabajo y el sexo relaja!

Tomo un taxi para llegar más rápido, se me ocurre hacer una noche de reconciliación romántica, con sushi, vino y lencería sexy.

Se me hace agua la boca al imaginarme a Nate, partiéndome en dos en el suelo de la sala, sobre la alfombra… mi imaginación se eleva, de pronto ya no es Nate, si no un rubio muy diferente el que me toma, mientras que el moreno que no es más que el otro Backs, me lleva a su miembro para…

—señorita! — Abro mis ojos de golpe, y siento el calor subirme a la cara cuando noto que el conductor me ve a través del retrovisor.

—Lo Siento, me quedé dormida — si, soñando como puta.

—La calle 19 está cerrada, puedo entrar por la segunda transversal Y asi…

—Si, si.. está bien, no hay problema.

El que sabe de números y calle es Nate, yo con llegar a casa me conformo.

Saco el envase de agua y me tomo todo el contenido, mis pensamientos me pusieron caliente. No sé si es el cochino destino, pero veo el edificio en dónde Héctor me rapto.

Mi mente comienza a trabajar a mil por horas, y la zorra que llevo dentro se une con la ninfómana que sale cada cierto tiempo, podría follarme a los Backs una vez más… solo una, cerrar el ciclo…

«no Sky, ¿que mierda te pasa?»

Después de que les dije lo del embarazo mentira no me buscaron más.

Aún no me explico cómo se les olvidó lo del aparato en mi brazo.

Como si de una señal se tratara el auto se detiene justo al frente, trato de visualizar que sucede pero solo veo autos detrás de otros.

Imagino a ese par de hombres tomándome de nuevo, tan altos, tan fuertes, tan poderosos…

«No Sky, pensabas coger con Nate»

«Amiga! El te fue infiel…»
Resoplo mentalmente, Dios! Que arranque!

«Si lo haces, Nate no tiene porqué enterarse, te ha fallado dos veces, en todo caso se lo merece»

«Por Dios! Mi alter ego es una puta»

Las imágenes se reproducen en mi mente, su casa, nueva York, mi casa, ay…

Pago y me bajo! Me quedo unos instantes frente a la entrada, muerdo mis uñas, me rasco la ceja, mis piernas se mueven de arriba-abajo de manera inquieta.
Si les doy luz verde a los Backs no me dejarán de nuevo, mejor no, camino unos diez pasos alejándome pero mi zorra me detiene.

Especifica que será una vez y disfruta de esos pedazos de hombres.

«si»

Corro a la entrada, subo las escaleras y entro al vestíbulo, para me suerte el de seguridad de reconoce, saludo un poco tímida, no me vio en mi mejor momento, lo bueno es que me guía al ascensor y presiona el último piso.

El tic nervioso de mi pierna me va dejar coja, además de que ya casi no tengo uñas, las puertas se abren y me consigo con el pasillo desierto, trago y salgo.

Hay una única puerta, es grande y blanca con detalles dorados, paso las manos por mi cabello, me observó y no estoy mal vestida por lo menos, unos jean ajustados, con unos botines altos y un suéter negro tejido de punto.

Cuando estoy al frente, mi dedo se detiene en el botón del timbre, ¿será que si debo hacerlo?, puede traerme problemas.

No, no, no, mejor me voy…

«Sky! ¿Qué pasó con tu valentía?»

El pasillo da hacia las escaleras, me tomaría varios minutos llegar a planta baja, en caso de que llamen al ascensor, veo por unos de los dos ventanales y se nota que estoy en lo más alto.

—Lo haré, que sea lo que Dios quiera — digo en voz baja para darme valor e ir por los chicos que tanto placer me han dado, tocó el timbre de inmediato.

Pasan unos segundos y nada, tocó de nuevo, si no abren bajaré y me iré y más nunca lo intentaré de nuevo.

Escucho un murmullo y el corazón se me va a salir, los pasos se acercan y aprieto mis manos en lo que muerdo mi labio, la puerta se abre y…

Es Runner quien aparece, como para comérselo, está en boxer y su piel brilla como si se hubiera estado ejercitando.

—Hola! — su rostro palidece y yo arrugó el rostro sin entender su expresión.

—Sky…

Para mí buena suerte, el rubio aparece detrás, saliendo de uno de los pasillos, pero no viene solo, está con una chica, una rubia menuda que viene con una sonrisa que refleja en toda su cara, tiene una camisa de chico, oh Dios…

Los ojos del rubio se conectan con los míos y reacciona igual que Runner, resoplo y pego mi mano en la frente, una carcajada brota de mi…

—Y yo que venía a cogérmelos — tapo mi boca de inmediato, eso supone que sería un pensamiento, pero lo digo en voz alta y a lo que me escucho me río con más ganas — Lo siento, los dejo en lo suyo.

Limpio las lágrimas que salen de mis ojos por reírme, que suerte la mía, aprovecho su momento de aturdimiento para huir, camino al elevador y para mi suerte sigue ahí.

No pienso mucho y subo a otro taxi de manera rápida, me sigo riendo de las vueltas de la vida, de cada loca que me pasa, y ya no estoy riendo… estoy berreando! Lloro como desquiciada, presionó mi rostro en mis manos hasta que me calmo, hay días que siento que tengo todo bajo control, pero hay otros como hoy en lo que se me salen de las manos la situaciones que vivo y me siento perdida, sin rumbo.

Me relajo en lo que llegó al departamento, mi rostro se ve un poco deprimido, así que decido tomarme un tiempo para subir, camino por las calles del frente y entro a la tienda de los chinos en dónde venden cosas económicas, gasto en un cooler que es de unicornios con brillantes, un poco infantil, pero de mi gusto.
Sigo con mis planes iniciales, la bestialidad de Nate al follarme hará que me olvidé de la estupidez que estuve a punto de hacer.

Estoy cruzando la calle con el semáforo en rojo, hay autos a la espera de que cambie así que paso con tranquilidad, escucho el sonido de una moto, pero como el semáforo está a mi favor sigo con mi cruce relajada, la corneta hace un estruendo horrible, el sonido de freno me da el maldito susto de mi vida, se frena justo antes de llevarme por el medio, levantando la rueda de atrás.

Me doy cuenta de que estoy gritando como una maldita loca cuando se queda quieto en su lugar, todo pasa tan rápido que apenas captó que está vestido de negro por completo combinado con la desgraciada moto, comienzo a golpearlo como desquiciada con mi bolso.

—¿Qué mierda te pasa? — se baja y se quita el casco robándome el aliento, el maldito rubio de mis pensamientos más sucios aparece delante de mi.

—Calmate cielo, solo soy yo — se acomoda el cabello y le estampó otro bolsaso! Se queda y me ve como si me hubiera vuelto loca.

—¿Me quieres matar? — me coloco sobre la acera con el corazón aún latiendo a mil por hora.

—Con esto — se aprieta el paquete y resoplo.

—¿Y unirme a club de las chicas muertas por Héctor Backs? No gracias — le doy la espalda para seguir mi camino, muy sexi y todo pero ya llore y supere el mal momento de hace un rato.

—Bastante que te dejaste matar por mi — freno y me muerdo la lengua para no responder, reanudó el paso — ¿A dónde vas? Necesitamos hablar.

—Uy no, ya entre en razón, anda a seguir en lo tuyo que yo voy a lo mío.

—Esa chica es la novia de Runner… — se me envenena la sangre pero aún así me contengo y disimulo el enojo, estúpido Backs.

—déjalo ser ¿Por qué siempre te metes en sus relaciones? — me pongo frente a el y alzo el rostro, el hijo de puta se ve mucho más alto, aprieto las piernas.

—A el le gusta compartir.

—Búscate una tu y deja a los demás ser felices.

—La que yo quiero esta embarazada de otro— giro mis ojos — Y tampoco tengo problema en compartir, vente conmigo y cógeme como querías hacerlo cuando fuiste por ello.

Siento una punzada de ansiedad en mi entrepierna — ahhh… — trago un poco perdida, se me acerca y su perfume me envuelve.

—Sexo sin compromiso, solos tu y yo, sin reglas, sin restricciones, recordemos lo bien que lo pasamos juntos — Su mano toca mi mejilla y me hundo en su ojos Esmeraldas, trato de salir de su hechizo y me alejo un paso, negando un poco — No seas cobarde, vente conmigo, empecemos tu y yo desde cero — toma mi mano y solo doy dos pasos antes de soltarme.

—Héctor, no… — paso las manos por mi cara — no nos compliquemos…

—No me interesa complicarme la puta vida si es contigo Sky…
Suspiro, transpiro, mis neuronas chocan entre ellas si saber que mierda hacer… joder… veo hacia los departamentos, detengo mi mano antes de razcarme la ceja por centésima vez en el día, ya no debo tener vellos en el lugar… ¿Qué hago, que hago? Pff! Decido decirle la verdad

—Por cierto no estoy embarazada, no sé si lo recuerdas, pero tengo el aparato — abre la boca y luego resopla cerrando los ojos.

—Soy un imbécil.

—eres un imbécil! Y tampoco me voy a casar, de hecho… Nate y yo lo dejamos — veo a la nada, de nuevo esa sensación de estar perdida.

Se acerca y yo no me muevo — eso es totalmente una buena noticia — sonrío y niego. Me equivocado demasiadas veces, un vez más.

—Esta bien… vámonos — la expresión de su rostro me rectifica que no me estoy equivocando, me tiende la mano y la tomo.

—Sky!! Hija!! — mi cabeza gira en modo exorcista al escuchar la voz, voz que no escuchaba hace mucho, pero que conozco a la perfección.

Mi madre, la mujer que me dio la vida, la señora Wesley se encuentra delante de mi, ya no luce tan radiante como antes, aunque su look ya no es el mismo, los años demuestran que no han pasado en vano, comienzo a caminar hacia ella, tanto tiempo sin verla, si escucharla, sin sentirla, que terminó corriendo, dándole el abrazo que tanto he soñado con repetir como cuando era niña, lo malo no me importa, me dolió lo que hizo y me aleje, pero ella está aquí..

—Mama — tomo sus mejillas bañadas en lágrimas y soy su reflejo, estoy un poco mas alta que ella —¿Qué haces aquí?

—Lo siento, lo siento tanto hija — entierra su cara en mi cuello y me abraza con más fuerza — perdóname hija, se que cometí un error, no debí darte la espalda, perdóname… por favor.

—Esta bien mamá, ya pasó — la envuelvo con mis brazos y busco al rubio quien ve la escena recostado de la moto, sonríe y me hace una seña de que llamará antes de ponerse el casco e irse..

—No sabía nada de ti hasta hace unas semanas que reabriste tus redes sociales, me sorprendió mucho ver qué estás viviendo con Nate, lo contacte y ambos queríamos darte una sorpresa.
Nate, Nate… — Está bien mamá, debemos ponernos al día, subamos…

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Kiss!!



Poliandria (+18) parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora