Capítulo uno: día 37 deseando que un dragón me devore

16 2 0
                                    

Me despierto como la mayoría de los días en este bello país, con el sonido de la lluvia de fondo. Es 18 de agosto, del año 1994. Me quedan exactamente 12 días para entrar a Hogwarts, pero hoy esa no es una de mis preocupaciones, hoy se da por finalizado el mundial de Quidditch. Y como si no fuera suficiente la ansiedad por qué gane Irlanda, el ministro invita a mi familia a mirar el partido en su palco.
Si, es un gran honor. Pero mi estómago difiere.

Escucho el sonido de la puerta y antes de que pueda responder, entra por ella mi hermana mayor.
-Mamá me mando a preguntarte cuánto te falta para estar lista, pero veo que la respuesta no le va a agradar - dijo Maia divertida al notar que aún ni me levanto
-En mi defensa, ella podría haber venido a despertarme si tiene prisa.
-Si fuera tú me ahorraría ese comentario, esta más histérica de lo normal y solo la vas a molestar - me advirtió mi hermana
-Pides un milagro a una simple mortal - dije dramáticamente para volver a enrollarme en mis sábanas, pero mi calma se fue cuando mi hermana se lanzó encima mío y apretó una de mis costillas para hacerme cosquillas - ¡Ya entendí! ¡ya entendí! Maia basta por favor - suplique entre carcajadas y mi hermana cedió triunfal
-Apúrate, Adhara. Lo digo en serio - dicho esto salió de mi habitación y yo me arreglé.

Lo único que destaca de mi vestimenta es mi chaqueta de cuero color oliva y lo más importante es mi gorrito del equipo irlandés.
Cuando baje las escaleras, me dirigí hacía la cocina donde se encontraban mi hermana con una bufanda del equipo irlandés y mi hermano con las mejillas pintadas, mi madre tan elegante como siempre y mi tía con una bandera en su bolsillo, maquillaje y vestimenta que solo consistían en los colores negro y rojo, por si no quedo claro apoya al equipo búlgaro.

-¡Pero que guapa! - exclama mi tía al verme
-Soy el fiel reflejo de mi bella tía - respondo y esta me guiña un ojo orgullosa - Mamá ¿A que equipo apoyas? - mi madre solo sonríe y saca una bandera del equipo irlandés que tenía guardada en su chaqueta, le sonrió de vuelta en señal de aprobación.
-Como pueden apoyara los Irlandeses si los Búlgaros tienen al mejor buscador del mundo - protesto mi tía
-En lo personal, Sarah yo prefiero irlanda porqué Alexander conocía al equipo -respondió mi madre tomando un sorbo de té
-Y tienen mejor equipo, solo tener un buen buscador no garantiza el éxito - dijo mi hermano y dirigió su mirada hacía a mi.
-Me ofende bastante tu comentario, en Ilvermorny ganamos bastantes partidos gracias a mi - reclamé indignada y mi hermano se encogió de hombros con una expresión indescifrable.

Al llegar a la zona de camping Sarah y Maia se encargaron de distraer al cuidador muggle mientras mamá armaba la carpa con magia. Yo ya había reconocido algunas caras familiares, vi pasar a los Nott, a los Malfoy y la señora Zabini había saludado a mi madre. Cómo había explicado anteriormente no crecí en Londres pero la mayor parte de mi familia y amigos de mis padres viven aquí, por lo que pase muchos veranos aquí e hice un par de amigos, amigos a los que no he informado de mi futura estadía en Hogwarts...

Después de subir los escalones suficientes como para no sentir las piernas, llegamos al palco del ministerio. Y para mi suerte (o quizás no) sólo habían llegado un par de personas, entre ellos aproximadamente 8 pelirrojos, una chica de cabello alborotado y un guapo chico con el pelo azabache y gafas, un hombre de cabello negro y otro de apariencia afable a pesar de los rasguños en su cara. Los cinco nos dirigíamos a los asientos por sobre ellos cuando el hombre de cabello negro se levantó con expresión estupefacta.

-¿Penelope?
-Sirius... - respondió mi madre con un tono que no pude descifrar
-Ha pasado mucho tiempo...- dijo pensativo Sirius y pasó su mirada por Sarah quien no se veía feliz, luego por Maia, por Henry y luego se quedó mirándome pensativo, para volver su mirada a mi tía - Hola, Sarah.
-Black - respondió con brusquedad la bruja.
-¿Son? ... ¿son tus...?
-Si, mis hijos y de Alexander Maia, Henry y Adhara - lo interrumpió mi madre
-Vaya, Fawley no sa....
-Es Slughorn - dije impulsivamente, ni siquiera sé porqué me molestó el comentario, mi madre es una Fawley y amo eso, pero no me gusta que la traten como si fuera soltera, la ironía es que si lo es, no sólo soltera.... Viuda
-Si, Slughorn... lo siento - se disculpó Black
-¿Y tú...? - preguntó mi madre al ver que mi expresión no se suavizaba
-¿Si tengo hijos? No... pero tengo un ahijado que es como mi hijo - Dijo Sirius y le hizo señas al chico azabache - Este es mi ahijado Harry.
-Vaya - soltó mi tía - Es idéntico a ... es idéntico a James
-Escuche lo de Marlene... lo siento mucho - dice mi madre con algo de cercanía y los nervios se me ponen de punta
-Lo mismo digo, también oí lo de Alexander... - respondió con cordialidad Black
-Ads - susurra mi hermana en mi oído y doy un pequeño salto - Vienen los Malfoy

Efectivamente los Malfoy estaban entrando a escena, pero lo que más me preocupaba era que Maia no se veía ni un cuarto consternada de lo que yo me sentía por este nuevo personaje llamado Sirius Black. Y al parecer no lo disimuló para nada bien, por qué fue lo primero que Draco me preguntó al verme.

-¿Estás bien? Te ves... no te ves bien - comentó Draco abriéndose paso entre los presentes y luego miró con desprecio a Harry - Potter...
-Malfoy - respondió el muchacho con el mismo desprecio.
-¿Alguno de estos te hizo algo, Adhara? - preguntó acusador Draco mirando a Harry y un pelirrojo que llegó a su lado y yo no sabía si sentirme agradecida o más incómoda.
-¿Se conocen? - preguntó sorprendido el pelirrojo
-Adhara es de mis amigas más cercanas - respondió el rubio.
-Ya sabemos el tipo de persona que es entonces... - dijo el azabache a sus amigos y su comentario me llegó como una bofetada.
-Tu no sabes absolutamente nada de mi, pero con ese comentario dejaste al descubierto mucho sobre ti - corregí al chico intentando sonar de lo más calmada y pareció dar resultado - Vamos a sentarnos, Draco - le di la espalda a Harry y guié a Draco al asiento junto al mío donde mis hermanos y tía ya se encontraban sentadas.

El partido dió inició finalmente y todo se volvió silencioso dentro de mí, la escena anterior no había ocurrido, no existía ese tal Sirius Black e incluso podría hasta imaginar que volvía a tener 6 años y estaba en las gradas sentada en las piernas de mi padre alentando al equipo Irlandés mientras este me lanzaba hacía arriba cada que anotaban. Si así hubiera sido en este partido me hubiera lanzado mucho, ya que Irlanda ganó.

Me fui a dormir pensando que la victoria de mi equipo favorito me permitiría tener la mayor paz en mis sueños... estaba equivocada. Es de madrugada y estoy corriendo por el bosque en busca de mis hermanos. Buen momento para ser comida por un dragón, sin embargo ya es el día 37 y mis plegarias aún no son escuchadas...

Lust and pride // Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora