Capítulo 14

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Espero a que todos se fueran a dormir y con mucho sigilo salió de la finca el muro era bastante alto si abría la puerta probablemente la escucharían por suerte había un árbol cerca, aunque tuvo que pensarlo muy bien antes de subir ya que no quería lastimarse, con mucho cuidado trepó el árbol hasta quedar sobre una rama, por bajar la rama sobre la que se encontraba se quebró sus manos no tenían la misma fuerza que antes y justo en el momento que se soltó alguien la atrapo.

—¿Akaza?

—Eso fue peligroso ¿Por qué lo hiciste?

Ella no dijo nada solo lo abrazó, Akaza entendió todo mientras le abrazaba se la llevo un poco lejos para que los cazadores supieran que estaba ahí. Hacía tiempo que no la veía de esa edad y de ese tamaño, así que quería aprovechar a molestarla un poco.

—Ahora que lo recuerdo cuando éramos niños tú eras más alta que yo, dime... que se siente ser más pequeña

—Para tu información esto es solo temporal y te recomiendo que no me provoques o si no lo lamentaras

—¿Qué me harás? Con esa estatura lo dudo mucho

—Muy bien tú lo pediste

Le dio una patada en la rodilla haciendo que se quejara del dolor, aprovecho el momento y pateo su pierna haciendo que cayera al césped para luego sentarse encima de su pecho.

—Bueno que decías

—Bien me equivoque, lo siento

—Disculpa aceptada. Que sueño tengo

—Deberíamos volver

—Quiero estar un poco más aquí

En menos de lo que pensó se había quedado dormida sobre su pecho, pero lo que más le sorprendió era que había vuelto a la normalidad, nunca se detuvo a observar con detenimiento como era. El aroma a lirios que desprendía su cabello, su piel blanca y fría como la nieve, sus labios ligeramente rojizos y unas manos pequeñas que con solo verlas se pensarían que son frágiles. A su pensar ella era como una muñeca de porcelana, pero una que debería ser cuidada él quería que siempre estuviera a su lado, pero sabía que nada es para siempre... algún día ella iba a morir, así que no le quedaba más que disfrutar cada momento que estuviera con ella.

Akaza con mucho cuidado la tomo en brazos y la llevo de vuelta a la finca del ex pilar debía de hacerlo con mucho cuidado o seria descubierto, el olor a glicinas le molestaba mucho, pero debía soportar o seria descubierto, apenas la dejo sobre su futon se retiró inmediatamente. A la mañana siguiente la chica despertó de golpe al ver que había vuelto a la normalidad a lo que Uzui se levantó exaltado entrando de golpe en la otra habitación.

—Es solo la loca de mi hermana que volvió a la normalidad

—Podre estar loca, pero al menos tengo mis dos manos y mis ojos en perfecto estado

—Si serás...Como sea me alegra que estas bien y que no fue nada grave 

—Señorita Murakami me alegra que este bien

—Suma déjala en paz

—No seas dura Makio, recuerda que tú también estabas preocupada por ella

—Eres una mentirosa

—Qué bueno que está de vuelta a la normalidad

—Gracias Hinatsuru

—Bueno al ver que ya estas estas bien, lárgate de aquí

—Tengen ¿Cómo se atreve de ser así de cruel con su hermana?

—Está bien de todos modos tenía entrenar. Mientras iba de camino a la salida Uzui me detuvo invitándome a almorzar junto a sus esposas quienes al parecer lo amenazaron. No pude evitar soltar una pequeña risilla y aceptar tal invitación, por educación les ayude a preparar y servir la comida a pesar que me insistían que fuera a esperar y que ellas se encargarían cosa que no les funciono. Admito que el sashimi estaba muy delicioso al igual que los camarones con tempura, estuvimos conversando tranquilamente había una que otra discusión mía con Uzui pero aun así disfrutaba el momento con ellos.

Después de terminar el almuerzo estaba por retirarme, pero al parecer Uzui quería hablar conmigo.

—¿Qué sucede Uzui?

—Ultimamente has entrenado demasiado y has ido a muchas misiones seguidas, deberías descansar

—Sabes que si no estoy en misión me aburro fácilmente

—Si lo recuerdo perfectamente, es solo que no quiero que te sobre esfuerces

—Recuerdas que tu padre siempre quería que ayudara en la casa y yo me reusaba y siempre blandía la espada todos los días sin importar como me trataba tu padre yo blandía la espada, hasta que le cerré la boca por completo

—Todavía recuerdo la cara que puso el viejo. Recuerdo dijo que tu mirada era fría y dispuesta a matar. Solo te pido que no te sobre esfuerces

—Lo hare a cambio de que me des tus espadas

—Sigue soñando nunca las tendrás

—Es una lástima yo te daré mi espada si algo me llegara a suceder, no se... tal vez renazca y nos encontremos de nuevo.

—No digas eso, todavía tienes futuro por delante

—No estés tan de seguro de eso...






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