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-Tienes quince días para que mi abogado tome el asunto- Tomo una de las maletas en el suelo y la mano de SooYoon- Adiós Yoo.

Cuándo dijo aquello no pudo evitar sentirse muy triste. Sin embargo tomó valentía y salió por la puerta del departamento. La alfa le miró triste, la loba dentro de ella medio muerta se despertó de un largo sueño, para sufrir y darse cuenta que cometió un gran error. Estaba a su omega.

Su vida.

No solo aquello, sino que pudo darse cuenta que la había cagado. Prácticamente su omega se esforzaba día a día para que esta fuera notada por la alfa. Pero esta ni siquiera tocaba su cama, no le daba besos desde hace meses y ni hablar de los encuentro, hace un año en el que no había sido renovada la marca.

-Diablos...Minjeong...

Ese día Jimin se quedo en casa pensando en que había ocasionado y la gravedad de las cosas. Ella pensaba que les daba todo con el trabajo, pero resultó ser qué Minjeong no pedía fortuna, ella solo quería amor para ella y su cachorro.

Lo malinterpretó todo y tenía que desahogarse. Una lágrima bajó por su mejilla y se deprimió en penas. Cosas que su loba sentía.





Tomó su maletín y del perchero un chaleco que ajustaba a su atuendo negro para dirigirse a la empresa de su madre. Cuándo llegó fue recibido por varios trabajadores, los cuales la miraban extraño. Su olor era más agrio y era notado a kilómetros como de tristeza. Llegó a su oficina y su secretaria omega; Shuhua, le llevó un café.

-Buenos días señora Yoo- Saludó cordialmente inclinándose ante ella. Shuhua se había ganado un espacio especial en Jimin, ya que era una omega sencilla y humilde que nunca se rendía. Siempre estaba ahí para apoyarle en el trabajo y era la única que entendía su humor de perros, por lo cual le tenía cierta confianza.

-Buenos días Shuhua- Tomó la taza de café y se sentó en la silla detrás de su escritorio para empezar a buscar unos papeles, los cuales no encontró.

-¿Buscaba esto?- Puso a su vista una carpeta la cual tenía notas sobre sus socios- Por cierto, señora Yoo, tiene tiene una junta en 30 minutos con su socia Soojin- La puso en la mano de la alfa y esta sonrió triste.

-Gracias, Yeh- La alfa notó un poco nerviosa a Shuhua por lo cual le miró un poco extrañada-¿Qué te pasa? ¿Necesitas algo?- Preguntó y la pequeña omega se sonrojó.

-¡Sí!- Rápidamente mostró una sonrisa feliz- D-digo- Tocó unos de sus mechones y empezó a jugar con el.

-¿Es por qué viene Soojin?- Esta vez Shuhua se puso como un tomate. Quizo callarle la boca a su jefa pero sería demasiado irrespetuoso.

-N-o...y-yo...¡No simplemente tiene que ser ella!- Contestó con el ceño fruncido tratando de desviar la plática- B-bueno sí...es que...la otra vez me coqueteo ¡Ella está guapísima!...es prestigiosa... inteligente y muy muy linda, la alfa perfecta- Ahora se encontraba alucinando completamente mientras veía directamente al suelo.





Cuando salió de su oficina se encontró con la fría mirada de su madre. Ya sabía que venía así que se preparó para ellos y fue hacia el .

-Buenos días...

-¿Por qué ese olor tan horrible a preocupación, Yoo?- Su madre le reclamó sin devolverle el saludo- ¿Es por esa omega? ¡Joder! Lo sabía, esa omega de pacotilla me las va a pagar...sol-

-Madre- Ahora Jimin se encontraba molesta, aún más su loba la cual estaba ardiendo en ira pura, estaban humillando a su omega- No hables así de Minjeong.

-¿Entonces por qué vienes así?- Enarcó una ceja- Desde el año pasado que no te veo así por culpa de esa omega, ¿Qué te ha hecho?

-Nada. Simplemente no te incumbe- Dijo sorprendiendo a su madre.

-¿Qué te pasa Jimin?- Preguntó seriamente- ¿Acaso te estás escuchando? ¡Mira en lo que te ha convertido esa omega! ¡Irrespetuosa!

-Basta- Jimin rugió aquello desde lo más profundo de su garganta, con dolor haciendo parar a su madre- No quiero volverte a oír hablar así de omega. Si me disculpas- Tomó firme su maletín- Me voy. Esto ya me tiene muy jodida- Le dejó sin habla a su madre yéndose de aquel lugar rápidamente sin voltear a lo reclamos y parloteos de los empleados.

Realmente estaba muy jodida.





Su madre jamás quizo a su cachorro. Desde que nació el pequeño SooYoon nunca ha estado en su cumpleaños, nunca le ha visto y jamás han intercambiado palabras. No lo comprende, pues ya bastantes años que le había recalcado que el único amor de su vida sería Minjeong y solo ella.

Se dejaron de hablar, sabía que pasaría.

Su difunta madre omega siempre le hablaba y veía en secreto al recién nacido de SooYoon. Ella decía que sería grande como un Yoo, pero cariñoso y humilde como un Kim. Ella amaba a Minjeong tanto como a mí, siempre cuando la visitábamos en secreto, nos contaba las crueldades que hacía mi madre. Cuando la golpeaba aún enferma y eso hacía mi sangre enfurecer.

Pero ella murió y hubo mas remedio que asistir a un entierro en el cual tuve que ver al culpable de la muerte de mi madre; Mi madre alfa. 

Con ojos llorosos se dirigió hacia mi familia y me pidió disculpas, siempre creyendo y lo tonta que fui delante de sus palabras.

"Lo siento mucho hija, perdóname, necesito tu ayuda, ya estoy vieja y..."

Caí delante de bonitos comentarios. Delante de promesas falsas y cariño el cual no existía.

Me dio un ascenso y me volví una adicta al trabajo. No había días en que faltara aun así estando enferma. Minjeong se quedaba todo el tiempo en casa, poniéndole entrega a crecerla y hacerla más armoniosa. Pero, mi humor después de un trabajo arduo empeoraba y solo remataba con aquel bonito hogar que ella construía y empeorarlo al punto de dejarlo como estaba.

Jamás me contuve, aún sabiendo que era una omega lo trababa como un igual y jamás pregunté el cómo estaría ella.

Como cuando sus celos pasaban, mi alfa despertaba pero yo me obligaba a adentrarlo en lo más profundo de mi ser.

-Alfa- Minjeong pedía en maullidos lastimeros. Sostenía su vientre mientras se retorcía en su cama.

Ante mi notable desesperación tomarla fui hacía la comoda y saqué una cajetilla de pastillas, saqué una de estas del empaque y se la entregué. Ésta la tomó mirándome con notable odio y decepción. Después de aquello el color rojizo de la cara de mi omega volvió a la normalidad, chilló un poco y sus lágrimas bajaron, haciéndome entender que la loba de la misma se sentía tan ofendida y humillada, no solo eso, rechazada por su propia alfa. Solo se volteo y me dio la espalda chillando aún más del no dolor de su celo, si no el sentimiento de su omega. 

Así que todo este tiempo fui una estúpida.

Y lo tenía que remediar.



Disculpen si hay errores, gracias por leer :D


Divorcio | Winrina g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora