Meno, una segunda parte, de los dioses reaccionando.
Espero les guste.
00000000000000000
La batalla de Manhattan marco el fin de la guerra contra el Señor Titán Kronos y sus ejércitos, pero como toda guerra, tuvo sus secuelas. En el mundo de los mortales, los campistas regresaron poco a poco a su vida normal, pero los dioses habían tenido un mes sumamente ocupado, con reuniones diarias y eternas, donde hablaban sobre castigos y recompensas, nuevas reglas y demás.
La emoción desapareció pronto, y más bien, los ánimos se inflamaban con cada día que pasaba. Después de todo, los dioses se reunían dos veces al año por una razón: no toleraban pasar demasiado tiempo.
No obstante, aquella era la trigésima reunión consecutiva en el mes.
-Entonces-decía Zeus, carraspeando-, sobre Ceto y Forcis, ¿tenemos un acuerdo?
Los dioses murmuraron su aprobación. Al menos, los que se molestaban en prestar el mínimo de atención.
-Está decidido-dijo Zeus-. Ceto y Forcis serán...
Apolo, de pronto, soltó un chillido.
-¿Apolo?-pregunto Artemisa, con una ceja alzada.
El Dios del Sol sonreía, impaciente.
-¡Ya se!-dijo, sin que nadie lo entendiera-. ¿Qué les parece si hacemos algo más divertido? Da la casualidad de que soy el sol que todo lo ve, y casualmente...
-Apolo-interrumpió Zeus, molesto-, te recuerdo que estamos tratando temas muy importantes. No hay tiempo para la diversión.
Los Olímpicos asintieron, escuetos. Zeus tenía razón, las decisiones que estaban tomando eran necesarias, pero no por eso eran divertidas, de tal forma que Apolo tenía la atención de la mayoría.
-¿A qué te refieres, sobrino?-pregunto Poseidón, siempre dispuesto a llevarle la contraria a Zeus.
Apolo sonrió. Sabía que siempre podría contar con Poseidón para hacer las cosas más amenas.
-¡Me alegra que preguntes, tío P! Pues da la casualidad de que nuestros hijos están hablando de nosotros en estos momentos, y creo...-Apolo se quedó en silencio un momento-, creo que les interesara.
Un murmullo de interés se alzó. Zeus se apretó el puente de la nariz.
-Les recuerdo...
-Por favor-replico Hades, que se había convertido en un residente involuntario del Olimpo aquel mes-, creo que prefiero escuchar a esos mocosos que seguir en estas horribles reuniones.
-Concuerdo con Hades-murmuro Afrodita, con los ojos cristalizados del aburrimiento-. O hasta pelear de nuevo en la guerra.
-¡Bien, bien!-cedió Zeus-. Adelante, Apolo.
El Dios del Sol asintió, satisfecho, y agito la mano. Sobre la hoguera de Hestia apareció una imagen, como de un Mensaje Iris, y todos notaron que mostraba el anfiteatro del campamento, y los dioses rápidamente reconocieron a sus hijos.
Hablaba una hija de Afrodita.
-Oh, Drew-Afrodita sonreía, feliz.
-Te pone a pensar en lo mucho que los dioses deben apreciarte-arguyo Drew con picardía-, ¿no?
Los dioses intercambiaron miradas, sin saber muy bien que decir. Ciertamente, era un comienzo interesante.
-Eh...-Percy no dijo nada.
-¡Yo quiero a Perce!-exclamo Hermes, y Poseidon le sonrio.
-Yo también-afirmo Apolo-. Desde que él anda por allí, las cosas son mucho más interesantes.
ESTÁS LEYENDO
El Dios Favorito de Percy.
FanfictionUn dia, en la hoguera, surge una importante pregunta: ¿cual es el dios favorito de Percy?