Gritó tras gritó, la sala se consumía de las quejas por parte de un azabache alto, la dama de lentes sólo lo ignoraba y continuaba su dichoso trabajo encargado, al poco rato aquello cesó y todo transcurrió con normalidad...
Mientras que en un edificio en ruinas, se hospedaba una persona de aspecto raro, con el cabello de un color uva y los ojos tan azules como el mar en la noche. Se encontraría con cierta persona de cabellera rubia, que creó ya conocen, aquel sólo se notaba burlón ante las palabras del contrario, mientras que esté lo miraba con un toque de enojo... Cambiando de escena, ahora nos dirigimos a aquella pequeña casita en el bosque, que por debajo parecía un puto cuartel de la mafia, claro, ya se debe saber que era la bella casita de juegos de Johnson, quien dormía plácidamente luego de haber planeado su discurso para las elecciones durante todo el día, por no haber ido a la universidad.
Tan sólo quedaban unos aproximados dos días para aquella fecha tan ansiada por nuestro protagonista número uno, cada que recordaba esto se ponía tan feliz que en su pálido rostro se formaba una sonrisa tetrica, aunque él le solía decir a sus amigos que era su forma normal de sonreír, cosa no cierta, porque en la universidad con todos los demás sonreía como si fuera un ángel caído del cielo, aunque más que eso, era el mismo diablo reencarnado en una mediocre ciudad.
Pasaron unas dos horas más desde entonces hasta que la puerta de su cabaña en medio de la nada fue derribada por la patada de un pelirosa, tras el paso una chica con el cabello semi desordenado, quien tomó unos lentes y una máquina de soldar para empezar a arreglar la puerta de la cabaña una vez entró su compañero, el antes mencionado dejo un par de bolsas negras que goteaban líquido rojo como el vino, y tras ello entró a una habitación que daba hacia la parte subterránea de el lugar, paso una, dos, tres, y cuatro puertas, hasta llegar a una que tenía una placa metálica la cual decía "Ofk. K.J", puso sus frías manos en la perilla de la puerta de madera y la jiro para abrirla, encontrándose la escena de su amigo azabache durmiendo plácidamente sobre un sofá, con una pierna sobre el respaldar y saliva saliendo de su boca y deslizándose por su mejilla. Sólo un par de risas ante ello y procedió a ordenar todo aquel lugar, para segundos después tomar un petardo y ponerlo cerca al de tes tostada, haciendo que se despierte dando 'cincuenta gritos de miedo', luego de aquello ahí no se oyeron más que risas y maldiciones por parte de ambas personas.
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Por otra parte nos acercamos a una casa de tres pisos, blanca pero no tanto por grafitis y manchas de pintura en sus paredes por fuera, haciendo que la bella morada se vea desastrosa, en el segundo piso de esta, un grupo de tres chicos, dos castaños y uno con el cabello tan azul como los arándanos, se encontrarían reunidos, un híbrido de zorro caminaba de un lado a otro, y así sucesivamente por minutos en la habitación, las otra dedos personas recortadas en el limpio suelo del cuarto estarían hablando y escribiendo a la vez, causando un estrés mayor en el protagonista secundario, ¿qué haría?, ese día importante empezaría en dos días más, ¡y él se había relajado tanto que no preparo un discurso, o siquiera propuestas!, estaba en un total aprieto en ese momento...
