El inicio del todo
Cansado eso es lo que estaba, no entendía la gran "maravilla" de ver demasiadas manos alzadas al mismo tiempo, en la espera de ser seleccionados para hablar.
Joder si, los malditos cerebritos de la clase, su presencia siempre notada solo gracias a su gran inteligencia y habilidad de exponer de manera fácil la clase.
Espero impaciente a que el timbre sonara, pero este parecía querer ir más lento como de costumbre ¿De verdad tenía que aguantar vivir todo eso a la vez?
El irritante sonido se hizo escuchar y junto con sus cosas, salió del salón con destino a ir a la cafetería, donde sus amigos lo estarían esperando.
Otro inicio de clases y otros niños nerds a quien molestar, algo bastante común en su grupo, donde recién era un integrante nuevo.
Podría pasar por el baño, a la biblioteca por unos libros, a la cafetería para ir a bromear con sus amigos, o... ir a saludar a esa bella criatura que se encontraba debajo de un árbol leyendo una revista o algo parecido.
Por supuesto que escogió la última opción y había llegado su hora de conquistar, acomodo de manera correcta su uniforme y se dirigió con una gran sonrisa, al chico pelinegro.
Tom: ¿Llevas mucho tiempo acá? -aplicó la estrategia de comenzar tranquilo-
El chico bonito levantó la vista de la pagina que leía y sus ojos se enfocaron en el chico frente a él-
James: No mucho, unos diez minutos tal vez, ¿Por que?
Tom: ¿Estas muy entretenido? ¿O prefieras saltarte un poco de aburrimiento y venir conmigo por una malteada? -se agachó a su altura y le apartó suavemente la revista de las manos para luego acomodarlo a un lado- ¿Que dices bonito?
El pelinegro sonrió por lo que le dijo el mayor y se levantó de su lugar cuando él mismo le había ofrecido su mano, suspiró pero aún así, asintió con la cabeza mostrando una respuesta positiva a su oferta; ese chico llamaba mucho la atención.
James: Me gustaría, pero tengo clases en unos.. -revisa su celular- Veinte minutos.
Tom mordió su labio y miró con detalle al chico frente a él, bonito rostro, ojos brillantes con mirada inocente, labios llamativos, cabello perfectamente despeinado. Definitivamente como le gustaban los chicos.
Tom: Okey negócienos ¿Que tal si vamos, te compro una malteada lo más rápido posible, te traigo de regreso y a cambio de eso, me das tu número? ¿Qué tal suena eso bonito? ¿Está bien para ti?
El pelinegro fingió pesarlo unos momentos pero al final terminó aceptando.
Tom enseñó una sonrisa triunfal y se acercó un poco al pelinegro.
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¡𝓙𝓪𝓶𝓮𝓼, 𝓼𝓪𝓵 𝓬𝓸𝓷𝓶𝓲𝓰𝓸!
De Todo☆ 𝑇𝑜𝑚 𝑅𝑖𝑑𝑑𝑙𝑒 𝑙𝑙𝑒𝑣𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑜𝑙𝑎𝑟 𝑏𝑎𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑦 𝑙𝑙𝑒𝑛𝑎 𝑑𝑒 𝑎𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛. 𝐴𝑚𝑎 𝑚𝑜𝑙𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝘩𝑖𝑐𝑜𝑠 "𝑛𝑒𝑟𝑑𝑠" 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑓𝑖𝑗𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑐𝑜𝑛 𝑢�...