¿Estás solo en San Valentín?, bueno, entrar aquí no te ayudará en nada, pero, hay chocolate.ーฅ^•ﻌ•^ฅ
un grupo de adolescentes quiénes no tienen la mínima idea de amar.
Tokyo revengers¡!
Drakey.
Bajifuyu.
Takehina.
Kokonui.
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Baji Keisuke, un chico que era tan atractivo como torpe.
Luego de su sufrimiento por el mal comportamiento a su bonito 'amigo', Kei estaba considerando pedirle a su mamá que lo castigue sin videojuegos por una semana. Parecería exagerado, pero su progenitora estaba acostumbrada a verlo sufrir por sus crisis de nervios.
Pero vamos, el no se ponía nervioso ni mucho menos cursi por alguien. Matsuno era más que alguien, era como tomar café con oreos.
No recuerda cuántas veces se peina o cepillaba sus dientes antes de encontrarse con el rubio, tenía las expectativas muy altas según el.
Aún recuerda la vez que conoció, fue el día más lindo e vergonzoso de su adolescencia.
♡
—¡KEISUKE SOLTA EL FLAN O TE DEJO COMO DRAKEN!.
¿Cómo sería eso?.
Si, pelón.
—Perdiste Tora, llevo dos días analizandolo lo suficiente para decir que me pertenece a mi.
—Un mordisco y me vas a terminar debiendo seis flancitos.
Que ridículo, ¿Cree que soy tan tonto de dejarme chantajear por un mísero postre?.
Tuve suerte que el minimercado era un 24hs, sino tendría que despedirse de sus largos cabellos y entretenidas rutinas de mascarillas para este.
Sumando que se había largado a llover, y el con suerte tenía unas chanclas puestas, sin medias. Obviamente ropa, una músculosa negra y pantalones cortos. Que lindo resfriado lo esperaba en casa.
Ya con sus compras en bolsa, se dispuso a ir por la calle menos inundada, está le tapaba los dedos del pie por el agua acumulada. No estaba siendo una agradable experiencia.
Sumando que se empapó todo, bueno, todo menos su lacia cabellera oscura, que tapaba con la misma bolsa de flancitos. Estuvo una semana entera para conseguir un alisado en casa, no podía echarlo a perder por una pequeña lluvia.
Hasta que se puso fea la cosa, y ahora se suman dos enemigos de gente con cabello largo, la lluvia más fuerte y el viento. Su ropa delgada volaba, y sentía un frío que hasta podía decir que le empezaba a quemar. ¿Desde cuándo vivía tan lejos?.
Tuvo que hacer una parada en una esquina, dónde había un mini techo para esperar el bus. Y solo así pudo dejar su melena libre, para poder atarsela.
Dispuesto a correr tres calles más, saltar grandes charcos de agua y lodo. Se preparó en posición y antes de emplear su idea. Una pálida mano atravesó su vista.
—Ehm, disculpe, mi bus ya está cerca y creo que le servirá más a usted que a mí.
Le entrego su paraguas, ¿Esto de verdad puede suceder?.
— Soy Matsuno Chifuyu, vamos a la misma escuela Baji-san..— Tocó su propio cuello con timidez.— No debería ser tan descuidado, le podría agarrar un feo resfriado por salir así de desabrigado.
Mientras el se dispone a darle sermones por su poca vestimenta, Baji se concentraba en los lindos ojos del chico.
