Pov. Ash
Me desperté por la alarma que estaba sonando junto a mí, extendí mi brazo hacia ella con mucho sueño intentando apagarla.
— Que fastidio... — Abrí los ojos con pesadez, habían pasado unos cuantos días desde que vivía ahora con Mónica.
Una vez el despertador dejó de sonar me senté en la cama, seguía sintiéndose raro todo esto. Solamente quería despertar y que mi abuela me estuviera regañando por no hacer lo que ella me había dicho.
— Ash, ¿Estás despierto? — La puerta se abrió después de ser tocada un poco para que los negros cabellos de Melly se asomaran por esta.
— Hola, Mell — Dije dando un bostezo y levantándome de la cama. — ¿Qué sucede?
— Mamá dijo que te viniera a despertar para comer. — Asentí mientras buscaba ropa limpia en el armario, luego de esto escuché como la puerta se cerraba despacio.
Desde que me había mudado me había encargado de decorar un poco las paredes de la habitación, con fotografías, dibujos que Melly me había hecho o póster de distintas cosas. Salí de mi cuarto y fui al baño para darme una ducha para poder despertar completamente.
[...]
— Buenos días, Ash. — La voz de Nicolás se escuchó desde la mesa, simplemente di mi mejor sonrisa y me senté al otro extremo. — ¿Qué tal dormiste?
— Bien. — Respondí con mi tono más amable mientras comía una tostada con mantequilla que había en un plato.
De la cocina salió Mónica con una ancha sonrisa, Saludó a Nicolás con un beso y a Melly con un beso en la mejilla y un abrazo, se acercó a mí y también me abrazó, yo simplemente di pequeños golpecitos en su espalda un poco y luego ella se alejó.
— Bueno, ¿Quién está emocionado hoy por su primer día de escuela? — Mónica me miró con una ancha sonrisa, yo simplemente sonreí de regreso tanto como pude.
Luego de terminar de comer sacamos los que estaba sucio y Nicolás se ofreció a lavarlos, Melly se puso su mochila de hadas y salió de la casa junto a Mónica, yo iba detrás de ellas. Nos subimos al auto gris y nos abrochamos los cinturones. Mell iba en el asiento de atrás contándole a nuestra madre como se había hecho una amiga nueva el día de ayer.
— Me alegro mucho, mi vida. — La de rubios cabellos sonrió anchamente mirándola por el espejo del auto. — Por cierto cariño. — Ella dirigió sus verdes ojos hacia mí y me miró con cariño. — ¿Crees que hoy puedas recoger a Melly? Tengo que estar en el aeropuerto a las doce.
— Por supuesto, es mejor que yo vaya a buscarla antes de que camine sola a los cuatro años, no querrías que uno de tus hijos lo hiciera — Hice un sonido de sorpresa y la miré. — ¡Oh que estoy diciendo! Yo hice eso desde los cuatro años hasta los ocho. — Dije con resentimiento y mirando por la ventana. La mujer que estaba junto a mí iba a decir algo, pero simplemente siguió manejando en silencio.
El cambio del ambiente se notó enseguida. Mónica no decía nada y yo iba mirando por la ventana, Melly rompió el silencio con una pregunta.
— ¿Por qué lo hacías? — la miré por el espejo de mi asiento y tenía una cara de confusión, di un pequeño suspiro y la miré.
— Ella estaba ocupada trabajando. — Dije con una notoria mueca. — Pero no tienes que preocuparte por mi Mell, desde ahora te iré a buscar todos los días a tu escuela así no tendrás que caminar sola.
— Ni tú tampoco. — Dijo con una ancha sonrisa.
— Es verdad Mell, ni yo tampoco. — Me acomodé nuevamente en el asiento mirando las calles por las cuales íbamos pasando.
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Con amor, Ash
Teen FictionAsh nunca se ha caracterizado por ser alguien sociable, sobretodo ahora que su vida dio un giro de 180° teniendo que enfrentarse a una escuela nueva, amigos nuevos y sobretodo una familia nueva y muchas personas de su pasado que no le harán la vida...