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Estaba ahí esperando el tren que lo llevaria hacia casa de su mamá, era un martes a las 7:30 a.m donde se encontraba feliz de poder regresar a Busan.

Se ausentaria de la universidad toda una semana, debido a que había aprobado todas sus clases con un buen promedio y no necesitaba estar en las clases de esos días, desde su parecer solo eran una especie de lecciones "recuperatorias".

El tren tenía un horario de 8:00 a.m a las 10:30 de la noche, sin embargo, queria escoger un buen asiento para esas 3 horas de recorrido.

Llego el tren y junto a él su esperanza de que al fin se liberaria un poco de la carga academica y emocional que constantemente tenía que soportar.

Subió al transporte tomo el asiento al lado de una ventana, se coloco sus audifonos y extendió la pequeña mesa que ese lugar contaba, para ponerse a dibujar.

Hyunjin secretamente había desarrollado amor al arte y a la música, así que durante el tiempo que tenía dibujaria aquellas flores que tanto le gustaban; las flores rojas, ya que para él significaban amor apasionado.

Realizaba trazos certeros y seguros, precisos, con aquellos lápices que tanto había deseado en su momento.

Cuando menos pudo percibirlo el viaje había culminado al igual que su proceso de dibujo. Retiro sus auriculares, guardo sus materiales y se levanto llevando a un lado su pequeña maleta.

Quiso caminar, por lo que al ir a su verdadero hogar de forma despreocupada le traia un buen sabor de boca.

Tocó la puerta y al no escuchar movimiento del otro lado, optó por buscar aquella llave que escondía su madre, o al menos intentaba.

Entró y a diferencia de la gran bienvenida que se esperaba, la casa estaba vacía, aparentemente.

-Mamá, ¿Estás en casa?, ya llegue- dijo lo suficientemente alto para que se asomara una pequeña cabeza debajo de un sillón.

Fue en un abrir y cerrar de ojos cuando un pequeño peludo desconocido salio a saltar encima del chico recién llegado.

-¿Quien eres tú pequeño pulgoso?- preguntó Hyunjin algo descolocado por la pequeña sorpresa.

-Oh, estás aquí, hijo- le recibió su madre con un abrazo, ella era una bella mujer llamada Hwang Heejin -Veo que ya conociste a Kimsu- dijo refiriéndose al perrito Chihuahua de pelo largo.

-Kimsu es un nombre horrible, yo le llamare kkami- cargó al cachorro y éste inmediatamente lo empezo a llenar de pequeños besos cargados con saliva, al parecer Hyunjin le agradaba.

Dejó a Kkami en el suelo para empezar a platicar un poco con su mamá, tenían que ponerse al día.

Subió por las escaleras hacia su antigua habitación después de una ardua charla acerca de los estudios y los líos amorosos del chico, así como la historia de la señora Hwang acerca de como Kkami llego a la casa.

Al parecer su mamá había encontrado al cachorrito una noche lluviosa mientras ella manejaba de regreso a casa después de asistir al supermercado, estaba en una caja solo indefenso y demasiado asustado, por lo que solo pudo darle un hogar como "mínimo".

Mientras sacaba sus cosas para esos 4 días en los que estaría ahí y las acomodaba en el pequeño mueble lucho demasiado contra la idea de pensar en Jeongin.

Aunque inconscientemente ya ese chico transitaba por su mente.

Al menos estaba cumpliendo con el primer paso del plan, fue ahí cuando se le ocurrió el segundo paso.

Abriendo su aplicación de notas comenzo a escribir:

2.Distraete; piensas mucho en ese chico, llego el momento de que ocupes tu mente en otras actividades, cualquier cosa sirve, menos pensar en él.

Como si negar conocer su nombre fuera a cambiar algo. Pensó

Iba bien, no era el mejor plan del mundo pero sentía una pequeña esperanza que eso funcionaria.

Se recostó en su cama y vio su teléfono, cuando sin presentirlo se durmió profundamente.

Despertó por unas pequeñas patitas rasgando la puerta de su habitación, supuso quería entrar así que le abrió permitiendole el paso.

-Creo es hora de cenar, pequeño- empezó a bajar las escaleras y todo estaba oscuro, se acerco a la cocina y observo una nota la cuál decía que sus padres habían ido a cenar con unos amigos.

Genial, iba ahí a despejarse y estar con su familia, y se quedaba solo, bueno, con kkami.

Tomó su celular y oh no.

Jeongin ♡
Hola, ¿Porque faltaste hoy a la escuela?, antes de que creés cualquier escenario me mandaron a preguntar por ti.

Era el mensaje que menos necesitaba, tal vez después se arrepentiría pero iba a ignorar a Jeongin, lo mejor que pudiese.

Se dispuso a ver una película y cenar, si es que se podría considerar así a un helado de vainilla, junto al cachorrito.

Muchos creerían que su día fue aburrido, pero algunas veces intentar reencontrarse en aquello que te da tranquilidad y paz es lo mejor para un cerebro que trabaja como maquina y sobrevive a base de café.

Algunas veces la soledad nos hace sentir acompañados, porque insconcientes la soledad es aquello que siempre estara a nuestro lado.

La soledad nunca será mala simplemente esa clasificación se le da porque no sabemos estarlo.

Hyunjin era lo que poco a poco tenía que descubrir, porque algunas veces estar solo en un ambiente calido y seguro es lo que nos hace falta.

Regrese después de un tiempo, no es lo mejor pero espero les guste ^^

To you • HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora