El homenaje a un heroe.

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Ahora si, ultima parte de lo que se suponia era un one-shot.

Espero y lo disfruten.

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Otro solsticio. Otra reunión.

Poseidón camino en silencio hacia la Sala de Tronos, meditativo, ajeno a su entorno. Era, por supuesto, consciente de que los dioses menores, las ninfas y los espíritus de la naturaleza se detenían ante su paso, para reverenciarlo y susurrar palabras de condolencias.

Las nueve Musas incluso fueron tan lejos como para componer una nueva melodía, una que desgarraba el aire con lo desolador que era, y aun así, le interpretaron de forma magistral.

Hera, Hestia y Deméter lo esperaban ante las puertas del Salón del Trono. Las tres iban de negro, una señal de luto, que Poseidón agradeció con la mirada.

-El Olimpo está de duelo hoy contigo, hermano-le dijo Hera, en un tono extrañamente consolador.

-Todos te acompañamos a ti y a los tuyos en tu dolor, Poseidón-le aseguro Deméter.

Hestia no dijo nada, se conformó con darle un abrazo.

Cuando entraron, descubrieron que todos los demás estaban ya en sus asientos. Aun así, la mayoría de sus sobrinos se pusieron de pie al verlo y se acercaron para ofrecer sus propias palabras.

-Perseo fue un gran héroe, tío-murmuro Artemisa.

-El mejor de todos-afirmo Apolo, con una sonrisa suave.

-Su nombre quedara grabado en la historia por siempre-dijo Hermes.

-Te honra un hijo como ese-replico Hefestos.

-Extrañaremos a Peter Johnson-dijo Dionisio.

-Sí, si... Supongo que el pringado será extrañado-mascullo Ares.

Poseidón se arregló para sonreírles, si bien no se sentía muy bien. Extrañamente, su estado de ánimo estaba bajo control. Como el propio mar, Poseidón rara vez era predecible, y sus emociones siempre sacaban lo mejor de sí.

Afrodita le sonrió, pero no dijo nada, al igual que Atenea.

-El Inframundo está contigo hoy, hermano-le dijo Hades, desde su asiento.

Hera le dio una larga mirada a Zeus.

-Como todos nosotros-carraspeo el rey.

Poseidón tomo su trono, en silencio, contentándose por una vez en no participar de las discusiones que seguramente tomarían parte del solsticio.

Pero, como debía saberlo, Zeus estaba dispuesto a meter la pata.

-Ahora, con Perseo muerto, debemos hacer un reajuste a nuestras defensas, tanto en el Olimpo, como en Nueva Atenas y Nueva Roma-dijo el rey-. Yo creo...

-Padre-replico Apolo-, yo creo que no es apropiado.

-Estamos aquí acompañando a uno de los nuestros en este difícil momento-le recordó Hestia, recriminatoria.

-Algo de razón tiene Lord Zeus-reconoció Atenea, si bien de mala gana-. El nombre de Perseo es una leyenda. Inspiro tal temor que, en sus últimos cuarenta años de vida, ningún monstruo, ser o deidad se atrevió a tan siquiera atentar en su contra.

En sus casi ochenta años de vida, muchos habían tratado de terminar con la vida de Perseo Jackson. Pero allí donde dioses y titanes, monstruos y gigantes habían fallado, la enfermedad y el tiempo ganaron. Dos días antes, el hijo de Poseidón cerro finalmente sus ojos, tan una larga lucha contra una insuficiencia respiratoria, y se unió al Reino del Hades.

El Dios Favorito de Percy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora