[Extra] El corazón de nuestro hogar

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La brocha se deslizaba sobre la cabeza de madera pulida, apenas porosa al contacto, la pintura se dejaría secar durante la tarde antes de su barnizado, el proceso tardaría dos días más, lo que dejaba a la pareja de artistas con el tiempo justo para colocar el resto de la decoración.

Las esferas para el árbol de navidad esperaban su turno en una caja que antes albergaba fotografías, las imágenes salieron para adornar las paredes de hanji que mantenían fresca la vivienda en verano y que Jungkook empezaba a fabricar en invierno.

"¿Sabes por qué un hanok se parece a nosotros?"

Taehyung negó con la cabeza cuando su esposo lo había preguntado. El estilo arquitectónico de la estructura requería que grandes piezas de madera se ensamblaran entre ellas como un rompecabezas, sin utilizar un solo clavo. Jungkook demoró una década en finalizar su diseño, era el plano que llevó consigo cuando escaparon por última vez.

"Porque encajamos perfectamente"

Jungkook señaló hacia las columnas de lo que un día sería el hogar con el que siempre había soñado y Taehyung sonrió y caminó por el lugar.

—Tienes pintura en la nariz.

La melodiosa risa de Jungkook llegó seguida de un pañuelo.

—Se ve preciosa.

Taehyung bajó la vista hacia la figura de una baletista en su mano, con una falda en forma de campana, zapatillas cuidadosamente pintadas de rosa, y su recién finalizado cabello, color rojo.

—Creo que ahora me gusta más a mí de lo que alguna vez te gustó a ti —Bromeó Taehyung, hacía un año que ya no portaba su cabellera roja, volviendo a su color castaño, el rojo era un color difícil de mantener pero lo mantuvo en su tiempo para sentirse bien, solo que ahora no lo necesitaba.

—Me gustaba el cuento, el soldadito era valiente.

El corazón de Jungkook se aceleraba, Taehyung recordaba su primer encuentro, se sentía como la persona más importante del mundo pues su esposo guardó un recuerdo tan lejano de él, coloreando el que para entonces era su cuento preferido, que su madre tuvo que contar en incontables ocasiones hasta casi memorizar.

—¿Y te gustan pelirrojas?

—Me gusta un hombre apasionado, con o sin el color.

Jungkook tocó la espalda baja de Taehyung invitándolo a acercarse, el mayor sonrió y premió su respuesta con un beso en la mejilla, antes de girar el rostro nuevamente, una mano en su mentón lo hizo mirarlo y besar al menor en la boca.

—Te amo, Tae.

—Y yo te amo... Mi soldadito de plomo.

Jungkook se cubrió las orejas y bajó la mirada, luego se dejó caer dramáticamente en el suelo.

—¡Te amo! —Gritó el menor, se levantó y escapó del lugar.

Taehyung colocó a la pequeña bailarina junto a un soldadito sobre la mesa de madera que precedía a su amplio estudio, Jungkook tenía uno exactamente igual en el extremo opuesto de la casa.

En el interior había algunos lienzos en caballetes y cuadros de lino en blanco apilados cerca de una esquina. Sus primeras pinturas fueron compradas de inmediato por un coleccionista privado que trató de mantener su anonimato, pero fue descubierto al dar la dirección de entrega, era Kim Namjoon.

Taehyung visitó en persona a su comprador, ninguno de sus amigos había llegado a visitarlos, Jungkook lo prohibió, incapaz de perdonar, por lo que Taehyung se acercó a ellos, empezando con Namjoon.

El hombre de hoyuelos le ofreció una disculpa.

"Cometimos muchos errores, uno de ellos fue no haberte escuchado, perdiste la memoria, y en lugar de esperar, te enviamos a ese lugar... Nosotros te alejamos de Jungkook y fuimos incapaces de consolarlo cuando estaba más solo, no quería estar con nosotros, porque nosotros no lo dejábamos estar contigo"

Seok Jin intentó hablar, pero nada de lo que dijera cambiaría sus acciones, estaba avergonzado. Creyó que cuidaba del menor, y el menor de alguna forma cuidó de todos, pues aunque debía odiarlos y los amenazó en más de alguna ocasión, siempre fue civil y aún respondía sus llamadas.

"Me gustaría verlos esta navidad".

Taehyung no se consideraba una buena o mala persona, solo alguien que amaba el arte y que amaba a su esposo, creía que nadie lo entendería salvo Jungkook, que había estado con él siempre. Pero debía abrir su corazón para que él hiciera lo mismo, si él aprendía a querer a ese grupo de personas que tanto se preocupaban por Jungkook, el menor no tendría más remedio que aceptarlos otra vez, tenía que ir tras ellos, para devolver al chico su familia.

Jungkook abrió la puerta de entrada y quiso cerrarla de no ser porque al centro de un grupo de seis hombres se encontraba Taehyung, como el capullo de una flor que se hacía esperar entre los pétalos.

—Jungkook-ah —dijo Taehyung —Feliz navidad.

La bailarina y el soldadito se movieron de la mesita a descansar bajo el árbol de navidad y en la mesa de comedor un festín estaba por ser devorado, Jungkook entendió ante las visitas por qué su esposo insistió en tener tanta comida.

—Escuché que la revista Foster quería una exclusiva de tu casa... —Dijo Yoongi, mientras tomaba una hoja de shiso con sus palillos.

Jungkook sentía la mirada de Taehyung sobre él, por lo que respondió.

—Sí, pero les dije que no.

—¿Por qué?

—Esta casa no es para que otras personas la vean y traten de copiar, es para nosotros —Dijo, devolviendo la mirada a su esposo.

—Yo te busqué en el listado de arquitectos más jóvenes en tener su propia firma —Dijo Jimin —Pero no estabas ahí.

—Jimin todavía cree que tienes 25 —Agregó Yoongi.

—¿No tiene 25? —Hoseok parecía sincero al preguntar.

—Tengo... —Por algún motivo Jungkook se sintió avergonzado de su edad —36.

—Tranquilo, los cuarenta son los nuevos 20, digamos que tienes 16 —Seok Jin buscó una hoja de shiso que Namjoon le ayudó a separar del resto en el platillo —Eso me hace a mí un jovencito de 21 ¿Qué te parece Joon?

—No sé si tus padres aprobarían que estés con un hombre de 39 años.

—¿Cómo podrían resistirse a tus encantos?

Taehyung trató de tomar una hoja igual que los demás, pero acabó pegándose con el resto, Hoseok sostuvo las demás por él y Jungkook movió sus palillos con violencia.

—¡No puede ser! —Jimin se llevó una mano a la boca.

—¡Kook! ¿¿Todavía crees que las personas se enamoran por ayudarse con hojas de shiso?? —Jin explotó en risas y Namjoon trató de aguantar y falló, riendo en voz baja.

—Solo creo que no es apropiado —Jungkook colocó una hoja en el plato de su esposo.

—¡Es una hoja de comer! —Jin trató de colocar otra hoja en el plato de Taehyung y Jungkook lo impidió.

—¡Taehyung es mi esposo!

Jimin también intentó colocar una y Taehyung le ayudó acercando su plato.

—¡¡Tae!!

Yoongi y Namjoon intercambiaron una mirada mientras los demás jugaban, extrañaban eso, era como si el iceberg que los separaba se derritiera con la calidez que emanaba del suelo de madera.

El hanok tenía un sistema de calefacción de ondon, tres fogones en la cocina con cuartos asignados, era como el corazón de la casa en invierno. Aunque funcionaba perfectamente desde la conclusión de la obra, era en este momento, con risas y pequeñas discusiones llenando el interior, que finalmente el hanok latía y cobraba vida. 

Número 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora